El power trío teatral compuesto por el escritor Matías Diamant, el director Daniel Marcove y el productor Alberto Teper dio vida a un espacio atravesado por grandes figuras del mundo intelectual del siglo XX en Café Central, CABA.
A raíz de la temática, Nota al Pie dialogó con Marcove para conocer más sobre la obra y su enlace con la cultura y situación en Argentina.
La obra se estrenó el 30 de marzo en el teatro El Tinglado, ubicado en Mario Bravo 948, Palermo y se puede disfrutar todos los sábados a las 20 y domingos a las 18. Las entradas podes comprarlas en Alternativa teatral.
La meca cultural
El Café Central fue un punto de encuentro emblemático durante el siglo XX bajo el imperio austrohúngaro. En la cafetería convergieron personalidades y debates de la época, que giraron en torno a la política, arte, cultura y sociedad.
Entre sus paredes resonaron las voces de intelectuales, artistas, políticos y ciudadanos comunes, que compartieron sus visiones del mundo y sus temores sobre el futuro incierto.
En ese sentido, la obra Café Central retoma a personajes como el padre del psicoanálisis Sigmund Freud, los escritores Stefan Zweig, Franz Werfel y Karl Kraus, los exiliados políticos como León Trotsky y Stalin. Además del filósofo Ludwig Wittgenstein, el pintor Oskar Kokoschka y Adolf Hitler.
La historia de la obra sucede a lo largo de un día en 1913 y otro similar en 1933. Las historias que despliegan les actores se entrecruzan al son de convulsionados momentos que influyeron en el curso de la historia mundial.
Según el director Marcove, a pesar de que la obra aborda realidades difíciles, logra cautivar al público desde un delicado sentido del humor que se une a la reflexión.
La cultura, el teatro y la resistencia
La obra Café Central, trae a la actualidad los turbulentos años de preguerra pero de forma paralela establece conexión con la realidad que transita Argentina y el mundo.
En ese sentido, Marcove comentó: “Ese tiempo de preguerra, de desolación y tanta pérdida de identidad tiene una resonancia enorme en nuestros días y dia a dia se agiganta su actualidad”
En profundización sobre lo que sucede en la obra y la actualidad argentina, el director sostuvo que es notable la dificultad por la que atraviesa la cultura: “Está abordada desde una falta de sensibilidad importante, donde se entiende a la cultura como un gasto y no como una inversión” y sentenció: “Un pueblo que no apoya su cultura está destinado al fracaso”.
Asimismo, contempla que hay una desazón popular, una grieta y falta de identidad importante, y que es a partir de ello que se puede establecer vértices que unen a la Argentina de 2024 con las realidades de 1913 y 1933.
Por otro lado, en relación a las medidas impartidas por el gobierno libertario, Marcove dijo que es un momento desolador y que está en total desacuerdo con toda la política que se está llevando a cabo.
“Es una insensibilidad y falta de comprensión profunda de lo que es el ser humano y sus necesidades”, aclaró Marcove.
A su vez, consideró que la gente que integra el entramado cultural levantó la bandera de la resistencia y de la “libertad bien llamada”. En esa línea, aseguró que el teatro siempre ha sido una trinchera visceral de la defensa de lo cultural.
En dicha apreciación se remitió al Teatro Abierto, como un movimiento genuino de resistencia, del cual fue parte de la comisión directiva.
Cabe recordar, que el Teatro Abierto surgió en 1981, y fue una respuesta desafiante ante la mordaza social de la última dictadura cívico militar, que censuró a cientos de productores, directores y artistas. Es en consonancia que Marcove plantea la defensa de la cultura como un lugar de conexión con lo más entrañable del ser humano.