
La historia de las relaciones bilaterales de Estados Unidos estรกn plagadas de casos en los cuales personajes que durante un tiempo fueron funcionales a los intereses de Washington, luego terminaron perseguidos, muertos o encarcelados por ese mismo poder.
Nadie puede asegurar que ese destino sea el que le espera a Javier Milei, mรกs allรก de que ya estรก en marcha una investigaciรณn en tribunales estadounidenses por la estafa con la criptomoneda $LIBRA. Lo que sรญ es seguro es que, parafraseando al expresidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt al referirse al dicatdor de Nicaragua Anastasio Somoza, dijo โsรญ, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de putaยป.
Los tiempos cambian, pero ciertos paralelismos se reflejan en los almanaques como las nubes en los charcos.
Prueba de esto es que la AmCham (la Cรกmara de Comercio Estadounidense-Argentina), siempre preocupada por la calidad institucional, nada ha dicho sobre las supuestas coimas en el Senado para sancionar la Ley de Bases o sobre la avanzada en el Poder Judicial al nombrar a dos jueces en Comisiรณn en la Corte con uno de ellos, Manuel Garcรญa-Mansilla, que llegรณ a asumir por algunas pocas semanas en el mรกximo tribunal.
Tampoco se manifestรณ sobre los ataques a periodistas y medios, con derivaciones violentas que parten del propio Presidente. Se ve que la libertad de prensa o de expresiรณn, para las corporaciones de Estados Unidos son un concepto marxista, pero de Groucho: โestos son mis principios, pero si no le gusta, tengo estos otrosโ.
El Almirante Holsey y Javier Milei, polรญtica en comรบn por los Estados Unidos
Durante dรฉcadas, el objetivo del recelo estadounidense con Amรฉrica Latina fue contrapesar la eventual influencia que pudiera tener la Uniรณn Soviรฉtica en la regiรณn y en nombre de la lucha contra las expresiones locales, que iban desde la subversiรณn a la infiltraciรณn marxista, desplegaron todo tipo de acciones.
Golpes de estado e invasiones, injerencias en las polรญticas locales y condicionamientos econรณmicos fueron la constante. Pero algo pasรณ a comienzos del Siglo 21, que hizo encender las alarmas en los resortes del poder imperial.
Mientras los soldados de Estados Unidos flameaban la bandera de barras y estrellas en los suelos de Oriente Medio, en busca de reparar el honor flagelado en los atentados de las Torres Gemelas en 2001, un sentimiento de unidad latinoamericana crecรญa en Venezuela, Brasil y Argentina como punta de lanza de lo que serรญa el No al ALCA de 2005.
Ese acontecimiento, del que en noviembre se van a cumplir 20 aรฑos, significรณ una derrota simbรณlica inรฉdita para Estados Unidos. En la Cumbre de Mar del Plata, George Bush no pudo imponer el รrea de Libre Comercio de las Amรฉricas por la fรฉrrea oposiciรณn del venezolano Hugo Chรกvez, del brasileรฑo Lula Da Silva y del argentino Nรฉstor Kirchner, a los que se sumaron los mandatarios de Uruguay, Tabarรฉ Vรกzquez y de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos.
La movilizaciรณn popular, el Estadio Mundialista repleto y un escenario con Diego Maradona junto a Chรกvez que bajo la lluvia cantaba โALCA, ALCA, al carajoโ, fue el otro andarivel por el cual Bush se fue derrotado.
Pero no hay victorias permanentes y todo aquello que no se profundiza, suele terminar en retroceso. Aรฑos despuรฉs vendrรญa una especie de restauraciรณn conservadora y el actual momento, pone a Argentina con Milei en la Casa Rosada, como el ejemplo de lo que quiere Estados Unidos para nuestros pueblos al sur del Rรญo Bravo.
Alvin Holsey es el jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que โvigilaโ lo que ellos siempre consideraron su patio trasero: el territorio que va de Mรฉxico a la Antรกrtida. Hace unos meses era el segundo en ese organismo de Laura Richardson, que en lo รบltimos 3 aรฑos habรญa estado 3 veces en nuestro paรญs: la primera en el despacho de la entonces vicepresidenta Cristina Fernรกndez; luego con el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y el aรฑo pasado con Milei.
Semejante secuencia de visitas no tiene que ver con la aficiรณn por el tango o el dulce de leche, sino que hay un nombre propio que desvela a Washington y es el enemigo actual, asumido hasta en los documentos oficiales de la Organizaciรณn del Tratado del Atรกntico Norte (OTAN): la Repรบblica Popular de China.
A Holsey, al igual que Richardson el aรฑo pasado, le abrieron las puertas de la Base Naval de Usuahia y fue recibido por el Comodoro de Marina Prada, comandante del Area Naval Austral. Al menos esta vez no hubo el papelรณn de Milei viajando a la capital de Tierra del Fuego para cantar los himnos de los dos paรญses en un cadena nacional a medianoche.
Antes del viaje a la provincia austral, en cuyo territorio se encuentran tambiรฉn la parte argentina de la Antรกrtida y las Islas Malvinas, Holsey se reuniรณ con Milei en la Casa Rosada y pidiรณ por la puesta en marcha del radar Leolabs, de una empresa estadounidense emplazado en la localidad de Tolhuin.
La operaciรณn del radar fue suspendida durante el gobierno de Alberto Fernรกndez y no estรก demรกs recordar que Argentina tiene en las Islas Malvinas una ocupaciรณn colonial por parte del Reino Unido, que lleva casi 200 aรฑos y que Estados Unidos es el aliado principal de esa potencia, a quien asistiรณ en la Guerra de 1982, justamente con ayuda satelital.
El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, no fue parte de las actividades y el contario repudiรณ la presencia de Holsey: ยซno acompaรฑamos ni acompaรฑaremos la instalaciรณn de bases militares ni radaresย que puedan ser funcionales a intereses britรกnicos en el Atlรกntico Surยป.
Pero nada de eso le importa al actual Gobierno argentino, que a cambio de los dรณlares del Fondo Monetario Internacional (FMI), que le permitan sostener el carry trade especulativo y una sensaciรณn de baja de la inflaciรณn, estรกn dispuestos a rematar la soberanรญa nacional, a enajenar los recursos naturales (las tierras raras, como el litio, de las que hablaba Richardson sin tapujos en sus viajes), o el paso bioceรกnico entre el Atlรกntico y el Pacรญfico, clave en el nuevo esquema del comercio mundial.
En su afรกn de trascendencia cipaya como โmรกximo exponente mundial de la libertadโ , Javier Milei es capaz de convertir a nuestra Naciรณn en el Estado 51 de la Uniรณn.
Eso sรญ, todo lo estรกn haciendo muy rรกpido, antes de las elecciones nacionales de las que pretenden, como resultado, tener una mayor fuerza propia en el Parlamento. No sea cosa que los aliados federales, los radicales con peluca, algunos peronistas dรณciles y sobre todo el PRO de Mauricio Macri, le suelten la mano ante el desastre y hagan la gran operaciรณn profilรกctica que hizo Estados Unidos con muchos lรญderes: usarlos para despuรฉs del acto en cuestiรณn, descartarlos.