Nueva Generación es una cooperativa textil del partido de Avellaneda, zona sur de la Provincia de Buenos Aires. En un taller ubicado en Méndez 671, en la localidad de Wilde, sus integrantes fabrican ropa de trabajo, uniformes escolares y juguetes. Esto permite mantener a 84 familias, que hoy, ante una orden de desalojo, ven su fuente de ingresos coartada.
Por este motivo, este viernes desde las 13 horas se encuentra realizando un abrazo solidario a la fábrica y una movilización hasta Las Flores y Mitre, también en Avellaneda. El objetivo es exigir que se protejan los más de 80 puestos de trabajo que están en riesgo; y que la cooperativa textil pueda seguir funcionando en el mismo terreno en el que lo hace desde hace 16 años.
Respecto a la orden de desalojo, la presidenta de la cooperativa, Alicia Gutiérrez, manifestó a Radio Gráfica que es “muy triste para nosotros; somos 84 trabajadores que nos inventamos el trabajo si querés de alguna manera”. Además, la mujer recordó: “veníamos de lo que era el movimiento de desocupados de fines de los 90, sin posibilidades de trabajar en ningún lado, con los planes sociales”.
La historia de lucha de la cooperativa textil
La cooperativa encuentra sus inicios en los años posteriores a la crisis de 2001. En 2005, un grupo de personas desocupadas decidió impulsar a Nueva Generación en un terreno baldío de Avellaneda. Antes de que llegaran, el lugar era un basural, y elles lograron transformarlo. Es que allí, además de la fábrica funciona un jardín maternal para más de 100 niñes y un espacio para apoyo escolar y de género.
“Compramos el espacio que tenemos acá en Wilde, en la calle Méndez 671 en el año 2005; comenzamos con la tarea de poderlo restablecer, era un espacio, un baldío lleno de basura”, contó Gutiérrez; y aseguró que “los vecinos estaban muy contentos”.
Sin embargo, siete años después llegó un abogado y les dijo que “un tal Guillermo Perugini había comprado el espacio”. Sobre esto, la presidenta de la cooperativa textil opinó que fue “en términos muy rápidos, muy raro, en 15 días tenía título de propiedad”.
En ese entonces, les integrantes de la cooperativa pidieron la expropiación del lugar en el que trabajaban y lo lograron en 2012. Esto “duró hasta el año 2017, se cayó porque la provincia de Buenos Aires no lo pagó”, explicó Gutiérrez.
Hoy, 16 años después, la orden de desalojo está en pie y los 84 puestos laborales que permiten sostener a les trabajadores y sus familias, están en riesgo. “Volvimos a quedar nuevamente con la cabeza suelta ante esta gente, que comenzó nuevamente con el juicio”, finalizó la cooperativista.
Este viernes, les vecines y allegades de la cooperativa se movilizan en defensa de los puestos de trabajo de 84 personas; y de su continuidad en el espacio en el que funciona desde 2005.