Cada 30 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar, en memoria del pintor neerlandés Vincent Van Gogh (1853-1890), quien padeció la enfermedad. Esta fecha busca educar sobre una condición que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 afectaba a 45 millones de personas en todo el mundo
El Trastorno Afectivo Bipolar, también llamado TAB, es una afección del estado de ánimo, cíclico y crónico. Según Mayo Clinic, combina dos tipos de cuadros: la depresión y la hipomanía. Las personas pueden ir de la excitación y euforia, hasta la depresión severa. Su principal causa es un desbalance químico del cerebro, pero también pueden desencadenarla algunos factores emocionales.
Por su parte, en 1989 la Argentina creó la Fundación Bipolares de Argentina (FUBIPA) que ofrece de forma gratuita grupos de ayuda mutua para personas con TAB, sus familiares y amigues. Allí se dictan talleres de psicoeducación y programas de reinserción social y laboral en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
En este marco, Nota al Pie dialogó con el psiquiatra José Bejarano para conocer acerca de la enfermedad y su tratamiento.
Sobre la enfermedad
El trastorno de la bipolaridad “se caracteriza por tener momentos de depresión y de manía o hipomanía, lo que implica una excesiva euforia, irritabilidad, cambios en el humor muy constantes”, aseguró Bejarano. Es por este motivo que se debe tratar lo antes posible.
Respecto a la raíz de esta condición, aclaró que “no hay una causa específica que se haya podido detectar a ciencia cierta. Mucho tiene que ver la parte genética”.
Bejarano, agregó que una persona diagnosticada con TAB seguramente tenga en su familia alguien que haya padecido la misma situación, o trastornos de ansiedad excesiva, síndrome de hiperactividad o depresión.
En este marco, el psiquiatra detalló que “hombres y mujeres viven por igual la enfermedad. Las mujeres pueden tener condiciones más depresivas. Los hombres, situaciones más maníacas e hipomaníacas”.
En cuanto a los tipos de TAB, una condición crónica, sostuvo que se clasifican en trastorno bipolar 1 y trastorno bipolar 2 y trastornos mixtos.
“En el trastorno bipolar 1, el paciente sufre depresión excesiva, melancolía, tristeza, apatía, falta del placer, aislamiento, irritabilidad. La persona estará un poco más agitada, con trastornos del sueño, falta o aumento del apetito, mala memoria, poca concentración, baja autoestima, sentimientos de culpa y puede llegar a no tener deseos de vivir y expresar agresividad con otras personas, o tener psicosis”, detalló.
Por otro lado, “el trastorno bipolar 2 tiene que ver con situaciones de manía e hipomanía”. La manía se caracteriza por una excesiva euforia que perdura más de una semana; pocos deseos de dormir; exceso o disminución del apetito; y deseo sexual exagerado.
Asimismo quienes lo padecen realizan actividades múltiples con intensidad, y por lo general no completan lo que se propone. Sumado a esto, el trastorno incluye el peligro de inmiscuirse en negocios, inversiones riesgosas o regalar excesivamente, además de intentos de suicidio.
“La hipomanía puede tener las mismas características, pero en un nivel menos intenso. Inclusive el enfermo tiene un poco de raciocinio de lo que está sucediendo”, corroboró el especialista.
Ser bipolar, mucho más que un problema de salud mental
El trastorno bipolar no solo afecta a la persona que lo padece, sino también a su círculo íntimo y entorno laboral. “Cuando el individuo está en un estado maníaco puede hacer inversiones totalmente arriesgadas y comprometer gravemente el nivel económico de toda la familia”, indicó Bejarano.
Si bien la enfermedad no tiene cura, la persona puede alcanzar estabilidad y llevar una vida normal con un plan apropiado. Esto requiere conciencia y compromiso con el tratamiento, el cual puede ser multidisciplinario.
El uso de medicina también es importante. A menudo, se recetan medicamentos conocidos como “estabilizadores del ánimo”, que ayudan a mantener niveles equilibrados del humor. Estos fármacos incluyen algunos anticonvulsivos, como sales de litio, y antipsicóticos atípicos.
Además de los medicamentos mencionados, existen otros métodos terapéuticos que se usan cuando el paciente presenta condiciones paralelas, como ansiedad, depresión, hiperactividad, o trastorno por un trauma. En los casos de abuso de sustancias, se puede recetar benzodiacepina en dosis moderadas.
Consultado sobre la disciplina que debe acompañar al tratamiento farmacéutico, Bejarano afirmó que es vital la terapia psicológica. En ese sentido explicó que, dependiendo la situación y condiciones del paciente, “deberá estar dirigida a orientar, educar, hacer conciencia y ayudar a detectar cuando está fluctuando de un estado anímico a otro”.
En cuanto al rol del psiquiatra, Bejarano detalló que precisa “advertir las situaciones que pueden darse, en las cuales el paciente disminuya o pare su recuperación”. Es de atender “cuando está en un grado de manía o de hipomanía, pues el sentimiento de excesivo bienestar produce que se sienta muy bien y crea que no necesita nada”.
Además del soporte medicinal y psicológico, el especialista destacó que los grupos de autoayuda son una pieza fundamental. “Las personas se sienten identificadas con lo que les pasa a sus pares. Se sienten comprendidos y entre ellos se dan un mensaje de esperanza”, aseveró. “El tratamiento va de la mano de la familia, amigos y compañeros de trabajo o estudio”, agregó.
