Esta semana, la izquierda francesa selló un acuerdo histórico de cara a las elecciones legislativas que se realizarán a mediados de junio. La Francia Insumisa (LFI); el Partido Comunista de Francia (PCF); Europa Ecológica Los Verdes (EELV) y el Partido Socialista de Francia (PSF) conformaron un nuevo frente electoral denominado Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES).
“Es la primera vez en 25 años, es decir en una generación, que se logra un acuerdo global entre las fuerzas de izquierda”, sostuvo el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, en la presentación de la nueva coalición electoral frente a la militancia. “Es un acto de resistencia colectiva a una era de maltrato social, ecológico y democratico”, agregó.
En la reciente elección presidencial, que tuvo como saldo la victoria de Emmanuel Macron sobre Marine Le Pen, La Francia Insumisa quedó a menos de dos puntos electorales de poder disputar el ballotage. En las legislativas, con la unidad de la izquierda, Melenchon busca ser elegido como primer ministro.
Un nuevo frente popular
La nueva e inesperada coalición generó un golpe de efecto y abre una esperanza para enfrentar a Macron y Le Pen en las próximas elecciones legislativas en Francia. Después de la consolidación del liderazgo de Melenchon hacia el interior de la izquierda francesa, a pesar de no haber alcanzado el balotaje, la Nueva Unión Popular Ecológica y Social busca alcanzar la mayoría en el Parlamento.
En el acto de presentación, luego de haber cerrado la incorporación del Partido Socialista, referentes de todos los espacios tomaron la palabra frente a más de 1500 militantes en medio de un clima festivo. Si bien las encuestas marcan que el partido de Macron conseguiría la mayoría en la institución legislativa, la izquierda consiguió, a través de este acuerdo, un grado más alto de competitividad.
La unidad fue inesperada debido a las marcadas diferencias históricas hacia el interior del frente sobre algunos aspectos programáticos importantes pero, al mismo tiempo, también era una respuesta lógica. Las últimas dos elecciones presidenciales dejaron a La Francia Insumisa como el actor más representativo de la izquierda francesa, pero sin poder disputar la conducción del Estado en una segunda vuelta.
Marine Le Pen, por su parte, reapareció públicamente e inició su campaña de cara a los próximos comicios con críticas tanto a Macron como a Melenchon. Para la dirigente, la propuesta de Macron para Francia “sigue siendo igual de nociva que hace 15 días”; y el líder de La Francia Insumisa es funcional al presidente reelegido, debido a su posición en el balotaje. “Eso lo desacredita para pretender erigirse como opositor a Macron”, resaltó.
La palabra de la dirigencia
Melenchon aseguró que el acuerdo va más allá de lo electoral y busca ser perdurable en el tiempo. “No se va a dar solo. Se va a hacer en la discusión, en la camaradería, en la fraternidad”, dijo el líder de La Francia Insumisa. En ese sentido, a su vez, agregó: “Habrá que ser radicales, pero una radicalidad concreta y sostenible”.
El excandidato a presidente, a su vez, se refirió a la unidad de la izquierda: “Todas las familias están en la unión popular. Los que presentan candidatos contra la unión popular son candidatos macronistas, porque solo sirven a Macron”. El Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), de tradición trotskista, rechazó sumarse al frente electoral, después de tener diferencias en el programa político durante las negociaciones.
Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista, indicó: “Es cierto que a veces los encuentro un poco diferentes a los socialistas, que son más tranquilos, acostumbrados a las instituciones. Pero en el fondo me dije: ¿quiénes son los verdaderos salvajes? ¿Los que quieren pensar que otro mundo es posible? He elegido”.
El secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, sostuvo que gracias a la nueva coalición era posible vencer a Emmanuel Macron en las elecciones legislativas y que eso era una esperanza para los sectores populares. El dirigente ecologista Julien Bayou, por su parte, consideró que con el programa político de NUPES era posible enfrentar el desafío de la emergencia climática; y advirtió: “Decimos desobedecer para salvar a Europa. Desobedecer, sí, pero no para satisfacer el egoísmo nacional o para romper el Estado de Derecho”.
El acuerdo con el PS y la búsqueda de la mayoría parlamentaria
El Partido Socialista de Francia, con la amplia aprobación de su Consejo Nacional, se sumó al nuevo frente electoral de izquierda. La decisión, que tuvo a Olivier Faure a las cabezas de las negociaciones con Francia Insumisa, representa una ruptura en la historia de la formación socialdemócrata. Así como quizás la única salida tras la debacle electoral que se profundizó con los recientes comicios.
“Queremos lograr la elección de diputados en una mayoría de circunscripciones para impedir que Emmanuel Macron continúe con su política brutal e injusta y para derrotar a la extrema derecha”, declararon ambas formaciones en un comunicado conjunto. “Claro que tenemos diferencias, nadie lo niega. El problema es que solo a la izquierda se le pregunta por esas diferencias”, afirmó Faure.
El sello de la alianza, que tuvo como férreos opositores a dirigentes históricos del Partido Socialista, le permitió tener candidaturas en 70 de las 577 circunscripciones de Francia. Europa Ecológicas Los Verdes, por su parte, obtendrá un centenar; el doble que el Partido Comunista de Francia. El número restante de candidaturas será para Francia Insumisa.
La dinámica política no es lineal y no es lo mismo una elección a presidente que una legislativa, pero si se sumaran los votos de los bloques políticos en la primera vuelta de los recientes comicios, la alianza NUPES podría alcanzar el 30%. La Francia Insumisa contó con un 22% de ellos, el ecologismo francés un 5%, el Partido Comunista un 2,25% y el Partido Socialista un 1,74%.