Desde el año 1908, en Argentina cada 29 de abril se celebra el Día del Animal. La fecha fue elegida en homenaje al día de fallecimiento del Dr. Ignacio Lucas Albarracín, quien creó la Sociedad Protectora de Animales e impulsó la Ley Nacional de Protección de Animales Nº 2786, sancionada en 1891.
La normativa estableció la obligatoriedad del cuidado de los animales, la prohibición de la caza y sanciones contra el maltrato animal. Además de ser una fecha de festejo, es una oportunidad para concientizar sobre el cuidado de los animales y la necesidad de colaborar con la tarea de rescatistas y protectores.
Si bien los perros y gatos son la especie más elegida para la domesticación, algunas personas suelen adoptar especies exóticas, muchas de las cuales son víctimas de mascotismo.
Una de las problemáticas más graves aparece cuando los animales no tienen hogar y viven en las calles. En el caso de los felinos es especialmente delicado porque, en caso que no medie la intervención humana, los ejemplares sin esterilizar pueden formar una colonia con crecimiento sostenido.
La colonia se establece cerca de una fuente de alimento y les brinda protección, pero allí también se generan peleas y se crean condiciones para la transmisión de enfermedades. Sus miembros crecen en estado salvaje razón por la cual se vuelven difíciles de socializar.
La tarea solidaria de rescatar animales
El Hogar Gatitos Jazz se encarga de rescatar a gatos callejeros y tiene su sede en el barrio porteño de Mataderos. Muchos de los felinos son abandonados en los techos de los frigoríficos o casas deshabitadas para combatir la plaga de roedores y, en consecuencia, se reproducen exponencialmente.
La asesora en procesos de adaptación y especialista en comportamiento animal Gimena Mirantes es quien dirige la institución. Junto a su marido llevan adelante este emprendimiento desde hace 25 años. Se encargan de brindar cuidados, atención veterinaria y buscar familias para los animales.
Nota al Pie dialogó con la fundadora para conocer más acerca de esta noble tarea.
“Empezamos a dar gatitos en adopción esporádicamente después de la pandemia, donde explotó la cantidad de gatos que había”, explicó. “Hice un Instagram y les empezamos a dar de comer y a socializar”, detalló Mirantes.
Para muches vecines, estos animales cumplen una función utilitaria. Al respecto, Gimena señaló que “la gente trae los gatos para que no haya ratas, los dejan ahí, no los castran, no les dan de comer. Una gata tiene entre 3 y 4 camadas de gatitos por verano, anda sumando los años”.
Desde el inicio de la pandemia, el hogar logró dar en adopción alrededor de 300 gatos, con una tarea de socialización previa. Aquellos que no logran domesticarse (ferales) son alimentados tres veces por día. “Tengo tres que se acercan porque aprendieron a estar con nosotros, pero es imposible. Intentamos darlos en adopción y fracasó. Por eso se quedaron acá”, compartió.
El proyecto se financia con actividades y donaciones
Respecto a cómo llevan adelante esta labor, sostuvo: “No tenemos financiamiento. Estuvimos por convertirnos en Asociación Civil, para que sea más transparente, pero se complicó la situación económica y no pudimos”. “Para todos se necesita plata”, agregó.
“Por lo general, lo que hacemos son rifas. Yo hago muñecos de tejidos al crochet que se llaman “amigurumis” y tenemos algunas personas que colaboran desinteresadamente”, detalló la referente de la entidad.
En esa línea comentó que reciben donaciones para poder continuar funcionando: “La comida subió un montón. Estamos gastando alrededor de 400 mil pesos por mes entre comidas y piedritas”. Para transparentar la administración de lo recaudado, Gatitos Jazz publica en las redes, de manera documentada, todos sus gastos.
Por otro lado, la directora del hogar calificó a la reproducción descontrolada de animales en situación de calle como un desastre. En esa línea afirmó que “la pandemia no ayudó mucho porque todo ese año no hubo castraciones”.
“La gente se acostumbró a no castrar, no sé por qué, y eso que hay muchas campañas gratuitas, tanto en los municipios del Gran Buenos Aires como en la ciudad”, comentó Gimena. Sin embargo aclaró que “hay pocos turnos y lugares (en ambos distritos) y en cualquier municipio tenés que ser del lugar”.
En torno a esta problemática, la directora de la iniciativa opinó que “es todo un problema de educación: es como un tabú castrar al gato”. En este sentido, enfatizó que “no entienden que un gato sin castrar corre riesgo de vida, porque si lo dejan salir pelean a muerte con otros cinco”.
Día mundial y animalismo
A nivel internacional, el Día de los Animales se celebra el 4 de octubre. La fecha recuerda el fallecimiento de San Francisco de Asís, considerado patrono de los animales. Son millones las personas que sostienen que los mismos deberían vivir en su hábitat natural y consideran como un acto de “especismo” tomar a algunos de ellos como mascotas.
Quienes tienen esta postura también condenan la naturalización que se hace de los mismos con objetivos de consumo, explotación, experimentación, vestimenta, deportes o entretenimiento para los seres humanos. Sin embargo, por lo pronto, son millones los animales domésticos que conviven con personas y la fecha recuerda la importancia del cuidado de la vida animal bajo cualquier condición.