
El documental, dirigido por Ulises de la Orden y Germán Cantore, se puede ver todos los domingos de octubre, a las 18 hs en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA). Editada en plena pandemia, la película de casi hora y media ya se presentó en el Festival Internacional de Cine de las Alturas de Jujuy. Pasó por Cine.ar, y a través de Kinoa.tv se ofreció a toda Iberoamérica.
Bajo el nombre, “Vilca, la magia del silencio”, la honorífica producción encierra la misteriosa vida del músico Ricardo Vilca. Ese intérprete que sumó valor cultural a la Quebrada, y supo cautivar a León Gieco, Ricardo Mollo y Skay Beilinson, entre otros.
El documental nace a partir de la recopilación de varios testimonios. Narraciones de amigues, músiques, familiares y demás personas que conocieron a Vilca. Se presenta de manera singular a un personaje fascinante, en homenaje a ese músico regional.
El supo ser intérprete de su pueblo y reflejo de su paisaje cultural. Además, recibió un premio de la Unesco en 1983. Ulises de la Orden sumó en el 2002 la música de Vilca a su ópera prima llamada “Río Arriba”, donde Germán Cantore realizaba el montaje. Y desde allí supieron cultivar una relación de compañerismo. Crearon un sólido equipo que dio luz a cinco películas terminadas, y algunos proyectos más que quedaron en el camino.
Al conocer al artista en su intimidad y su particular historia, más su cultura nativa, fue creciendo la admiración del dúo de directores hacia el intérprete. Así, decidieron crear una película, casi sin intención del músico jujeño, en un viaje por la Quebrada. La idea original era que se reconozca más su música y expanda fronteras.
Pero Ricardo Vilca murió a sus 53 años por problemas pulmonares, el 19 de junio de 2007. Y desde allí, la película tomó otra dimensión, mutó a un homenaje al compositor que trató de entender y dominar un equilibrio entre los ritmos andinos y la música clásica. Un documental hecho desde el amor y la amistad, y el respecto a un maestro musical muy poco reconocido.
Ricardo Vilca, su historia
Ricardo Vilca fue maestro rural jujeño, pero también músico y compositor. Fue desconocido por mucho tiempo, pero en las últimas décadas se convirtió en uno de los artistas más trascendentes del noroeste argentino.
Nació el 5 de noviembre de 1953 en Humahuaca, apasionado desde pequeño por el sonido de la guitarra eléctrica. Su vida musical inicia al sumarse a grupos de rock, y folklore. Armó su propia banda regional, llamada Ricardo Vilca y sus Amigos, con la cual registró álbumes como La magia de mi raza (1993), Nuevo Día (2000), y Majada de Sueños (2003), entre otros.
Por años, su persona y trabajo musical resistieron la popularidad, resguardados allí donde pertenecen, en el silencio de la Quebrada de Humahuaca. Su música era un reflejo de sus vivencias y experiencias en la Quebrada. Llevaban la magia en cada uno de sus punteos en guitarra, se ocultaban el silencio del viento, el calor del sol, la refrescante sombra de los árboles que enmarcaron su existencia.
Se destacó como compositor para música de películas, realizó la banda sonora de largometrajes como “Una estrella y dos cafés”, de Alberto Lecchi; y “El destino”, de Miguel Pereyra. Más las de su equipo con de la Orden y Cantore.
De suerte, en los últimos años de su vida, disfrutó parte de ese reconocimiento vedado. Sus composiciones fueron plasmadas en voces de famosos músicos como León Gieco, Divididos y Skay Beilinson. Gracias a la magia de la web, llegaron a lugares insólitos, como Kosovo o Madagascar.