viernes 6 de diciembre de 2024

Madame Web, la chica en la telaraña

Sony Pictures regresa al género de superhéroes con una incorporación al Universo de Personajes de Spider-Man. Sin embargo, esta historia de origen sobre una joven vidente que recibió una inoculación de veneno de araña al nacer se enreda en su propia red.
Madame Web
“Madame Web” representa el último esfuerzo de Sony por expandir su universo arácnido sin la presencia de Spider-Man. Crédito: Sony Pictures.

La pregunta que está en la mente de todes en Sony Pictures es si su próximo estreno, Madame Web, que llegó a los cines este jueves, será víctima de la “fatiga de las películas de superhéroes”. Este fenómeno, bien real, contribuyó a los fracasos costosos de películas como Black Adam (Jaume Collet-Serra, 2022),The Flash (Andy Muschietti, 2023), The Marvels (Nia DaCosta, 2023), y las secuelas de Shazam! (David F. Sandberg, 2023), Ant-Man (Peyton Reed, 2023, y Aquaman (James Wan, 2023).

Esto quizá explica por qué se decidió que Madame Web, que proviene de la marca Marvel y pertenece al Universo de Personajes de Spider-Man, tenga una aventura independiente, no vinculada a un entramado cinematográfico abarrotado. Sin embargo, la historia de una joven vidente a quien se le inoculó el veneno de una araña rara al nacer se enreda en su propia telaraña narrativa.

Cassandra Cassie Webb (Dakota Johnson), desempeña el papel de paramédica en la bulliciosa ciudad de Nueva York. Con una actitud declarada de misantropía, prefiere mantener distancia de las personas, con excepción de su colega Ben (Adam Scott).

Sin saberlo, posee un don extraordinario. Durante el parto, su madre moribunda fue acogida por una legendaria tribu de hombres-araña que reside en las profundidades de la jungla peruana. En ese momento crucial, recibió la transmisión del “superveneno” de la araña que su mamá investigaba.

Esto le otorgó la capacidad de vislumbrar fragmentos del futuro, permitiéndole prever ciertos eventos trágicos y evitar que ocurran. Entre estos hechos se encuentra el asesinato de tres adolescentes (Sydney Sweeney, Celeste O’Connor, e Isabela Merced), quienes son perseguidas por el siniestro personaje responsable del asesinato de la madre de Cassie: Ezekiel Sims (Tahar Rahim).

Madame Web
La ausencia de Spider-Man plantea desafíos creativos y narrativos que, lamentablemente, “Madame Web” no logra superar. Crédito: Sony Pictures.

El resultado es una narrativa fragmentada, con múltiples hilos argumentales que se entrelazan de manera caótica, dejando al espectador inmerso en un laberinto de acontecimientos.

La insistencia de Sony en la creación de un universo arácnido 

Durante los últimos años, la audiencia dejó en claro su falta de interés en las películas de superhéroes de baja calidad, con tramas trilladas y efectos visuales cada vez menos atractivos. Pese a ello, Sony decidió apostar fuerte este año con tres películas pertenecientes al lore de Spidey, insistiendo en la posibilidad de generar un universo cinematográfico digno de atención, pero sin la presencia del famoso trepamuros

Sin embargo, tras el éxito inesperado de las dos entregas de Venom y el decepcionante resultado de Morbius, que evidenció la falta de preocupación del estudio por la calidad del contenido, llegamos a Madame Web. Esta película se presenta como anticuada, con una trama mal elaborada y actuaciones poco convincentes, mostrando una desesperación por asociarse con Spider-Man que resulta forzada y poco genuina. 

La falta de autenticidad se refleja en la forma en que el filme intenta establecer conexiones con el héroe arácnido mediante referencias visuales y relaciones poco naturales, como si se tratara de una parodia alrededor del personaje más icónico de Marvel, en lugar de una producción seria.

Entonces, la persistencia en esta propuesta plantea interrogantes. ¿Por qué mantener una calidad de escritura tan deficiente? Esto sugiere el tipo de audiencia a la que se pretende llegar, aunque -como suele decirse- los gustos varían. Además, ¿por qué seguir sacrificando a talentosos actores y actrices al involucrarlos en proyectos que carecen de profundidad? Aunque desde el principio la maquinaria de producción de este universo mostró signos de debilidad, parece que el estudio no tiene intención de detenerse en su empeño.

