Este jueves se cumplen 12 años de la aprobación de la Ley 26.743, conocida como Ley de identidad de género. La norma consolida un reclamo histórico de las organizaciones travesti trans y de la comunidad LGBTIQ+: el derecho a la identidad.
Su aprobación significó un enorme reconocimiento de derechos humanos para un colectivo históricamente perseguido por el Estado y la sociedad. Sin embargo, la ley no llegó a transformarse en inclusión completa dado que la discriminación y la falta de oportunidades para las personas trans y LGBTIQ+ continúa.
En este sentido, distintas referentes aseguran que en el último tiempo resurgieron discursos de odio contra estos colectivos atacados a lo largo de la historia. Representantes del Gobierno actual, comunicadores y usuaries de redes sociales se pregonaron contra el lenguaje inclusivo, la perspectiva de género, y las disidencias sexuales.
¿Qué dice la Ley de identidad de género?
El 9 de mayo de 2012, con 55 votos afirmativos, ninguno en contra y una abstención, el Senado convirtió en ley el proyecto militado durante años por el colectivo travesti trans. Se oficializó, así, que “toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género”, y a ser tratada de forma digna de acuerdo con su identidad.
A partir de entonces, el Estado reconoce la identidad de género como un derecho humano fundamental. De este modo la define como “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo”.
En mayo de 2023, a 11 años de su sanción, más de 16 mil personas habían cambiado su identidad autopercibida en el DNI. En la actualidad, se estima que 34 de cada 100 mil habitantes tienen rectificado su documento, siendo la Ciudad de Buenos Aires la que presenta el mayor porcentaje de habitantes que realizó el trámite.
Cabe mencionar que toda persona puede solicitar la rectificación registral del género, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida. Para ejercer el derecho al reconocimiento de identidad de género de acuerdo con la Ley 26.743, podés solicitar un nuevo DNI con tus datos actualizados, para el trámite solo hay que acercarse al Registro Civil más cercano con DNI y partida de nacimiento.
Discursos de odio
Días atrás, en declaraciones en el programa de Ernesto Tenembaum en Radio con Vos, Nicolás Márquez, abogado y amigo de Javier Milei, hizo apología de la homofobia.
“Cuando el Estado promueve, incentiva y financia la homosexualidad, como lo ha hecho hasta la aparición de Javier Milei en escena, está incentivando una conducta autodestructiva”, aseguró Márquez. En el mismo sentido agregó: “Insana y autodestructiva porque una persona de tendencia homosexual vive 25 años promedio menos que una persona heterosexual”.
Además de los discursos violentos, en el último tiempo ciertas medidas del Gobierno también atacaron los derechos de las personas trans. El 10% de les trabajadores que ingresaron por la Ley de Cupo Laboral fueron despedides en el último mes.
Este colectivo también se vio afectado por anuncios como la prohibición del lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en la administración pública. Recorte que se une con el cierre del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).
Violencia contra las personas LGBTIQ+
El problema no queda solo en el ámbito discursivo, sino que la violencia llega al plano de la realidad. Este lunes, un hombre provocó un incendio al arrojar una bomba casera en la habitación de un hotel donde vivían dos parejas lésbicas. El ataque ocurrió en Barracas y ya son dos las mujeres muertas.
Pamela Cobas murió en el acto por las quemaduras en su cuerpo, mientras que Mercedes Roxana Figueroa permanecía internada y falleció este miércoles. Otra de las víctimas continúa hospitalizada.
En el último año se registraron en Argentina 133 crímenes de odio, en donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género de las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de sus derechos y la violencia. Los números pertenecen al último relevamiento del Observatorio de Crímenes de odio. En casi 9 de cada 10 casos, la víctima fue una mujer trans.