El relato liberal del Occidente angloamericano acerca de un “orden internacional basado en reglas” es cada vez más discutido por los principales actores globales. La razón es evidente: esas reglas no son respetadas ni siquiera por aquellos que dicen defenderlas. Este fenómeno se extiende al resto del mundo, donde día tras día surgen hechos que violentan el derecho internacional con total impunidad.
La invasión a la embajada de México
Este sábado en la madrugada, mediante una operación policial, Ecuador irrumpió en la embajada mexicana en Quito, lo cual desencadenó una grave crisis diplomática entre ambos países. La acción, ordenada por el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, tuvo como objetivo el arresto del exvicepresidente Jorge Glass, quien está condenado por corrupción en el país andino.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, declaró que Glass se encontraba en la embajada buscando refugio y tramitando asilo debido a la persecución que enfrenta.
En ese sentido, el mandatario afirmó que el hecho constituye “una violación flagrante tanto del derecho internacional como de la soberanía de México”. A su vez, instó a la canciller de su país a declarar la suspensión de las relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador, lo cual ocurrió minutos después de lo sucedido.
La irrupción en la embajada mexicana, que viola tanto de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas como otros acuerdos regionales, fue condenada de manera unánime por el resto de los países latinoamericanos. Sin embargo, a pesar de la oportuna e importante reacción generalizada, lo sucedido no solo abrió un grave conflicto diplomático que será difícil de distender, sino que también sentó un peligroso precedente para los países de la región.
Israel, cada día más desatado
Israel, en medio de su continua y brutal agresión en la Franja de Gaza, demuestra cada día más su disposición a cruzar cualquier límite. Esta semana, y desde que inicio el conflicto israelí-palestino, diversos hechos evidenciaron que ni las masivas manifestaciones dentro del país ni la presión de la Comunidad Internacional son capaces de detener la imprudente beligerancia del gobierno de Benjamín Netanyahu.
Como detalló en Nota al Pie, el pasado lunes, en Damasco, la capital de Siria, la aviación israelí bombardeó el consulado de la República Islámica de Irán, lo que dejó al menos 13 personas fallecidas. Este ataque aumentó las tensiones en Medio Oriente, ya que Irán prometió una respuesta contundente, lo que podría desencadenar un conflicto de escala regional.
Asimismo, a pesar de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigió un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza, las masacres perpetradas por las Fuerzas de Seguridad de Israel (FDI) continuaron. De esta manera, el número de palestinos asesinados asciende a más de 33137, a ello se suman los hospitales destruidos, periodistas asesinados, el uso del hambre como arma de guerra e incluso ataques a ONG extranjeras.
La OTAN cumplió 75 años
Si nos referimos a actores en el sistema internacional que, a pesar de su discurso, no respetan el orden internacional basado en reglas que dicen defender, es imposible dejar de mencionar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza militar que el pasado jueves celebró su 75 aniversario desde su fundación.
El 4 de abril 1949, mediante la firma del Tratado de Washington, 12 naciones se unieron con el objetivo de contener el avance del comunismo en Europa e intentar establecer una arquitectura de seguridad colectiva frente a un eventual conflicto bélico.
Esta iniciativa, se dio como respuesta de Estados Unidos al Pacto de Varsovia. Sin embargo, 75 años después, el histórico registro belicoso de la alianza deja claro que la organización representa el brazo armado global de los intereses de la oligarquía financiera internacional.
En el nuevo aniversario, más allá de los discursos autocelebratorios, los principales líderes de la OTAN, junto con los cancilleres de los 32 países miembros, se reunieron en la sede de Bruselas para discutir los principales desafíos que enfrenta la alianza en la actualidad.
Los dos temas que se destacaron en la agenda fueron, por un lado, Ucrania, donde todos reconocen que la victoria rusa en el terreno militar es inevitable. Por otro lado, el Indo-Pacífico, una de las principales preocupaciones de Estados Unidos para contener a China.
Del mismo modo, y aunque pocos lo reconozcan de manera oficial, Donald Trump es uno de los principales motivos de preocupación para la alianza, ya que una eventual victoria en las elecciones presidenciales del magnate podría reabrir el debate sobre la participación de Washington en la OTAN.
En tal sentido, el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, afirmó: “No creo en Estados Unidos en solitario, de la misma forma en que no creo en una Europa en solitario. Creo en Estados Unidos y Europa juntos en la OTAN, porque juntos somos más fuertes y estamos más seguros”. Parafraseando a Karl Marx, el fantasma del candidato republicano sobrevuela sobre el viejo continente.