Las fiestas están llegando a su fin, y desde Nota al Pie abordamos la segunda entrega de El último recurso. Se trata de “Un cuento de Navidad”, una precuela del popular cómic para adultos de 2019. Fue escrito por Lubrio y Kundo Krunch, y editado y publicado en 2020 por Libera la Bestia.
El libro, que tiene 80 páginas y mide 24cm por 17cm, es a todo color y tiene tapa blanda. Podría decirse que pertenece a una saga, ya que en 2023 se publicó la tercera parte de esta aventura, titulada “El fin de nuestros elaborados planes”.
¿De qué trata “El último recurso”?
La obra narra las aventuras y desventuras bizarras de un grupo de antihéroes dotados de poderes muy particulares. El argumento mismo señala: “Cuando las cosas se ponen feas, los feos salen a salvar el mundo. Desagradables, descartables pero necesarios. No son héroes, son el último recurso”.
El equipo remite así a aquellos grupos de inadaptados, como Doom Patrol e incluso El Escuadrón Suicida o Umbrella Academy. De hecho, debido a su carácter de antihéroes, hoy en día podría tener un gran eco en los cómics de The Boys.
Al igual que ocurre en este cómic, cuando se trata de daños colaterales, parece que a ninguno de los personajes les importa en absoluto.
El grupo, bastante peculiar, está integrado, en primer lugar, por la Agente Prisca, una asesina que fue sometida a un suero de rejuvenecimiento. Como todo salió mal, ahora es una anciana atrapada en el cuerpo de una niña, y en algún momento experimentará un rejuvenecimiento tan extremo que se convertirá en un feto.
También encontramos a Lars, un asesino que tiene habilidad para resucitar a personas a las que somete a actividades un tanto perturbadoras; ya Max, un niño que adquiere poderes cuando se transforma en vómito.
Por último, en el equipo aparece una maestra jardinera que parece no tener ningún superpoder. Sin embargo, lo interesante es que este personaje está compuesto por dos siamesas: Ethel y Gogó. Así es, Gogó posee habilidades psíquicas.
El primer tomo nos presenta de manera acertada al grupo considerado ‘el último recurso’ de la humanidad, el cual trabaja para el gobierno. Aunque por alguna razón estaban separados desde hace tiempo, en esta primera parte vuelven a reunirse frente a una amenaza interdimensional que devora a les niñes.
“El último recurso. Un cuento de Navidad”
La segunda entrega, una precuela ambientada durante la época navideña, tiene su origen en un historia contada por el viejo Max, el niño vómito. Max comparte un momento íntimo con una mujer que le pregunta sobre una compañera que solía formar parte del equipo: la Súper Mamá.
La nueva recluta del equipo está vinculada a un misterioso espíritu verde, o a lo que parece algún tipo de ánima. Según cuenta Max, en esta ocasión, El último recurso deberá ir tras los rastros de estudiantes y profesores desaparecides, que muy probablemente estén secuestrades.
En esa búsqueda, Super Mamá (o Mamacita, como la llama la Agente Frisca) será clave, ya que será la única capaz de detener la tragedia.
En el camino, el grupo se encontrará con otros personajes peculiares y algo excéntricos, como un hombre árbol y un señor proveniente de una fotografía enmarcada que cobra vida. Viñeta a viñeta, irán desfilando personajes extraños mientras disfrutamos de situaciones bizarras que llevarán a la exageración.
Una saga que apunta al público adulto
Un Cuento de Navidad continúa con ese tono ácido y crudo que caracteriza a la primera entrega. Krunch y Lubrio construyen un mundo caótico, en el que no hay reglas y todo vale.
Todo lo que sucede allí traspasa los límites de lo socialmente aceptable (o más bien inaceptable) y resulta en una crítica social y cultural evidente. El tono exagerado con el que se cuenta la historia y se ilustra, convierte a esta historieta en una obra estrictamente adulta, llena de humor negro, escenas violentas y sarcasmo. Además, se suman momentos intensos y roces algo tensos entre los miembros del grupo.
La narrativa tiene un ritmo dinámico, lo cual hace que, una vez que se comienza a leer, resulte difícil parar hasta llegar al final. Las escenas bizarras y chocantes, que no son aptas para un público sensible, despiertan más curiosidad a quien se atreva a recorrer las páginas de esta peculiar aventura.
Las ilustraciones en Un Cuento de Navidad complementan de manera acertada los sucesos de la historia. Además, las expresiones de los personajes, que son deformes y grotescas, reflejan las situaciones que experimentan de manera muy verosímil. Son antihéroes llenos de rabia constante y el trazo de Krunch nos hace sentir sus gritos mientras recorremos las viñetas.
Todo en El último recurso invita a entrar y no dejarlo ir. La última entrega es más irreverente aún que las anteriores y se atreve más. ¿Aliens? ¿Gente en incubadoras? Sea cual sea el caso, esta nueva aventura resulta perfecta para aquelles que disfrutan de la ciencia ficción con un toque descarado y un derroche de locura.