La mangaka Saburouta suele desarrollar sus trabajos dentro del sub-género ecchi (imágenes sexualmente sugerentes) lésbico. En 2012 comenzó a publicar Citrus en la revista Comic Yuri Hime de la editorial Ichihinsha. La historia contó con 48 capítulos que fueron recopilados en 10 tomos Tanköbon, y luego se desarrolló un spin-off, y una adaptación animada.
En Japón, las historias de los mangas son clasificadas según la demografía del público al que apuntan, y a los contenidos específicos de la obra. De esta manera, aparecen muchas etiquetas. En este caso, el ecchi funciona como una forma de llegar a levantar la imaginación del lector, sin llegar a calificar como pornográfico. Este aspecto, no define a la obra en su totalidad.
Las hermanas sean unidas
Citrus sigue la historia de Yuzu Aihara, una Gal (tribu urbana que prioriza la belleza estética y cuida mucho su imagen) que debe ir a una nueva escuela. El motivo del cambio es que su madre se ha casado con un hombre y se irán a vivir a esa ciudad. Yuzu hasta ahora fingió ser popular, y estar con chicos, ahora tendrá la oportunidad de conseguirlo, pero su colegio ahora es solo de chicas.
El primer día se encuentra con quienes conforman el consejo de estudiantes, y choca con una chica llamada Mai, la presidenta de la agrupación. Aquí Yuzu comienza a sentir cosas que no creía posibles por una chica. La cosa empeora cuando descubre que Mai además es su nueva hermanastra. A partir de este momento todo se complica para estas nuevas hermanas.
El elenco se completa con personajes que movilizan la dinámica entre Yuzu y Mai, como la primera amiga que hace Yuzu llamada Harumi. La vice presidenta del consejo estudiantil Himeko Momokino, quien tiene un interés especial en Mai. Matsuri Misuzawa, una figura del pasado de Yuzu, y las hermanas Sara y Nina Tachibana. También una misteriosa chica llamada Shiraho Suzuran.
Buscando el camino
La historia de estas hermanastras será el motor principal de la historia, sin embargo, el interés lo genera su especial situación. Saburouta trabaja desde la incomodidad y la incertidumbre de las reglas sociales para interpelar a sus lectoras y lectores. Una relación aparentemente tabú genera gran interés, pero ¿es realmente algo que se pueda prohibir?
La sociedad japonesa durante el Siglo XX se ha “occidentalizado” y esto trajo un acoplamiento con los estándares morales que generaron determinados tabúes. La homosexualidad es uno de ellos, si bien, actualmente no hay una penalización respecto a esta orientación, el imaginario social lo resiente aún. Por este motivo, el esconder el gusto por personas del mismo sexo es algo que aún se practica.
Dentro del manga, se exploran infinidad de temáticas fantásticas y más realistas. La mangaka en esta ocasión decide acercarse no a un tema complejo, si no a dos. El yuri (referido a relaciones homosexuales entre mujeres) es una característica existente hace mucho en el arte secuencial. En esta historia, se suma la relación entre personas políticamente afiliadas en roles inusuales.
Yuzu y Mei son hermanastras, no tienen relación de sangre, pese a esto, se toma a esta relación filial como una extensión familiar. A ojos de la sociedad, son hermanas en todo lo que el término conlleva. La cuestión es que ellas no eligen estar afiliadas, es todo consecuencia de que sus padres se junten, y aquí es donde todo se vuelve interesante.
Rompiendo estereotipos y tabúes
La mangaka llevará a las y los lectores del manga por el camino de estas dos chicas. Una en su despertar sexual, descubriendo que le gustan las mujeres, y la otra abrumada por presiones sociales y familiares. El ecchi que Saburouta utiliza es, al igual que la comedia, un condimento para liberar los vapores generados por el drama.
Yuzu está creada como una persona que crea una imagen y trata de vivir a la altura de esa reputación, incluso se tiñe de rubia. Una de las cosas a lograr, es conseguir novio, su vida se complica cuando descubre sentimientos por Mai, y empeora cuando descubre su filiación.
Mai, de cabello natural, una belleza admirada por sus pares, intenta vivir a la altura de lo que el nombre de la familia le representa. Vive a la sombra de lo que fue la figura de un padre que ha cambiado el rumbo de su vida. Su abuelo es terriblemente estricto, y es la heredera de la escuela, con un estándar de calidad muy alto.
Todos estos elementos hacen que los personajes puedan volverse muy accesibles en la lectura. Los personajes del reparto, harán dudar a las protagonistas, las cuestionarán, inclusive, en un caso en particular, llegarán a extorsionarlas.
Al final de una lectura dinámica, y luego de atravesar los 10 tomos con sus 48 episodios, se puede levantar la vista, y notar que su filiación no es importante. Se puede romper sin problemas un tabú que en un principio puede generar incomodidad, hasta que se convive con las protagonistas.
Adaptaciones
Citrus fue adaptada a una serie de anime en 2018 producida por Estudio Passione. La adaptación constó de 12 episodios que adaptan no con total fidelidad el material original, pero con un enfoque más suave. En este caso, la relación nunca supera la etapa escolar. Puede verse en la plataforma Cruncyroll.