En un proyecto de combinación tecnológica y artística, investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) presentaron “Alfa”, un modelo de bandoneón electrónico.
La iniciativa Bandoneón 2.0 resultó de un proyecto de trabajo conjunto entre especialistas de múltiples disciplinas. El mismo contó con la dirección del licenciado en Música y Tecnología y docente de la UNQ, Juan Ramos.
También formaron parte del proyecto el ex director de la Licenciatura citada, Esteban Calcagno, junto a otres especialistas como Pablo Riera; Ramiro Vergara; Joaquín Rizza y Paulina Becerra.
Cabe mencionar que el nacimiento de “Alfa” tuvo lugar a partir de 2018. En ese entonces, músiques, docentes e investigadores de diversas áreas de la UNQ confluyeron para iniciar un proyecto de desarrollo de bandoneones electrónicos.
¿De dónde proviene el proyecto “Alfa”?
“Alfa”, el Bandoneón 2.0, es resultado de un proyecto que combina lo propio del arte musical con la innovación tecnológica. En ese sentido, el instrumento surgió a partir de la implementación de recursos modernos tales como la impresión 3D.
El bandoneón electrónico surgió con fines principalmente sociales. En este marco, el equipo detrás de su creación se propuso dar vida a instrumentos más accesibles en términos económicos. De esta manera, el propósito tiene que ver con impulsar la democratización de su uso entre las nuevas generaciones.
En ese sentido, cabe mencionar que el bandoneón consiste en un instrumento costoso en su confección y por consiguiente en su posterior valor para adquirirlo. Es por esto, que una de las directrices del proyecto del instrumento electrónico es desarrollar y avanzar en el mismo para facilitar el acceso a les futures músiques.
El proyecto de “Alfa” también está atravesado por una finalidad pedagógica. Al respecto, el equipo que lo desarrolló subrayó el objetivo de que se consolide como una herramienta de aprendizaje. Además, servirá para la preservación del patrimonio cultural y la generación de conocimiento.
Ampliar horizontes
En línea con lo planteado respecto de los objetivos del proyecto, el bandoneón tradicional presenta una serie de características que lo distinguen. El instrumento “es como una armónica enorme con teclas”, cuyo sonido surge a partir del aire que empuja el fuelle y que hace vibrar unas pequeñas láminas de metal.
El sistema y las condiciones técnicas que constituyen al bandoneón acústico son las que lo conforman como un instrumento costoso; tanto en su construcción, como en su mantenimiento.
En comparación, “Alfa” presenta características similares al bandoneón en su cara externa. El instrumento electrónico posee las mismas teclas y correas como el tradicional y también un fuelle.
Sin embargo, las particularidades del Bandoneón 2.0 residen en su interior. Por dentro, el instrumento es totalmente electrónico con sensores que detectan las acciones de les artistas y son procesadas por una micro-computadora.
De esta manera, el bandoneón, en lugar de generar música, crea información digital de acuerdo con la acción que realicen les músiques. De esta forma, da lugar a una simulación del sonido que ejecutaría un bandoneón acústico.
En relación a la composición electrónica de esta nueva versión de un bandoneón, es que se presenta una de sus principales ventajas. Tal es así, que los componentes digitales permiten abaratar el precio final del instrumento.
El desarrollo de “Alfa” surgió a partir del financiamiento que brindó la Universidad Nacional de Quilmes, en particular a través de la Escuela Universitaria de Artes (EUdA).
El premio a la Innovación en Arte, Música y Tecnología de la EUdA fue el que posibilitó el desarrollo del proyecto. Mientras tanto, el equipo de profesionales apunta a lograr más fuentes de financiamiento para continuar con el desarrollo del Bandoneón 2.0 y poder producirlo a mayor escala.