La construcción narrativa de “Madame Web” es un tejido débil

En los cómics, el personaje de Madame Web suele representarse como una anciana ciega en silla de ruedas, dotada de la capacidad de percibir los hilos de la Telaraña de la vida y el destino. Dado que resulta poco probable transformar a una adulta mayor con movilidad reducida en la protagonista de una película de superhéroes, Sony opta presentar a Dakota Johnson como una versión más joven de Cassandra, en sus treinta años, y desempeñándose como paramédica de emergencias en Nueva York. 

Madame Web
Las Spiderwomen, Julia Cornwall, Mattie Franklin y Anya Corazón, son retratadas más como arquetipos superficiales que como personajes completamente desarrollados. Crédito: Sony Pictures.

Su vida da un giro inesperado tras un accidente, que le otorga la habilidad de tener visiones del futuro. Antes de comprender plenamente lo que experimenta, se ve obligada a rescatar a tres adolescentes perseguidas por un enigmático individuo, dotado de superpoderes, cuyas intenciones oscuras incluyen acabar con sus vidas. Este falso escape desencadenará un viaje para Cassandra, permitiéndole descubrir más sobre sus orígenes y enfrentarse a su destino, en medio de diversas peripecias y referencias a Spider-Man, recurso del cual la película depende en gran medida para su trama.

Desde una perspectiva técnica, hay una falla persistente en todas las producciones de acción real de Sony Pictures desde la primera entrega de Venom: sus guiones predecibles y carentes de originalidad. La película cae en el exceso del famoso principio de los fusiles de Chekhov, donde se introduce un elemento en la trama que luego se desarrolla más adelante, y esta fórmula se magnifica aún más con los poderes de Webb, que le permiten vislumbrar el futuro. Desde el momento en que el accidente despierta sus habilidades, resulta sencillo prever los giros de la trama, la cual, de todos modos, carece de profundidad debido a la falta de ambición en toda la producción.

Cassandra Webb parece fuera de lugar como personaje en el contexto de la película; sus interacciones con el resto del elenco suenan forzadas, independientemente de quiénes sean los otros actores, con una mención especial para el desafortunado Adam Scott, quien se ve obligado a interpretar la encarnación más triste de Ben Parker que se haya visto. Los intentos esporádicos de humor caen en la nada, mientras que Cassandra se ve obligada a narrar sus propias acciones y el desarrollo de la trama en un intento por justificar los acontecimientos.

Lo mismo se aplica a las tres actrices atrapadas en este laberinto, quienes se ven obligadas a encarnar arquetipos gastados hasta la saciedad. Sydney Sweeney (Julia Cornwall) interpreta a la típica adolescente tímida y poco segura de sí misma; Celeste O’Connor (Mattie Franklin) encarna a la joven rebelde y audaz; mientras que Isabela Merced (Anya Corazón) se ve relegada al papel de la nerd brillante en matemáticas y ciencias. 

Madame Web
“Madame Web” desaprovecha la oportunidad de subvertir roles de género establecidos en el género de superhéroes. Crédito: Sony Pictures.

Las tres aspirantes a heroínas carecen de interacciones creíbles, intercambiando diálogos vacíos en un intento por impulsar una trama superficial. El público se verá obligado a fingir creer que los eventos presentados en la película son suficientes para que el trío forje una verdadera amistad y establezca un vínculo con Cassandra, incluso llegando a desear pasar el resto de sus vidas con ella. Todo parece artificial: las jóvenes actrices siguen el guión como autómatas, lo que resulta en varias secuencias particularmente incómodas.

Sin embargo, el premio a la peor interpretación recae en Tahar Rahim, quien encarna a un Ezekiel Sims que tiene escaso o nulo parecido con el personaje concebido por J.M. Straczynski y John Romita Jr. 

Aparte de algunas habilidades arácnidas, en realidad desconocemos las motivaciones de Sims de principio a fin, así como qué hace y por qué lo hace. Sin embargo, a lo largo de la película, Rahim repetirá incansablemente las razones por las cuales quiere acabar con las tres adolescentes, mientras explica o comenta sus acciones como si saliera de una página de cómic de los años sesenta, donde el narrador y las palabras de los personajes formaban una narrativa unificada.

