Esta mañana, diferentes cooperativas de pesca artesanal fluvial englobadas en el Movimiento La Dignidad – Confluencia, provenientes de Villa Constitución y otras ciudades de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, llevaron a cabo un nuevo “pescadazo” en la Plaza Congreso.
Allí se vendieron pescados de río a precios populares, con el objetivo de visibilizar la problemática que sufre el sector a causa de la bajante histórica del Río Paraná. Así como también por los bajos precios que los frigoríficos les pagan por su producción.
“La situación de los pescadores artesanales es gravísima”, sostuvieron desde las cooperativas en diálogo con Télam. “Los costos de los trabajadores aumentan permanentemente y los intermediarios de la cadena de comercialización volvieron a bajar el precio que pagan por el kilo de pescado”, manifestaron.
En esa línea, se anticipó: “Desde nuestras organizaciones de trabajadores, nosotros vamos a luchar para que se implementen políticas públicas que contemplen las necesidades de los pescadores artesanales”.
Algunos de los productos que vendieron las cooperativas frente al Congreso Nacional fueron: boga, a 300 pesos el kilo; sábalo $200; patí $200; y bagre $200, entre otros.
La bajante histórica del Paraná
En una entrevista exclusiva de Nota Al Pie con damnificades por esta problemática, se supo que “muchas familias costeras viven del río. Incluso, ya hace tiempo, vienen sufriendo la depredación por parte de frigoríficos que exportan pescado a lo largo del Paraná”.
“Se fragmentan cada vez más las regiones que pueden habitar. No permitiendo las migraciones o ciclos reproductivos de las especies que lo necesitan, modificando las redes tróficas. Por tanto poniendo en riesgo la supervivencia de muchas poblaciones, y así disminuyendo cada vez más la diversidad que nos caracteriza”, explicaron.
Según un comunicado del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, emitido en julio de 2021, “lo que está pasando es típicamente un problema ambiental y multicausal donde intervienen varios elementos que confluyen”. El secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la cartera, Sergio Federovisky, señaló que “es un evento extremo que tiene origen en el cambio climático y es acentuado por la deforestación en la cuenca y la reducción de los humedales”.
“Es una de las consecuencias más anunciadas y más dramáticas del calentamiento global, que es la agudización de los extremos climáticos’’, manifestó Federovisky. “Hay un detonador que es la crisis climática, pero nada de lo que está ocurriendo pasaría solo por esta cuestión. Es una sequía muy pronunciada de este año y del anterior en la cuenca alta del río Paraná en Brasil, principalmente en el Mato Grosso y en las adyacencias del Amazonas”, añadió.