Caro Peralta, conocide en redes sociales como “Caro con insomnio”, nació el 26 de septiembre de 1996 en La Matanza, provincia de Buenos Aires. Escribe, actúa y, además, es acompañante terapéutico. “Soy una persona trans no binaria que escribe, entonces es imposible que en mi poesía no aparezca eso” aseguró.
Publicó los poemarios: Nubes turquesas (2017) y Armate (2018) en la editorial Peces de Ciudad. También durante la pandemia salió a la venta Me sorprende que te quedes (2020). En la actualidad, está en proceso de componer un nuevo libro.
Además de escribir, Caro se encuentra trabajando como asistente de dirección en la obra de teatro Scalabrini Ortiz en el Teatro Picadero. Por otro lado, prepara su regreso a la radio Transistema y brinda talleres de escritura.
A futuro le gustaría publicar un best seller, como así también escribir una obra de teatro y dirigirla. Entre sus otros deseos, manifestó que espera “vencer al algoritmo y seguir en las redes. Todo va a estar bien si yo puedo escribir”.
Escribir desde el autoregistro
Respecto a los talleres, elle explicó que “están destinados a toda persona que tenga ganas de escribir, de explorar la escritura, de explorar cómo es une escribiendo”. A su vez, van dirigidos “a toda persona que le intrigue la pregunta ¿Qué sentís? ¿Cómo estás? ¿Qué te pasa? que son preguntas cotidianas pero que no siempre las respondemos de verdad, o no siempre tenemos el tiempo o el lugar de respondernos qué nos pasa”.
En ese sentido, aseguró que para elle “es súper importante registrar qué nos pasa. En los talleres yo arranco desde esa pregunta, son desde el auto registro y después laburamos cómo hacemos para pasar eso a una poesía, cómo hacemos ese puente. Hay algo que se retroalimenta porque uno cuando escribe se da cuenta de lo que le pasa”.
Vivir de lo que te gusta
“Muy recientemente” elle se dio cuenta que la escritura y el arte podían ser una profesión y un sustento de vida. “El año pasado yo me encontraba con cinco trabajos a la vez. Me di cuenta que estaba trabajando todo el día y que no tenía lugar para escribir. Para escribir uno necesita tiempo, para procesar, tiempo de registro y cuando uno está a mil es muy difícil que suceda”, reflexionó.
Un día salió de su trabajo como acompañante terapéutico y, parado en la vereda, renunció para dedicarse a pleno a la escritura. Llamó por teléfono al lugar donde trabajaba y les dijo “voy a quedarme solo este mes y el mes que viene renuncio porque quiero ver qué pasa si le doy espacio a la escritura, creo que ya es hora”. Desde su ex lugar de trabajo comprendieron la situación y lo animaron a que se arriesgue.
Al respecto, elle siente que dio un salto que aún sigue dando. “En un momento empecé a ver que era posible vivir de la escritura, empecé a ver que era una posibilidad”, afirmó. En relación a tener la oportunidad de trabajar de lo que le gusta contó: “Yo trabajo de escribir, dar talleres y en mis ratos libres me encuentro leyendo poesía”.
Caro aseguró que sintió emoción y sorpresa cuando empezó a notar el acompañamiento de les lectores. “No puedo creer que alguien esté comprando algo que yo escribí o que tenga ganas de leerlo o que lo comparta. Es como la sensación de ilusión y vértigo, de probar algo nuevo”, expresó.
En este contexto, expresó que con su nuevo proyecto siente que “volvió la ilusión del primer libro”. Luego continuó diciendo que “es lindo conectar con esa ilusión cuando ya es tu trabajo, hay todo un recorrido que uno le dedica más tiempo y está más minucioso”.
Por otro lado, al ser consultado por el proceso de escritura, Caro asegura que la inspiración “no se fuerza pero se busca”.
“Me puede pasar que me agarre a la noche y me siente y escriba. A veces sé que quiero escribir sobre algo, pero no sé cómo, entonces abro la computadora o agarro un papel y lápiz -o lapicera- y empiezo a largar todo como me va saliendo; y después le doy la forma”, compartió.
“Me pasa que estoy en la ducha y se me viene un poema y tengo que salir a anotarlo, pero eso viene de un ejercicio”, comentó entre risas. En ese sentido, aconsejó que “no hay que quedarse con cosas en la cabeza sino que hay que bajarlo”.
Caro se definió como “una persona que va por la vida muy atento a encontrar la poesía en las cosas. Voy atento, observo qué me generan las situaciones, cómo son las dinámicas. Observar algo me inspira a escribir sobre las cosas”.
La escritura como militancia
Más allá de sus escritos, en las redes de Caro se pueden encontrar en primera instancia los pronombres con los cuales referirse (él/elle) y también publicaciones acerca de la absolución de Higui, la desaparición de Tehuel y distintas luchas del colectivo travesti-trans. En relación a ello, elle explicó que la militancia y la escritura van de la mano. “Es todo uno”, señaló.
“Al yo ser una persona trans no binaria que escribe es inherente a mi escritura, porque transito la vida siendo trans y yo escribo sobre lo que transito la vida”, sintetizó.
Para elle, el arte es una herramienta de militancia. “Yo creo que la poesía es mi forma de militancia, es algo que me encanta hacer pero también es mi forma de luchar”, dijo. Luego agregó que “el arte es algo súper poderoso, por eso está súper bastardeado, porque es algo que no conviene. Podemos transformar muchas cosas desde el arte”.
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