En 2006, Marvel creó uno de los eventos más importantes de la historia de la editorial. A cargo del escritor Mark Millar. (Superman Hijo Rojo) y el dibujante Steve McNiven, el mundo de los superhéroes colisionó. Se desarrolló una grieta política que dividió en dos facciones a los héroes más grandes del mundo, y se exploraron al máximo las consecuencias de este tipo de enfrentamiento.
Luego del atentado al World Trade Center en 2001, en USA, el presidente George Bush dictaminó la Ley USA Patriot. Este acta sacrificaba los derechos constitucionales, supuestamente en defensa de la seguridad nacional. En 2006 la ley fue renovada, y esto desató una crítica en varios sectores. Civil War es la respuesta de Marvel Comics a esta ley.
Los cómics son la mitología moderna, una forma artística que explora (sobre todo en USA donde es parte intrínseca de su cultura) aspectos de la sociedad. Situaciones que vive la gente todos los días plasmadas de forma metafórica en las páginas. Los superhéroes hoy sustituyen a los dioses de las epopeyas de la antigüedad. Y Civil War es uno de los testigos más evidentes de esto.
Una idea primigenia: hacer el bien
Un grupo de jóvenes héroes (dentro de todo, novatos) conocidos como los New Warriors detecta a un conjunto de villanos en Stamford, Connecticut. Aprovechando la oportunidad para dar éxito a un reality show que rodaban, los héroes deciden atacar. Mientras se defendían, uno de los villanos, Nitro, decide auto inmolarse, llevándose no solo a los héroes consigo, si no, a una escuela lindera.
El incidente trajo como consecuencia la muerte de muches niñes que asistían al colegio en ese momento, y varias personas más. Héroes de todo el país y más se sumaron para intentar ayudar, pero las consecuencias van más allá. La responsabilidad de quienes actúan por fuera de la ley sin control del gobierno se pone bajo la lupa, y la solución es la regulación.
La propuesta del Acta de Registro de Super Humanos llevada adelante por Tony Stark (Iron-Man) en conjunto con el gobierno parece ser la respuesta. Bajo esta ley, todas las personas con superpoderes deben registrarse, junto a sus identidades secretas. Además, recibirán entrenamiento y serán regulados por el estado. Esto divide a la comunidad superheroica.
La resistencia a esta ley es liderada por Steve Rogers (Captain America) quien asegura que esto haría que los héroes funcionaran como un ejército estatal. No podrían moverse de acuerdo a su brújula moral. Y tendrían que quedarse quietos cuando la ayuda que puedan brindar, no sea de conveniencia de los jefes. Esto genera una grieta que llevará a una guerra que dejará importantes marcas.
La brecha ideológica en Civil War
Cuando se habla de Superhéroes o justicieros, se considera a personas que actúan, con o sin habilidades, por fuera del marco legal. Esto los libera de la burocracia institucional, pero también los convierte en criminales a la vista de la ley. Esta es la base de la propuesta creada por Iron-Man en conjunto con Reed Richards (Mr. Fantástico) y Hank Pym (El primer Ant-Man).
Captain America se sitúa en oposición al acta, ya que, pese a que él es la representación de la bandera norteamericana, no lo es del gobierno. El país es su gente, y a ellos responde Steve Rogers. Es por esto que él, más que nadie, comprende que el estado responde a intereses de quien esté en el despacho oval. La cuestión es que aquí, la gran mayoría se conoce.
Uno de los momentos cruciales, es cuando en el número 2, Spider-Man decide hacer pública su identidad de Peter Parker. Esto acarrea consecuencias bestiales para él en el futuro. Pero no deja de ser un mero acto político demagógico. Cuando Peter vea acciones que considere inmorales en el marco legal, y no las apoye, todo se volverá en su contra.
La perversión de la lucha
La persecución de Tony Stark, llega al punto de usar un clon androide de Thor (muerto durante Ragnarok). Aquí el gobierno se apropia incluso de la imagen de Dios para ejercer su juicio. El momento en que la imitación de Odinson tome la vida de un héroe, sin necesidad, marcará un quiebre en la historia. A su vez, bajo marco legal, se contratará a villanos como ayudantes.
Mientras la ley usa villanos, Captain América decidirá contar con la ayuda de varios de elles. Sin embargo, lo que hará tambalear la confianza de sus seguidores, será el querer contar con Frank Castle (Punisher), un asesino sociópata. Mientras la violencia escala, también lo hacen las medidas adoptadas por ambos bandos hasta que quien sufre, es el mismo pueblo.
Cuando se pierde la perspectiva de por qué se lucha, y todo se trata del enfrentamiento en sí, es cuando se pierde en realidad la batalla. No importa que ambos bandos estén activos, si el motivo es la pelea propiamente dicha. Hacia el final, uno de los líderes cede. Captain America es quien ve el daño que están causando con todo esto y se entrega.
Un reflejo social
La victoria institucional liderada por Tony Stark, quien es puesto al frente de SHIELD, la agencia de contra inteligencia más grande del país, es contundente. En marzo de 2006, el presidente Bush restauró la Ley USA Patriot, y lo que sucede posterior a la rendición del Capitán América, es su asesinato. De esta forma, mueren los derechos constitucionales de los ciudadanos.
Sin embargo, en todo aftermath de cualquier evento de quiebre, real o ficticio, se debe dar espacio para la reflexión. Pese a que hay que amoldarse a la nueva realidad, el nuevo Status-Quo, no hay que olvidar jamás cómo se llega a eso. Los discursos de odio, y el abuso de poder de sectores pudientes siempre genera una brecha, que será utilizada siempre, para beneficio de unos pocos.
Adaptaciones de Civil War
En 2016, con el evento cumpliendo una década, Marvel utilizó la tercera película de Captain America para adaptar el arco de Civil War. Pese a que se simplificó para poder usarlo en la continuidad del denominado UCM (Universo Cinematográfico de Marvel), la historia tiene sus planteos. La responsabilidad de las acciones de los héroes se mantiene como foco general de la cinta.
En Argentina ha habido varias ediciones de este arco, la más reciente fue editada en septiembre de 2022 por Panini Comics Latinoamerica. La edición es en formato de lujo con tapa dura, ideal para coleccionistas. Sin embargo, la edición más completa se editó en 2016, aprovechando la salida de la película. Esa publicación constó de 15 tomos que además contenían series adicionales.