Para quienes vieron el film estadounidense, “La Fuerza del Cariño” (1983), seguro será muy familiar poder engancharse con la versión argentina, que se realiza con rotundo éxito en el Multiteatro Comafi (Avenida Corrientes 1283, CABA).
La comedia con tintes de drama tiene un elenco de lujo, conformado por: Solita Silveyra y Osvaldo Laport, quienes después de 20 años, se reencontraron actoralmente. Además, Julieta Ortega, Dolores Ocampo y Damián Iglesia. Producida por Ángel Mahler, con dirección de Corina Fiorillo.
Las funciones se realizan los miércoles, jueves y viernes a las 20.30 hs; sábados a las 20 y 22:00. Entradas a la venta en la boletería del teatro y a través de www.plateanet.com.
La historia está argumentada en la novela de Larry MacMurtry. Les actores que formaron parte de la película estadounidense, fueron consagrados artistes: Shirley MacLaine, Jack Nicholson, Debra Winger, Danny De Vito, entre otres. Obtuvo once nominaciones a los premios Oscar, de los cuales ganó cinco galardones.
¿De qué trata “La Fuerza del Cariño”?
La trama se fundamenta en Aurora (Soledad Silveyra) y Emma (Julieta Ortega), una madre y una hija muy unidas pero con puntos de vista distintos sobre la vida. Aurora, es viuda, temperamental, algo criticona, autoritaria, pero de buen corazón. Por otro lado, Emma es una joven rebelde que desea independizarse del hogar donde vive con su madre, para conseguirlo sigue el camino más convencional de aquella época que era casarse. Por su parte, Aurora vivirá un romance con su vecine, un ex astronauta, Garrett Breedlove (Osvaldo Laport). Un tipo bastante mujeriego con miedo al compromiso, egocéntrico pero muy seductor.
Por otro lado el esposo de Emma, Flap Horton (Damián Iglesia), es un tipo machista que piensa solo en él y comete algunas infidelidades.
A través de los años, todes los personajes intentarán buscar la forma de aceptarse y encontrar la felicidad, a pesar del cambio brusco que les da la vida.
“La Fuerza del Cariño” en su versión cinematográfica, deslumbró tanto a la crítica como al público con su increíble y perspicaz historia de dos cautivadoras personas, madre e hije y su vínculo de amor inquebrantable. Es una obra que a pesar del tiempo, invita a cuestionar los vínculos familiares.
¿Por qué gustó tanto “La Fuerza del Cariño”?
Durante la puesta en escena, todes les actores se lucieron. No hubo una mejor que otre. Solita Silveyra con su encantador carisma, se convirtió en una Aurora, muy parecida a la de la película pero con impronta propia.
Los audiovisuales cobraron un rol importante. Se usaron varios para la escena cuando Emma era pequeña. Por otro lado, se vieron imágenes desopilantes del auto en la cual Silveyra y Laport, pasean por la playa pero de una manera desenfrenada.
Un dato a destacar es que durante la obra no aparecieron les tres hijes de Emma que sí se los ve en la película pero lograron justificarlo muy bien en el guión.
Respecto a Julieta Ortega, encarnó su rol con todo el profesionalismo. Hizo muchos gestos de la real Emma pero cobró una importante actuación en una de las partes más dramáticas al final de la obra donde se la vio en cama, postrada y a punto de morir por un cáncer terminal. Sus lágrimas evocaron una realidad de sufrimiento, virtuosismo y ocasionó que el público se emocionara.
En cuanto a Osvaldo Laport, el papel al puro estilo de Nickolson, le cayó un anillo al dedo. A esto se sumó la química actoral que data de años con Silveyra, juntos plasmaron la pasión de dos personas maduras, pero que tienen derecho a ser desenfrenados en el amor. Ocupó el rol del amante perfecto pero a la vez huidizo del amor. Todo esto lo mezcló con gestos de ternura cuando acompañó a Aurora para ayudarla a sobrellevar la enfermedad de su hije.
“La Fuerza del Cariño” tiene una impecable dirección general de Corina Fiorillo, quien goza de amplia experiencia en el mundo teatral. El vestuario a cargo de Mercedes Colombro cobró vital importancia, fue casi igual al que utilizaron en el filme. La moda de los 80 quedó posicionada con los famosos jeans baggy que usó Ortega.
Los suéteres combinados con las faldas con tiro alto a la rodilla, pegadas al cuerpo de Sylveira o los mocasines que lució Laport.
La comedia dramática tiene mucho contenido y el elenco logró que la audiencia no pudiese ni pestañear. Cuando llegó el final, dejó la puerta abierta para reflexionar más sobre la vida y entender que el amor es más fuerte que cualquier circunstancia.