El último miércoles, la Justicia fueguina determinó la liberación de les manifestantes que habían sido detenides en Tierra del Fuego, acusades de cortar los cables de fibra óptica que dejaron sin conexiones de internet y datos móviles a las zonas de Ushuaia y Tolhuin.
Los bonaerenses Claudio Marcelo Ballesta, Emmanuel Matías Ezequiel Arese y Roberto Nicolás Giunchetti, oriundos de General San Martín, Villa Ballester y Temperley respectivamente, habían viajado hacia la Isla de Tierra del Fuego para formar parte del acampe por la soberanía en protesta al funcionamiento activo del radar.
El polémico artefacto, instalado en Tolhuin (una de las localidades afectadas), a la altura de la estancia “El Relincho”, pertenece a la empresa Leo Labs y cuenta con accionistas británicos. Por dicha razón, la semana pasada dio inicio un acampe al lado de la Ruta Nacional 3, a la altura de Río Grande, para exigir por su desmantelamiento.
Entre las personas presentes en el acampe se encontraban los jóvenes, quienes tras ser detenidos, quedaron incomunicados durante toda la jornada del martes. Luego de ser acusados, en principio, de cortar intencionalmente la fibra óptica, fueron liberados tras no encontrarse pruebas concretas para su acusación.
En conversaciones con Nota al Pie, Lucía Ferrari, referente del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), el cual encabeza Martín Ayerbe, denunció que el radar inglés se encuentra actualmente en operaciones. “A pesar de las versiones que dicen lo contrario, pudimos constatar y está chequeado que sigue operativo”, explicó la militante.
Desde el MLN, exigieron la libertad de Ballesta, Arese y Giunchetti, además de asegurar que la lucha por el desmantelamiento del radar británico de uso civil y militar sigue en pie. “Tanto el gobernador como el ministerio de Defensa se patean la pelota entre unos y otros, nadie hace nada concreto y el radar sigue funcionando”, sentenció Ferrari.
Las detenciones
En el marco del acampe por la soberanía, se realizó una vigilia y llegaron caravanas de manifestantes desde Río Grande y Ushuaia con habitantes de la isla y veteranos de todo el país. Además, se realizó un acto repudiando la instalación del “instrumento de guerra” y las organizaciones involucradas expresaron su postura respecto a la importancia de nuestra soberanía nacional.
Al terminar el acto, los manifestantes fueron detenidos en un retén en Río Grande por la policía a tres kilómetros de la estancia y quedaron incomunicados. Luego de declarar fueron puestos en libertad aunque la causa sigue abierta. Si bien no hay pruebas que determinen que hayan sido los culpables, se les imputa por el delito de entorpecimiento. “Hubo bastantes irregularidades en el proceso”, sentenció Ferrari.
Al respecto, el MLN publicó un comunicado donde denunció que la orden de la policía era “interceptar el vehículo en el que viajaban nuestros compañeros, antes que salieran del territorio provincial, como represalia a la movilización y la denuncia penal por Traición a la Patria contra el propio gobernador fueguino, Gustavo Melella”.
Según indicó el comisario Raúl Bustamante, Jefe de la Unidad Regional Centro de Tolhuin, no hay pruebas concretas sobre lo que pasó en la zona. “Tiene cámaras, pero están desactivadas, todas las conexiones electrónicas, todo lo que era tipo funcionamiento eléctrico no quedó nada, ya fue retirado hace mucho tiempo y el servicio policial adicional fue contratado en virtud de incendio intencional”, aclaró.
Los peligros del radar británico
A principios de agosto, el Ministerio de Defensa dispuso cancelar las actividades del radar de Leo Labs. Según un informe técnico difundido por el propio ministerio, la operación del radar inglés pone en riesgo el interés soberano en relación a la disputa con Gran Bretaña por las Islas Malvinas.
Aunque, dos semanas después, una página de X llamada “Ares, Information Service” publicó una foto capturada desde el radar británico de Leo Labs ubicado en Tierra del Fuego. De esta manera se comprobó que, a pesar de la orden del Ministerio de Defensa de dejar sin efecto su funcionamiento, el radar continúa operando.
“El radar tiene dimensiones absolutamente enormes, está conectado a un transformador que le da energía y a la red de fibra óptica que le permite funcionar y detectar cualquier tipo de movimiento”, explicó Lucía.
Para Ferrari, esto lo caracteriza como una verdadera “violación a nuestra seguridad nacional”. Así lo dejó constatado el Ministerio de Defensa en el informe que publicó en junio, así como lo denunció en declaraciones el jefe del ejército.