En el marco del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, durante marzo se realizan diferentes campañas de difusión sobre esta enfermedad. Se trata del tercer tipo de cáncer más común entre mujeres de entre 21 y 65 años, y afecta en mayor medida a quienes no tienen fácil acceso al sistema de salud.
Para saber más al respecto, Nota al Pie dialogó con el coordinador médico y del área psicosocial de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC), el doctor Carlos Silva.
“Es una enfermedad que se da principalmente en países subdesarrollados, por eso hay que prevenir y detectar a tiempo”, explicó sobre la importancia de la concientización.
Desde LALCEC Argentina se sumaron a la campaña de prevención y difusión de información acerca de este tipo de cáncer. De esta forma, explicaron que en esta enfermedad se produce un crecimiento anormal de células tumorales en los tejidos del cuello uterino.
Cómo se desarrolla el cáncer de útero
Silva explicó que el cáncer de cuello uterino está ligado a la presencia del virus de papiloma humano (HPV). “El 80% de la población sexualmente activa en algún momento tiene HPV. El 90% de las veces, el HPV lo resuelve nuestro sistema inmune solo, desaparece; pero hay un 10% donde persiste”, puntualizó.
En la misma línea, explicó que existen 130 genotipos virales diferentes dentro del virus papiloma humano. De ellos, 13 son potencialmente cancerígenos. A su vez, detalló que “los de bajo riesgo producen verrugas genitales, por ejemplo, y los de alto riesgo pueden producir cáncer de cuello uterino”.
Sobre su prevención, Carlos destacó que la medida principal es la vacunación, que en el caso de la Argentina es gratuita y se encuentra en el calendario oficial. “Se debe dar a los 11 años tanto hombres como mujeres porque ambos pueden contraer el virus y transmitirla”, explicó.
No obstante, existen otras maneras de prevención y tienen que ver con “evitar conductas de riesgo”. Por ejemplo, el uso de profiláctico, aunque, como comentó el doctor Silva, deja zonas al descubierto. A su vez, cabe destacar que el tabaquismo aumenta el riesgo de contraer cáncer de cuello uterino.
Sobre la prevención secundaria, Silva indicó que “uno de los puntos de partida es, luego de haber iniciado las relaciones sexuales, la realización del papanicolau”. Sobre este punto aclaró que si las dos primeras veces es negativo, después se recomienda realizarlo cada 3 años. A partir de los 30 años, se recomienda el test de HPV y si es negativo se repite cada 5 años.
El riesgo en mujeres en situación de vulnerabilidad
Aquellas personas con cuello de útero que no acceden al sistema de salud tienen mayor riesgo de padecer este tipo de cáncer. Esto es así porque la detección temprana de esta enfermedad puede favorecer a una pronta recuperación.
“Supongamos que una paciente ya tiene cáncer de cuello uterino, el tratamiento dependerá de la gravedad del mismo. Si es una forma inicial el tratamiento va a ser menos agresivo”, precisó Silva. En la misma línea continuó: “Si viene con un estadío muy avanzado, se puede hacer tratamiento, se puede controlar parcialmente la enfermedad, pero obviamente no se lo vamos a poder curar”.
Por ello, desde LALCEC destacan la importancia de acudir al consultorio. “Lo importante es prevenir, es adelantarse, el mejor cáncer para tratar es aquel que nunca aparece”, concluyó.