Un día como hoy pero de 1810, se creó la Biblioteca Pública de Buenos Aires tras la resolución de la Primera Junta de Gobierno. Su motivación fue que les jóvenes descuidaban su educación por estar enfocades en tareas de guerra tras las Invasiones Inglesas.
Esta iniciativa fue impulsada por Mariano Moreno, quien era secretario de gobierno en ese momento y lo destacado de este suceso es que rompió con el privilegio de la lectura al ser un espacio abierto para todes.
Muchos años después, en 1942, el Congreso de Bibliotecarios se reunió en Santiago del Estero para establecer la fecha y fue finalmente instituido a nivel nacional en 1954, mediante sanción del Decreto Nro.17.650/54.
La Biblioteca Leopoldo Marechal comenzó en 1991 como una sala de lectura dentro de la recién creada Universidad Nacional de La Matanza. Mientras la institución fue creciendo, así lo hacía este espacio de lectura en simultáneo. En 2003 se establecieron en espacio donde se encuentran actualmente, que cuenta con una sala de lectura silenciosa, una parlante, una biblioteca virtual, una sala de referencia y hemeroteca, y una biblioteca sonora.
Abierta a toda la comunidad, tiene una capacidad para más de 1000 personas y miles de opciones de libros de libre acceso, además cuenta con un equipo de bibliotecaries que representan a la institución en el ámbito académico y hacen posible la dinámica de esta extensión universitaria.
¿Por qué es importante el rol del bibliotecarie?
La directora de la biblioteca de la UNLAM, Daniela Rodríguez, en diálogo con Nota al Pie contó que un día de trabajo de ella y sus compañeres es interesante porque se reparte entre el trabajo técnico propio del profesional bibliotecario, que consiste en realizar búsquedas de información para demandas específicas de les usuaries; y también se realiza un análisis documental y descriptivo de diferentes fuentes.
“Ahí se nota el trabajo bibliotecario que es un trabajo totalmente invisible. Pareciera que hay una persona sentada frente a una computadora y que no está haciendo mucho, pero en realidad está trabajando precisamente para la difusión del conocimiento de la universidad”, explicó la Licenciada en Bibliotecología y Documentación.
Las bibliotecas son un espacio de encuentro con la lectura y con un otre, y es ahí donde le biblotecarie juega un rol esencial en mantener ese espacio para la comunidad. Según cuenta Rodríguez no es de público conocimiento que la mayoría de los contenidos de lecturas organizados en internet han sido organizados por sus colegas, por lo que día a día hacemos uso de su trabajo.
Hoy en día las teorías sobre las formas de uso del espacio de lectura compartido están cambiando, incluso los contenidos que se leen se adaptan a una era de la instantaneidad. Lo ideal sería ampliar el concepto de que la biblioteca solamente es un espacio de lectura para pensarla como un espacio de encuentro, lo que termina reconfigurando y dándole un nuevo significado a muchos de los servicios de una biblioteca.
“A mí me parece que es fundamental el rol del bibliotecario porque nuestro trabajo es conectar los textos, conectar el conocimiento con aquellas personas que lo están necesitando y probablemente no lo saben. Entonces, para cuando llegue el momento en que necesiten esa información, algún bibliotecario habrá trabajado en la manera de que él pueda acceder a ese texto”, concluyó Rodríguez.