Además de los diálogos lamentables, la dirección de SJ Clarkson carece de la generosidad necesaria para destacar en las escenas de acción, un aspecto crucial para elevar la película de superhéroes por encima de su guión mediocre. No se puede esperar nada extraordinario: desde los predecibles chirridos de neumáticos hasta un enfrentamiento final ilegible y una manifestación de poderes ridículamente exagerada en un almacén lleno de fuegos artificiales que incluso pueden romper paredes de ladrillo. A pesar de los esfuerzos realizados, el aspecto visual no logra rescatar la película.

El Universo de Personajes de Spider-Man: entre la ausencia de Spidey y la pésima calidad de sus producciones

Entonces, surge la cuestión clave: Spider-Man. La ausencia mecánica del héroe arácnido es notable en un proyecto que clama literalmente por su presencia destacada. Un indicio evidente es el prototraje que lleva Ezekiel, probablemente diseñado para engañar al público haciéndole creer que encontrarán a Spider-Man en Madame Web. Sin embargo, dada la escasez de escenas de acción y el hecho de que Ezekiel de todos modos carece de secuencias de acrobacias, el traje simplemente está ahí… porque sí. O tal vez para publicidad engañosa, lo cual no sería una sorpresa tratándose de Sony Pictures.

La conexión con las arañas también es relevante, ya que la apertura de la película nos muestra a la madre de Cassandra buscando una especie en la jungla peruana. Aquí, inevitablemente pensamos que el estudio quiere acercarse a la idea de los tótems de araña. Y luego, la imaginería utilizada para evocar el motivo de la telaraña se vuelve omnipresente. Además, está el hecho de que otro elemento clave del guión presenta a un Ben Parker cuya vida cambiará completamente cuando su cuñada Mary (interpretada por Emma Roberts, también desaprovechada por completo), queda embarazada y está a punto de dar a luz.

Credito Sony Pictures 2
En una época en que el brillo de Marvel Studios se desgastó, la apuesta de Sony por expandir su universo arácnido es otro intento fallido de llenar el vacío dejado por la fatiga del género de superhéroes. Crédito: Sony Pictures.

A lo largo de la película, se hablará sobre la esposa de Ben, se mencionará el nombre del bebé, pero nunca se usarán las palabras Peter o May, porque aunque jueguen con las insinuaciones para intentar atraer a los fanáticos de Spider-Man, los contratos son inflexibles. Los derechos de estos personajes para el cine están atrapados en Marvel Studios, y dado que Sony es incapaz de creer en sus propios personajes, en el potencial de las figuras secundarias de la mitología arácnida, cada película solo sirve para alimentar este intento patético, sistemático y embarazoso de apelar al MCU a toda costa. 

Añadiendo una variación del célebre credo sobre los poderes y las responsabilidades, Madame Web se convierte en una parodia cinematográfica que se aferra sólo a una conexión (ilusoria) con un personaje ampliamente reconocido, mientras arruina por completo a sus propios personajes y propósito en este intento vacío y sin sentido.

Sin embargo, el personaje de Madame Web no carece de importancia en sí mismo, y sus jóvenes compañeras también podrían desempeñar el papel de superheroínas por derecho propio, pero la película ni siquiera se esfuerza por explorar esto por esta falta de ambición. Las apariciones con traje se limitan, como era de esperar, a visiones del futuro, sin mostrar nada en el presente. 

En otras palabras, la película dirigida por SJ Clarkson no es más que una promesa potencial de un hipotético grupo de Spider-Womans que probablemente nunca se materializará. El estudio probablemente sea consciente de esto, ya que el proyecto opta por concluir con una tímida frase de «lo bueno del futuro es que aún está por escribirse», que no será seguida, como es habitual, por una escena post-créditos. 

Los estudios parecen incapaces de comprender que deben abandonar el modelo estereotipado de películas de superhéroes basadas en mecánicas de escritura obsoletas desde hace veinte años.Mal escrita, interpretada de forma lamentable, carente de acción y aferrada constantemente a un Spider-Man que nunca puede nombrarse ni mostrarse, Madame Web personifica la tristeza de manera desgarradora en el proyecto de universo compartido de Sony Pictures. Es un derroche enorme de talento y recursos en manos de productores desconectados de la realidad, que apuestan por un público crédulo. Aunque quizás menos insultante en términos de fealdad que Morbius, la película sigue siendo increíblemente mediocre.

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