La artista francesa Nana ofrecerá lo mejor de su repertorio romántico en su nuevo espectáculo, denominado “Les Amours de NANA”, presentándose en Bebop Club (Uriarte 1658, CABA). El show podrá disfrutarse a pleno desde el próximo 7 de febrero hasta el 28 del mismo mes, a partir de las 20:00 horas en todas sus fechas.
Tras el éxito que tuvo la artista en su show Cabaret durante el 2022, sus oyentes podrán disfrutar en esta oportunidad de diferentes canciones románticas del ayer y del hoy. Nana estará acompañada de un aclamado equipo, proveniente de los “Café-concerts» de los principios de Édith Piaf, Joséphine Baker y Mistinguett.
Introducción al lector: ¿quién es NANA?
Nana, es una artista oriunda de la capital del amor, que se introdujo al mundo de la música y el espectáculo con el género de canto lírico y el teatro. Asimismo, desde el año 2008 exhibe por Buenos Aires su Cabaret surrealista con canciones propias en francés y de otros autores.
Incluso, llevó a cabo dos espectáculos haciendo tributos especiales a las grandes personalidades del espectáculo francés donde presentó obras como “Nana canta Piaf” y “Lumière, homenaje a Jeanne Moreau”. Gracias a eso, en el año 2015 se la consideró como figura destacada por la Legislatura Porteña por su gran aporte a la cultura francesa en la Argentina.
Sin ir más lejos, Nota al Pie entrevistó a la artista francesa Nana para conocer más en profundidad sus comienzos en el mundo artístico, el surgimiento de «Les Amours de Nana», en que se inspira para sus creaciones y cómo fue llevar a cabo y lograr el éxito de su Cabaret el año pasado.
¿Cómo fue su comienzo con el mundo artístico?
En París a temprana edad, precisamente a los 12 años, empecé a cantar óperas de Verdi y Puccini que montaba Madame Thirion, la profesora de música de mi escuela. Luego, a los 16 realicé mis primeras creaciones teatrales y presenté mis propias canciones.
Junto a mis compañeros de colegio, Le Lycée Condorcet, lanzamos un Festival de Arte que sigue de pie desde entonces. Luego seguí investigando con teatro experimental y trabajé en el Teatro des Amandiers en los afueras de París. Allí me formé como cantante lírica y actriz.
La vida me llevó a Buenos Aires, donde encontré gente con quién me apasiona seguir aprendiendo y crear: Guillermo Angelelli, Mariela Asensio, Marina Otero. Y así elegí seguir con mi vida artística de este lado del océano.
¿Cuál es la mayor inspiración de sus canciones?. ¿Tiene una preferida en la que se identifique?. ¿Cuál sería?
Mi mayor inspiración parece una obviedad: el amor y el desamor. También la soledad del viajero, las errancias del ser en búsqueda de su identidad; el presente, lo que hace vibrar. No sé si tengo una preferida en particular, son todas mis “bebés”. Pero puede ser que según mi estado de ánimo del momento, necesito cantar más una que la otra.
Por otro lado, ¿Qué podrá disfrutar el público cada martes en sus shows?
Cada martes sonarán temas románticos, clásicos de Édith Piaf, una eterna enamorada. Y también del repertorio francés, como temas propios y algunas incursiones líricas. Nos embarcaremos hacia las tierras del amor cortés y del fals’ amor para llegar a las orillas del amour fou. Recibiremos a grandes embajadores del amor y nos sorprenderemos con sorpresas cada vez más inesperadas.
¿Cuándo nace «Les Amours de Nana»?
Los amores nacen al nacer, e incluso, se empieza a contar de amores cuando una se encuentra con el desamor y se vuelve a encontrar con el amor, y al revés, incansablemente.
Cuando Karina Nisinman, la formidable programadora de Bebop Club me propuso retomar en febrero el ciclo del Cabaret de Nana que lanzamos en julio pasado, quise darle una impronta impúdicamente enfocada en el amor, con un Cabaret romántico, para celebrar el mes de los Enamorados. Me acordé de “Femmes d’amour”.
Un homenaje que había realizado a mujeres que le dedicaron su canto y su vida al amor (Ella Fitzgerald, Edith Piaf, Lhasa de Sela ) y que presentamos en Notorious y en el Ciclo Amor de verano del (Centro Cultural) Recoleta. Tenía ganas de ver que le pasaba a la Nana de hoy con ese asunto del “amour”.
Además, para mí, cada verano se volvió casi un ritual invitar de manera descontracturada a artistas que admiro. Como si estuviéramos en un salón musical y poder presentarle mis corazonadas al público.
Les Amours de Nana son los maravillosos músicos que me acompañan, los increíbles artistas que invitamos, el generoso público que nos sigue. Tan como el lugar que nos recibe, las canciones que cantamos, todo lo que nos inspira, nos insufla entusiasmo y alimenta el deseo de estar presente, para mantener viva la llama.
¿Cómo fue llevar a cabo y lograr el éxito de su Cabaret el año pasado?
Fue una experiencia increíble, creo que cuando algo sale de un deseo realmente genuino, todo es posible. Había percibido la necesidad del público de sentirse parte, de no quedarse en un papel pasivo. Y eso funcionó más allá de todas las expectativas.
Fue un inmenso trabajo para Mariano Sarra (piano y dirección musical) y Daniel Mayor (trompeta y contrabajo) de extender el repertorio para incorporar temas de los años 30.
Y tener lo suficiente temas como para poder asegurar que cada martes presentemos un programa distinto, ensayar con las diferentes invitadas, de las cuales dos terminaron formando parte del equipo: la violinista Christine Brebes y la bailarina Rosario Ruete.
También a nivel logística, el trabajo fue inmenso: difundir a los espectadores lo suficiente para que sepan que tienen que venir lookeados, producir los à-côtés del show como la fiesta a bordo del trenecito. O las sobremesas para que todos encuentren algo para brillar al llegar al lugar si no estaban al tanto.
Ayudó muchísimo la comunicación que realizó Claudina Sanchez para dar a conocer el ciclo, así como nuestro equipo de filmación y fotografía, especialmente Santiago Nuñez Bonifacino y Sandra Grossi. Y obviamente, toda la troupe de Bebop Club, poniéndose brillos y plumas, y transformándose en cómplices desde el instante cero.
Todos los esfuerzos valieron la pena, porque se armó un equipo maravilloso en el escenario y en la sala, con nuestras fieles Cabareteras de las primeras filas siempre más numerosas. Porque la gente se prendió tanto al juego que muchos volvieron una o más veces, y que se corrió la bola de forma hermosa.