Aunque se haya puesto mucho esfuerzo en invisibilizarlas, las lenguas indígenas no son algo del pasado. Actualmente existen en Argentina entre 15 y 40 lenguas originarias, dependiendo del criterio que se utilice para definirlas. Por eso, Nota al Pie comenzó a recolectar experiencias que mantienen vivos los idiomas ancestrales de América Latina, o, llamándola por su nombre original, del Abya Yala.
Graciela Figueroa nació en la provincia de Salta, tiene 56 años, es psicóloga social y trabajadora del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Buscando aprender el idioma de sus ancestros y ancestras, llegó a ser alumna de Runa Simi -denominación originaria del llamado Quechua– de Carmelo Sardinas Ullpu en el Centro Universitario de Idiomas (CUI).
Su maestro, quien falleció en abril de este año, era conocido como “Tayta”, que en Quechua quiere decir “padre”. El hombre de la comunidad Jatun Ayllu T’urupalqa de la antigua nación Wisijsa, actual Potosí, en Bolivia; fue profesor de esta lengua ancestral, militante por los derechos de los pueblos originarios y transmisor de la cultura andina.
Graciela Figueroa contó que Carmelo Sardinas Ullpu fue “un gran maestro, padre que nos educó con amor y cariño”; y aseguró: “Nuestro Tayta nos transmitió mucho más, nos adentró a la cultura escondida entre las piedras, allí donde está la apacheta”; un altar formado por un montículo de rocas en el que las y los viajeros depositan ofrendas. “Ahí enraíza la cultura de los Incas, nuestros ancestros viven, en las montañas, en los ríos, en el aire”, agregó.
Siguiendo con la experiencia como alumna de Sardinas, la psicóloga social contó que el aprendizaje fue más allá del Runa Simi. “Nuestro Tayta nos enseñó a respetar las plantas, las montañas, el agua, nunca eso atenta contra la vida, más al contrario, los ancianos sabios nos enseñan a cuidar la vida”, manifestó.
El lugar de las lenguas originarias en la sociedad
Como trabajadora del Gobierno de CABA hace 34 años, Graciela Figueroa aseguró que nunca escuchó “que haya traductores de idiomas de lenguas Originarias, dentro de la administración pública”. En este sentido, remarcó que, mientras las lenguas originarias son dejadas de lado, hay otros idiomas que se imponen en la enseñanza.
“Particularmente me hubiera gustado mucho haber aprendido la lengua que mi madre hablaba, Runa Simi, en la escuela secundaria. Ya que el inglés que fue obligatorio no me resulta útil”, expresó; y agregó: “sí me hubiera resultado útil, cruzar la frontera a Bolivia y llegar a aprender más de las comunidades que hay allí, poder dialogar en Runa Simi”.
Con relación a esto, mencionó el incumplimiento de la Ley de Educación Nacional N° 26.206. Ésta expresa el respeto a la diversidad cultural, que implica incluir prácticas educativas propias de los pueblos indígenas. Sin embargo, remarcó que “todo esto no se cumple”.
“Las leyes se tienen que cumplir, el Estado tiene que crear los medios, de lo contrario entra en falta ante la legislación, ya sea este gobierno u otro, sea de cualquier provincia, lugar del territorio argentino”, manifestó.
En este sentido, agregó que “debido a la falta de aplicación de la ley de Educación Nacional, las naciones indígenas que habitan territorio argentino se ven afectadas, en muchos de sus derechos”. Es por eso por lo que “muchos indígenas, originarios, pertenecientes a las culturas preexistentes, migran a las ciudades, trayendo aparejado la quita de su territorio, quita de identidad matriz de vida”.
Además, recordó que “el modelo de país desde la colonia es discriminatorio, avasallante de derechos”.
Cosmovisión Andina
Graciela Figueroa compartió algunas de las enseñanzas de los pueblos originarios. “Nuestros abuelos hablan de que este es el Pachakuty de Luz, vendrán ‘Los Guerreros del Arcoiris’”, manifestó.
“Los guerreros están, todavía podemos rescatar la sabiduría de Nuestras Culturas, su acervo Cultural, nos da luz, en este tiempo donde la pandemia es sombra; vendrán Los Guerreros, vendrán ellos a salvar a la humanidad”, contó de una forma más poética. Siguiendo con el respeto a la vida, agregó que esta existe “en el Janan Pacha (mundo de arriba); en el Kay Pacha (este mundo), en el Uku Pacha (mundo de abajo)”.
Además, aseguró que en la vida existente “hay algo no visible, tras encender una fogata, en una ceremonia de Intij Raymin, los mensajeros del tiempo y de la luz hablan, melodías de respeto y amor”.
“En el cielo dónde están las estrellas está la Chacana, representa la Cosmovisión Andina, el Calendario Luni Solar, calendario de cosecha y siembra, un calendario de 28 días, 13 meses, dan un total de 365 días al año un calendario perfecto. Los 28 días son el resultado de los cambios de 4 lunas”, comentó Figueroa dando cuenta de que las y los ancestros tenían una forma de organización propia que luego fue avasallada.