En los últimos días, la activista no binaria Manu Mireles recibió golpes e insultos en dos ocasiones. Sin embargo, estos hechos no son aislados ya que una de cada tres personas de la comunidad LGBTIQ+ denunció agresiones o acoso debido a su orientación sexual.
Los datos surgen del Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina, realizado por investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Una de las cifras significativas es que el 18,3% de les consultades afirmó haber sido discriminade por compañeres de trabajo o clientes. A su vez, un 20,5% recibió mala atención o maltrato en servicios de salud por su orientación sexual o identidad de género.
Nota al Pie dialogó al respecto con Franco Torchia, periodista y referente de la comunidad LGBTIQ+. “La violencia siempre ocurrió y ocurre, pero a la vez está alentada hoy por discursos de odio”, sostuvo. En esa línea, aseguró que “nunca desaparecieron pero hoy tienen una fuerza renovada”.
La violencia contra Manu
Manu Mireles es secretaria académica del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis, activista trans no binarie y defensora de los derechos humanos. “En las últimas semanas me agredieron físicamente dos veces al grito de ‘puto’. La primera vez terminé en el piso a patadas y la segunda vez con el ojo lastimado y la cara bañada en mi propia sangre”, relató en sus redes sociales.
Manu caminaba por el barrio de Caballito, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), hacia una reunión cuando un grupo de varones empezó a gritarle. No respondió y siguió su camino, pero ellos siguieron con los gritos hasta que la alcanzaron y golpearon con patadas. Los golpes continuaron aún cuando se encontraba en el piso.
Días después, en el barrio de Tribunales, estaba por llegar a su casa cuando una persona le gritó “puto”. Ella, una vez más, no se dio vuelta pero de todos modos la agredieron. Le arrojaron algo y luego la patearon en la cara.
Al igual que Torchia, para Manu esto responde al contexto que atraviesa el país. “Sabemos que este hecho no es un hecho aislado, sino producto de los discursos de odio que circulan de manera constante y que nos ponen en peligro”, relató en sus redes sociales. En ese sentido, se refirió a la solución: “Para mí la violencia se resuelve con educación, diálogos, derechos, se resuelve en comunidad”.
En relación a la escalada de agresiones en el último tiempo, Torchia expresó que “está comprobado que del dicho al hecho hay mucho menos que un trecho en materia de homoodio”. A ello agregó que “decir cosas, usar las palabras, tiene correlatos físicos directos”.
Ante la violencia contra las personas LGBTIQ+ , repudio y amor
Según datos de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), en 2022 aumentaron los crímenes de odio en Argentina. Fueron 129, mientras que el año anterior la cifra fue de 120. Los números del 2023 aún no fueron publicados.
Torchia asoció directamente la escalada de violencia, que siempre existió, a los discursos de odio de algunes candidates. “La historia nos demuestra que cualquier gobierno puede arrebatarnos el nulo o escaso derecho que tengamos porque eso no representa riesgos gigantes”, manifestó. Además, el referente explicó que esto se debe a que “siempre una parte importante de la sociedad no se moviliza frente al dolor de las personas LGBTIQ+”.
Para el entrevistado, el discurso de los partidos de derecha busca “responsabilizar a los feminismos y la disidencia sexogenérica” de la crisis actual de la Argentina. “Si La Libertad Avanza es gobierno, nada de lo que promete va a ser posible. Pero lo que sí pueden hacer es desatar una guerra ideológica contra las disidencias sexogenéricas”, manifestó.
Ante las reiteradas agresiones, muchas organizaciones repudiaron los ataques sufridos por la activista. Entre ellos, Amnistía Internacional Argentina, la Fundación Igualdad, la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), entre otres referentes de la comunidad LGBTIQ+.
Por su parte, el Bachillerato Mocha Celis repudió la violencia y reivindicaron a “la ternura como construcción política y afectiva”. En esa línea, replicaron el mensaje que Mirales brindó en sus redes sociales.
En tanto, Amnistía Internacional manifestó que todas las personas tienen “derecho a vivir libres de violencias sin importar nuestra orientación sexual e identidad de género”. Del mismo modo, señalaron que lo ocurrido “es otra prueba de las graves consecuencias de los discursos que incitan a la violencia y de cómo atentan contra la integridad y la seguridad de las víctimas”.