El martes, en Rusia, el presidente Vladimir Putin asumió oficialmente su quinto mandato al frente del país euroasiático. La ceremonia de investidura se llevó a cabo en el Gran Palacio del Kremlin de Moscú, lugar donde, luego de protocolar toma de posesión, el mandatario ruso ofreció un discurso que bien vale la pena traer por su contenido.
Proteger a Rusia, servir a la nación
En su discurso, ante miles de invitados, Vladimir Putin extendió su «más sincero agradecimiento» a los ciudadanos de Rusia en todas las regiones del país «así como a aquellos que viven en los territorios históricos de Rusia y que han ganado su derecho a permanecer unidos con nuestra Patria».
Del mismo modo, además de agradecer a los «héroes» que participan en la Operación Militar Especial, Putin señaló que el nuevo mandato como jefe de Estado de la Federación de Rusia «se trata de un tremendo honor, una gran responsabilidad y un deber sagrado» e indicó que «los intereses y la seguridad del pueblo de Rusia» seguirán siendo su principal preocupación.
El mandatario, en una clara referencia al gran respaldo popular obtenido en las elecciones de marzo, afirmó que «ustedes, los ciudadanos de Rusia, han confirmado que el país va por el camino correcto».
En ese sentido, Putin expresó ver esto como una «profunda conciencia de nuestros objetivos históricos comunes y su inquebrantable determinación de defender nuestras opciones, nuestros valores, nuestra libertad y los intereses nacionales de Rusia».
El presidente ruso, asimismo, sostuvo estar seguro de que «atravesaremos este difícil período crucial con dignidad y saldremos aún más fuertes» y que el país logrará «todo lo que hemos planeado a largo plazo, todos los proyectos de gran alcance destinados a alcanzar nuestros objetivos de desarrollo».
«Nuestra principal prioridad es la preservación del pueblo. Confío en que el apoyo a los valores y tradiciones familiares centenarias seguirán uniendo a las asociaciones públicas y religiosas, los partidos políticos y todos los niveles de gobierno», afirmó el líder del Kremlin.
En esa línea, a su vez, el jefe de Estado manifestó que las decisiones relativas al desarrollo del país y sus regiones «deben ser efectivas y justas» y tienen que estar destinadas a promover «la prosperidad de las familias rusas y mejorar su calidad de vida».
La construcción de la multipolaridad
Vladimir Putin, en relación al plano internacional, afirmó que «hemos estado y seguiremos estando abiertos a fortalecer las buenas relaciones con todos los países que ven a Rusia como un socio confiable y honesto» e indicó que, en la actualidad, esos países «constituyen la mayoría global».
El líder ruso, asimismo, reiteró que su nación no rechaza el diálogo con los Estados de Occidente: «la elección es suya: si pretenden seguir intentando contener el desarrollo de Rusia, continuar con la política de agresión, la presión incesante que vienen ejerciendo sobre nuestro país durante años o buscar un camino hacia la cooperación y la paz».
En ese sentido, el mandatario ruso sostuvo estar dispuesto a tener conversaciones sobre seguridad y estabilidad estratégica, pero no a negociaciones desde una posición de fuerza.
«Estamos abiertos a una conversación sin arrogancia, vanidad o excepcionalismo: un diálogo en pie de igualdad y con respeto por los intereses de cada uno», aclaró el presidente del gigante euroasiático.
De esta manera, quien representa uno de los arquitectos de la reconfiguración del poder en el sistema internacional, aseguró que «junto con nuestros socios en la integración euroasiática y otros centros de desarrollo soberano, continuaremos construyendo un Mundo Multipolar y un sistema de seguridad igualitario e indivisible».
Estabilidad para el desarrollo
El presidente ruso sostuvo que, ante las complejidades que presenta un mundo que cambia rápidamente, su país debe esforzarse no solo por ser autosuficiente sino también competitivo. No obstante, al mismo tiempo, llamó a no olvidar los aprendizajes de la Historia:
«Debemos recordar sus lecciones y nunca olvidarnos del enorme precio que pagamos por los disturbios y problemas internos. Por lo tanto, nuestro Estado y sistema sociopolítico debe ser fuerte y resistente a cualquier amenaza y desafío, asegurando el desarrollo progresivo y estable, así como la unidad e independencia de nuestro país», afirmó Putin.
Sin embargo, el mandatario destacó que la «estabilidad no es igual a la inflexibilidad» e indicó que en Rusia los «sistemas estatales y sociales deben ser flexibles, creando condiciones para la renovación y el progreso».
En ese sentido, Putin dijo que es necesario asegurar una «continuidad confiable» en el desarrollo del país durante las próximas décadas y «formar nuevas generaciones que fortalezcan el poder de Rusia y desarrollen nuestro Estado sobre la base del acuerdo interétnico, la preservación de las tradiciones de todos los grupos étnicos que viven en Rusia, una nación civilizada y unida por la lengua rusa y nuestra cultura multiétnica».
«Miramos hacia adelante con confianza y planificamos nuestro futuro delineando y ejecutando nuevos proyectos y programas, que están diseñados para inyectar aún más impulso a nuestro esfuerzo de desarrollo y hacerlo aún más fuerte», remarcó el líder ruso.
Para finalizar, Putin destacó que Rusia es una nación «unida y fuerte» e indicó que junto al pueblo ruso «superaremos todos los obstáculos y conseguiremos que todo lo que concebimos se haga realidad».
En otras palabras, para el lamento del Occidente angloamericano que con la guerra en Ucrania soñaba con una rebelión de la sociedad rusa contra el mandatario, en Rusia existe Putin para rato.