En referencia al estilo de vida, detalló que el paciente deberá tener un orden en su dieta, respetar los horarios de la toma de la medicina, hacer ejercicio, y contar con momentos de esparcimiento. También, sugirió no ingerir alcohol, fumar cigarrillos u otras sustancias. Asimismo, enfatizó en la importancia de un buen descanso, ya que el mal dormir puede producir agresividad y recaídas.
En el mismo sentido, aconsejó “llevar un diario personal donde el paciente exprese sus sentimientos y se dé cuenta de cómo lleva cada día sus emociones. Y sobre todo tener paciencia y fe, no debe pensar que vale menos que otras personas”.
Al consultar si los síntomas de la bipolaridad se presentan desde una edad temprana, Bejarano explicó que “se da en cualquier momento”.
En referencia a los síntomas sostuvo que “la gente tiende a estigmatizar porque existe un desconocimiento de lo que es. Consideran que es alguien loco o raro. Y cuando alguien opina que hay una incongruencia emocional, se dice ‘eres bipolar o estás bipolar’ como una manera despectiva de hablar”. “Toda la sociedad debe informarse y no criticar o juzgar. Hay que ayudar a que el mensaje sea siempre de esperanza y alentador”, concluyó.
Un testimonio de superación
Belén, abogada y actriz, que prefiere no dar su apellido, es la protagonista de una historia de ejemplo y superación. La misma, logró tener a su primer bebé y espera a otro. Además, creó una cuenta de Instagram, donde expresa y comparte sus emociones.
En diálogo con Nota al Pie contó cómo reconoció y transita el trastorno bipolar. “Siempre conviví con una personalidad extrovertida, de mucha energía, pero, en mis 32 años, no recuerdo haber tenido síntomas que me dieran señales de que tenía la enfermedad”, comentó.
“En 2016, tuve el primer síntoma, por la época de Semana Santa, cuando padecí un cuadro de estrés en mi trabajo (me dedicaba al área de Salud Mental en un ministerio público). Todo iba bien, pero luego cambié de trabajo y me costó mucho adaptarme. Viví un retroceso en mi carrera profesional y fue el disparador”, detalló.
Los síntomas se desencadenaron cuando empezó a tener insomnio, el cual se agudizó cada vez más, por lo que consultó a su psicóloga. “Me derivó a una psiquiatra y él me recetó una medicina para regular el sueño. Durante dos años más, no tuve un diagnóstico”.
“Fue una etapa muy difícil. Estuve deprimida y con cuadros de hipomanía, pero sin ponerle nombre a lo que ocurría. Lo transité con mucha angustia. Pedí licencia en mi trabajo por tres meses, creí que era cuestión de estrés. Luego me sentí bien en la empresa, pero, de nuevo, la cosa no funcionó. Volví a tener oscilaciones en el ánimo”, recordó Belén.
Más tarde, consiguió una licencia de trabajo por un año y tres meses. “En ese momento traté de que me dieran un tratamiento y la medicina adecuada. Cambié de psiquiatra y, rápidamente, en 2018, supe que tenía bipolaridad 2.
“El especialista fue muy bueno, me explicó cómo me iba a sentir con la medicina y en 6 meses logré estar estable. Decidí cambiar de departamento en la oficina y me fue genial, porque además tenía terapia psicológica. Mis estados de ánimo fluctuaban menos. No era lo que viví antes, de estar en cama por depresión”.
“Al terminar casi el 2019, decidimos con mi pareja y previamente consultamos al doctor, porque quería quedar embarazada”. La decisión despertó varios interrogantes; tuvo temor en cuanto a si debería seguir tomando litio (medicina recetada) durante el embarazo. Pese a ello, confío ciegamente en su tratamiento.
“Todo fue de a poquito, bajando la dosis gradualmente y, al cuarto mes, me retiraron la medicación. Fue todo muy milagroso y vivía la cuarentena por el COVID-19 de forma tranquila. No tuve que ir a la oficina, laburaba desde casa. Luego fue transitar el puerperio, que es una etapa muy exigente en una mujer que tiene un bebé, y es cuando la salud mental se pone más expuesta”, afirmó.
Belén disfruta de llevar una vida artística y siempre fue una luchadora que peleó por su recuperación. “Después de muchos años de recorrido, empecé a ayudar a otras personas con un mensaje de que se puede seguir adelante. Que se hable de salud mental sin sentir vergüenza”, agregó.
A su vez, hizo hincapié en la importancia de la psicoeducación, “es importante estar informado y que el entorno sepa cómo se siente uno para que puedan ayudarnos. Yo nunca digo: ‘Soy bipolar’. Al contrario, digo: ‘Tengo un trastorno bipolar’”.
La protagonista creó una cuenta de Instagram: @Biponet, donde comparte experiencias con madres embarazadas de otros países, así como con personas de cualquier sexo que cuentan sus historias.
Charlas y talleres para concientizar sobre el TAB
Este sábado, entre las actividades que realizará FUBIPA, se encuentra una charla a cargo de la doctora Mariana Zarlenga, a las 18. La temática que le da nombre es “La importancia de los Familiares en el tratamiento del Trastorno Bipolar”. Se podrá ver a través del canal de YouTube de la organización.
Por otro lado, la próxima semana se dictará un taller de psicoeducación y entrenamiento en funciones cognitivas. Iniciará el miércoles 3 de abril, y serán 15 reuniones de modalidad virtual, a realizarse de 19 a 20:30. Se pueden solicitar informes por el email psicoeducacionfubipa@gmail.com.