Créditos: Télam.
Una pyme familiar del partido bonaerense de San Fernando desarrolló los nuevos refugios que Argentina desplegará en la Antártida durante el próximo verano. Se trata de guaridas diseñadas para poder ser instaladas en poco menos de dos minutos. Tienen capacidad para más de 4 personas, suministro eléctrico y agua caliente.
La empresa que encaró el proyecto fue Mactrail, una pyme que se dedica a los remolques que funciona desde marzo de 1997 en su planta de San Fernando. Allí, más de 60 trabajadores exportan desarrollos propios a más de una docena de países. Si bien ya trabajaban en la construcción de remolques y cocinas para las Fuerzas Armadas, su dueño decidió hacer un proyecto más humanitario.
A partir de esa iniciativa, pusieron en marcha el diseño y, al día de hoy, ya cumplieron el objetivo de crear refugios para las personas que viven en la Antártida. De hecho, una de las unidades será instalada en cercanías de la Base Esperanza, mientras que la segunda viajará hasta la Base Belgrano II para ser emplazada en la ruta desde allí hacia el Polo Sur.
El desarrollo de refugios desplegables
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Los refugios disponen de 4 camas, pero podrían alojar a más personas ante una eventualidad. Además, disponen de capacidades para ofrecer a sus habitantes agua caliente y suministro eléctrico. Sin embargo, lo más llamativo de su diseño es que fueron diseñados para que su armado no lleve más de dos minutos. Cualquier persona del mundo puede hacerlo.
Ariel Caratozzolo, titular de la fábrica Mactrail y diseñador de los refugios, contó a Télam: “Desde nuestro taller podemos regalar cinco o tal vez diez, porque no dejamos de ser una pyme, pero patentamos el diseño en Estados Unidos y en Argentina con la expectativa de que algún organismo se interese en el proyecto”.
Al mismo tiempo, agregó: “Hicimos una presentación en el Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz (Caecopaz); y después surgió el interés en esta tecnología por parte del Comando Conjunto Antártico (Cocoantar), con quienes comenzamos a trabajar en una variante adecuada a las condiciones antárticas pensando que puede ser una manera de darle visibilidad a estos refugios como recurso”.
Su interés en los refugios surgió como una preocupación por las personas que se dedican a trabajar en lugares de clima hostil como la Antártida. Es por eso que tomó la iniciativa de pensar y crear un lugar seguro y confortable para elles.
En este sentido, desde la empresa familiar entienden que las carpas no siempre toleran las inclemencias climáticas o, en otros caso, requieren de aptitudes especiales para saber armarlas, lo cual genera muchas limitaciones. Es por ello que “este refugio fue pensado para ser autodesplegable en menos de dos minutos por cualquier persona de cualquier lugar del mundo”. En ese sentido, aformó que “el diseño es intuitivo y en uno de los lados está dibujado el proceso de armado para saber hacerlo sin necesidad de leer”, detalló Caratozzolo.
Los detalles técnicos
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En primer lugar, su diseño desplegable permite armar los refugios de manera rápida para no quedar a la intemperie en medio de cambios de clima bruscos. Por ello, el diseño tiene cinco capas diferentes de aislante, ventanas dobles, sistema de calefacción, y amarres para fijarlo al piso.
Por otra parte, el refugio original estaba concebido para cargar ocho refugios dentro de un contenedor marítimo. Debido a que el acceso a las bodegas del rompehielos “Almirante Irízar” es un camino estrecho, se debieron ajustar las dimensiones para que pueda entrar. Como resultado, el diseño final quedó en unos 5,5 metros de largo por 2,25 de ancho y una altura similar.
“Otra cosa que tuvimos que tener en cuenta es la capacidad de carga de los helicópteros Sea King del buque. Por eso cada uno pesa 1.700 kilos a lo que se suma otro paquete con herramientas y mobiliario”, concluyó Caratozzolo.
Cabe mencionar que durante 2023 se construyeron tres laboratorios multidisciplinarios respaldados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, la Fundación General Manuel N. Savio, el Instituto Antártico Argentino (IAA) y el COCOANTAR.
El trabajo de las pymes en Argentina es uno de los puntos más fuertes de la producción nacional. Tanto así que el objetivo de la instalación de los refugios en estas bases es impulsar la tarea científica y de investigación en esa parte del territorio nacional.