Este martes, luego de la aplastante victoria del “Rechazo” en el plebiscito constitucional, Gabriel Boric realizó seis cambios en el gabinete de gobierno. De esta manera, en el correspondiente acto protocolar realizado en el Palacio de La Moneda, el presidente les tomó juramento a les ministres entrantes.
“Duele, pero es necesario. Es quizás uno de los momentos políticamente más difíciles que me ha tocado enfrentar”, sostuvo el presidente de Chile. En este sentido, el necesario golpe de timón de Boric busca evitar una crisis política tras el debilitamiento que sufrió el Gobierno luego de la dura derrota del “Apruebo”.
En este marco, el mandatario chileno destacó que “este cambio de gabinete no es protocolar ni para una foto, aquí cambia también el comité político, que es la conducción de nuestro gobierno”.
A su vez, el ex militante estudiantil afirmó que a les ministres entrantes les esperan grandes tareas. “Necesitamos una nueva coordinación de gobierno, quiero que en conjunto fortalezcamos la coalición que nos respalda”, expresó.
Un recambio forzado
El revés electoral logró que, luego de seis meses de la llegada de Boric al Palacio de la Moneda, el gobierno tuviera que realizar los primeros cambios de gabinete durante su mandato.
Si bien la renovación era una posibilidad que se venía barajando debido a los diferentes conflictos que enfrentó Boric en los últimos meses; los resultados del pasado domingo aceleraron el proceso.
En este marco, Itzkia Siches (Interior); Maria Begoña Yarza (Salud); Claudio Huepe (Energía) y Flavio Salazar (Ciencias) quedaron afuera del gabinete. En tanto, luego de la renuncia de Jeanette Vega como titular de Desarrollo Social, Giorgio Jackson ocupará su lugar. El colaborador más cercano a Boric, en consecuencia, dejará de ejercer como Secretario General de la Presidencia.
Asimismo, el nuevo gabinete se caracteriza no sólo por la presencia de más mujeres, sino también por sumar la experiencia política de personas ligadas a la centro izquierda tradicional en Chile.
En esta línea, Boric nombró a Carolina Toha en Interior y Seguridad Pública; a Ana Lya Uriarte en la Secretaría General de la Presidencia; a Ximena Aguilera en Salud; a Silvia Diaz en Ciencias y a Diego Pardo en Energía.
El masivo recambio en el gabinete, que es el tercero más rápido desde el retorno a la democracia en Chile, tiene como objetivo lograr grados de consenso más amplios para retomar el camino de la reforma de la Constitución.
En este sentido, el presidente chileno remarcó su confianza en el nuevo gabinete “para liderar el reencuentro que tenemos que ejercer en Chile”.
¿Un gobierno golpeado o la oportunidad de un segundo tiempo?
El gobierno chileno, para contrarrestar el relato de una administración golpeada, busca construir la narrativa de un “segundo tiempo”. Es decir, convertir la crisis en una nueva oportunidad. Lo cierto es que, tan solo seis meses después de la llegada de Boric al poder, el Gobierno se encuentra francamente desgastado.
Son varios los factores que explican ese desgaste. Desde que llegó al Palacio de la Moneda, Boric ha tenido que enfrentar las consecuencias económicas de la pandemia; una derecha radicalizada; una alta inflación que ha elevado el costo de vida; e incluso el conflicto con el pueblo mapuche, por citar algunos ejemplos. Todo esto ha generado que, según los últimos sondeos, su porcentaje de aprobación se encuentre tan solo en un 37%.
Asimismo, el resultado del domingo también se explica en el desgaste político de Gabriel Boric. Para un sector importante de la población chilena, la propuesta constitucional que fue rechazada estaba asociada a la gestión de gobierno, algo que terminó siendo contraproducente.
Desde el propio oficialismo, previo al referéndum, deslizaron la imposibilidad de llevar adelante una agenda de cambio en caso de triunfar el rechazo.
Como dictan los manuales, tras el resultado del domingo, el Gobierno reaccionó con un masivo cambio en el gabinete. Sin embargo, como expresó Boric, también se ha transformado el Comité Político de la coalición gobernante.
Si bien en el espacio existe un equilibrio numérico entre el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, la conducción política y económica va a recaer sobre la primera formación política.
En este sentido, el “segundo tiempo” del gobierno de Boric se encuentra marcado por la importante presencia de integrantes de la exConcertación, espacio con que la derecha tiene más diálogo.