Este lunes, el Congreso peruano se reunió para votar la destitución del presidente Pedro Castillo, una vez más. Sin embargo, no sucedió. La situación en Perú es muy difícil para el actual primer mandatario. Los grandes empresarios están aliados con los partidos de derecha.
Tras un debate de más de ocho horas de duración, en el que el mandatario presentó sus descargos al inicio y luego hablaron 95 parlamentarios, 55 legisladores votaron a favor de la destitución; 54 en contra y 19 se abstuvieron. De esta forma, la destitución no prosperó, ya que se requerían 87 votos para ser aprobada.
Fue la segunda iniciativa destinada a destituirlo en poco más de tres meses. Aunque la anterior, a principios de diciembre, no llegó a ser debatida y votada por el pleno del Parlamento, porque no tuvo los votos necesarios para ser admitida.
En diálogo con el informativo Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), el corresponsal Jaime Herrera desde Perú se refirió a la situación que vive el Gobierno de Pedro Castillo: “Castillo ha llegado al gobierno con propuestas de izquierda. Lo que sucede es que la dominación en el Congreso es de partidos políticos de derecha y conservadores. Estos últimos están acompañados por los medios más poderosos del país, quienes ejercen presión para la destitución del primer mandatario”, comentó.
También, agregó: “El presidente imploró al Congreso que se empiecen a trabajar soluciones en pos de ayudar a la gente. Recordemos que en Perú la seguidilla de inestabilidad política y la pandemia dejaron mucha pobreza, hambre y desempleo a su paso”.
Según Herrera, en las calles hubo marchas multitudinarias para apoyar al presidente y, sobre todo, para rechazar el accionar del Congreso que “impide la salida de leyes que brindarían un poco de bienestar para la población peruana”.
La sesión especial
En el comienzo de la jornada, Castillo presentó su descargo y luego continuó la defensa de su abogado, José Félix Palomino. Al respecto, el letrado sostuvo que “no existe prueba que vincule directamente al presidente con algún acto de corrupción”. Además, tomaron la palabra los 95 legisladores.
La votación no alcanzó para destituir al actual presidente, ya que se necesitaban dos terceras partes para removerlo del cargo. De los 87 necesarios, solo se cosecharon 55 positivos. Luego de la votación, la jefa del Congreso, María del Carmen Alva, opositora al Gobierno de turno, señaló: “No ha sido aprobada la resolución de declarar la vacancia de la presidencia de la República”.
El presidente peruano se mostró contento en su cuenta de Twitter.
Un dato curioso sobre lo que sucede en Perú
Suele suceder en el fútbol que les entrenadores están de paso y les presidentes cumplen mandatos de cuatro u ocho años, en algunos casos. No es así en el país incaico, donde la gobernabilidad es muy frágil. Ricardo “El Tigre” Gareca, técnico argentino, tomó el mando del seleccionado peruano en el 2015, cuando el presidente de la nación era Ollanta Humala. Después de este, pasaron seis presidentes más y siete procedimientos de vacancia por incapacidad. Mientras, el técnico argentino continuó en su cargo.
En el 2016, Pedro Pablo Kuczynsky ganó las elecciones con el 50% de los votos por sobre Keiko Fujimori. Sin embargo, en 2018 renunció a su cargo luego de varios videos de corrupción que salieron a la luz. Entonces asumió su vicepresidente, Martín Vizcarra, hasta noviembre del 2020 cuando el parlamento declaró su permanente incapacidad moral. Cabe destacar que Vizcarra ya había tenido un primer proceso de vacancia en septiembre de ese año.
Manuel Merino fue el presidente cinco días, desde la segunda declaración de vacancia por incapacidad al anterior mandatario. En el quinto día de su mandato, Merino presentó su renuncia de manera verbal y fue aprobada por el congreso.
Siguiendo la sucesión constitucional, fue el turno de Francisco Sagasti debido a que era presidente del Congreso. Denominó a su mandato como un Gobierno de transición y emergencia, en medio de la crisis política en Perú y la pandemia mundial.
Por último, el año pasado resultó electo Pedro Castillo, imponiéndose en la segunda vuelta a Keiko Fujimori por nada más que 44 mil votos. El accionar del perdedor fue denunciar supuesto fraude, que no llegó a buen puerto y Castillo fue oficializado como primer mandatario.
Sin embargo, la estabilidad política es muy frágil para el presidente y no parece que los sectores conservadores y de derecha que dominan el congreso tengan intenciones de dejar gobernar a Castillo.