Desde las 11 de la mañana de este martes, inició la Jornada Nacional de Lucha “Ni un pibe menos por la droga” en el Congreso. El objetivo es visibilizar la lucha contra el consumo de drogas, su adicción y posterior ayuda a quienes la utilizan. Bajo el lema “Los pibes y pibas no somos descartables”, la jornada tendrá lugar en todo el ancho y largo del país. Nota al Pie dialogó con Juliana Lualdi, integrante del movimiento, quien relató su lucha y sus inicios en la organización.
El pasado 26 de junio, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el movimiento Ni un pibe menos por la droga cumplió seis años de una extensa labor que realizan en diversas zonas del país. La organización pertenece a la Corriente Clasista y Combativa (CCC), y se encargan mediante actividades deportivas, recreativas y culturales de luchar contra las adicciones.
Para la Organización de Naciones Unidas (ONU), las jornadas de concientización se dan para abordar y contrarrestar el problema. Sobre todo en situaciones de crisis, hambre y falta de empleo, para garantizar que las personas puedan vivir sin problemas sociales atravesados por la droga.
Es por ello que, Nota al Pie dialogó con Juliana Lualdi, integrante de la Dirección Zonal de zona norte de Capital Federal y de la Dirección Nacional del movimiento Ni un pibe menos por la droga. Lualdi contó sobre el arduo trabajo que lleva desde hace seis años, su lucha y sus inicios.
¿Cómo va a ser la jornada de lucha de este martes?
Es una jornada nacional de lucha, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. Su principal componente es mostrar y visibilizar la organización que tienen los jóvenes y cómo pelean contra la droga, en el marco de la jornada de lucha que se viene haciendo.
También, y en el marco del Día Internacional de Lucha contra el Narcotráfico, este martes, en el Congreso lo que vamos a hacer es una exposición de los distintos talleres que vienen haciendo los chicos desde las escuelas de fútbol, de boxeo, etc.
Va a haber algunos paneles, y van a hablar algunos compañeros para cerrar la jornada. Es una jornada que armamos, no solamente el Movimiento Ni un pibe menos por la droga, sino que lo hacemos con otras organizaciones con las que venimos trabajando hace bastante tiempo ya.
La jornada nacional se está dando desde el sábado y el lunes, pero la principal es este martes. El pasado 26 de junio cumplimos seis años como Movimiento. Porque nacimos en una jornada de este estilo hace seis años y se convirtió en una fecha histórica y de lucha para nosotros.
¿Cómo surge esta organización que lucha contra las adicciones?
Esto surge por una necesidad en concreto, que es de los jóvenes de organizarse en dar pelea con un problema grande que es el flagelo de la droga. También surge de pelear por otra perspectiva para los pibes.
Es un movimiento amplio a nivel de masas, que aborda distintos sectores; como los deportivos, los culturales y de los barrios. Pero su componente principal es su desarrollo en la juventud de la corriente clasista y combativa, y en los barrios populares.
Como el problema de la droga es gigante, el Movimiento también tiene esa flexibilidad de poder abordar distintos sectores. Surge principalmente por eso. Porque es una necesidad gigante tanto en Argentina como en cualquier parte del mundo. Necesidad de pelear contra la droga desde un lugar de la rebeldía, desde un lugar de no aceptar las injusticias y pelear por un futuro mejor para los pibes.
Hace poco resonó en los medios el caso de la droga adulterada, ¿desde qué lugar se posicionan ante esta situación en la jornada?
Nosotros siempre decimos que la droga es la estación de llegada o el último eslabón de la cadena de una gran cantidad de derechos incumplidos y de injusticias. Efectivamente tiene un componente agravante para los pibes y las pibas de las clases populares de las villas. En Argentina si no se resuelve la tierra, el techo, el trabajo, el acceso a la salud y a la educación para todos, es muy difícil que puedas pararte a discutir porque venís por detrás.
Nosotros entendemos que lo que prima generalmente en los lugares son las ganas de organizar; de avanzar y cambiar. El recorrido que venimos haciendo nosotros es que con la lucha venimos cambiando algunas pequeñas cosas que nos permiten avanzar. Por ejemplo, poder usar herramientas en las calles para hacer actividades en relación a la prevención y, a su vez, pelear por necesidades más concretas.
Con respecto a las edades, ¿se sabe el número promedio de edad de consumo?
Hace poco salió una compañera de Rosario en C5N a dar una entrevista. Decía que una de las grandes preocupaciones que hay es que las edades de ingreso al consumo cada vez más son menores; alrededor de los diez años. Lo que nosotros vemos en Capital Federal es que uno de los problemas principales es que, entre los 17 y los 18 años, esos pibes no pudieron terminar la escuela. Quedan fuera del mercado laboral y una de las primeras cosas que tienen es la droga.
Nosotros somos cuidadosos, sabemos que el problema es principalmente el narcotráfico y que en los barrios eso a veces se presenta como una propuesta de trabajo. Sabemos quiénes son nuestros enemigos.