En marzo de 2017, Ángel Ramón atravesó una decepción amorosa que tiempo después lo inspiró para crear su libro Relatos para leer en el colectivo. Si bien el amor en sus diferentes formas es el tema principal de esta obra, también hay lugar para el humor y la denuncia de injusticias desde distintos enfoques.
Para conocer más detalles, Nota al Pie entrevistó al escritor tucumano. El mismo también se refirió al hábito de la escritura y sus futuros proyectos.
¿Cómo se formó en vos el hábito de la escritura?
Desde muy pequeño leía mucho. Mis viejes me cuentan que aún antes de saber leer miraba las historietas e iba inventando los diálogos de acuerdo a la acción y que tenían un sentido, así que no hay un momento en mi vida que no esté marcado por la lectura.
Imagino que el camino obvio fue pasar a la escritura. Hace un tiempo encontré el que, imagino, fue mi primer cuento de puño y letra que fue hecho a los 8 años y era sobre el cabildo abierto.
Antes de eso, en primer grado, le dictaba a mi mamá poemas para que ella los escriba en máquina de escribir y yo se los regalaba a mis compañeritas de escuela, claramente siempre romántico.
Este es mi tercer libro; en 2019 saqué uno de cinco cuentos que se llama Contame historias de amor, el cual se agotó en dos días, y en marzo del 2020 lancé el manual Grafología. El ABC de una ciencia, ese nunca lo pudimos presentar con mis compañeras de escritura porque a los días estalló la cuarentena.
¿Cómo nace Relatos para leer en el colectivo, y a qué se debe su nombre?
Relatos nace de un desamor. Antes de cumplir 30 años me enamoré perdidamente (casi todas las historias pochocleras empiezan así ¿viste?), y un buen día llego a la casa de esta chica y ella me tenía preparado un banquito de plástico. Hace que me siente, se sienta adelante y me dice: “Vos me estás poniendo de frente con miedos y preguntas que no tengo ganas de contestar en este momento, así que aquí vamos a terminar todo. Muchas gracias por el amor”. Así se terminó todo.
Algo tenía que hacer con toda esa sorpresa, el dolor, y el duelo. Escribí cuento tras cuento durante una o dos semanas, y cuando terminé vi que tenía los suficientes para armar un libro.
Ese fue el inicio. De ahí, pasaron tres años hasta que pude armarlo y cinco hasta que pude publicarlo.
El nombre se debe a que me encanta leer en el colectivo, me acompaña durante todas esas horas muertas la lectura. Obviamente, de esa cantidad inicial de cuentos solo quedaron dos o tres en el libro. Me di cuenta que todos son tan cortos y apelan de una forma tan directa a las emociones, que los podés leer tranquilamente en el colectivo mientras viajas, en la cola del banco, sentado en alguna placita, acompañando ese tiempo “muerto” con algo gratificante.
¿El libro ya se encuentra a la venta?
Sí, el libro ya se encuentra a la venta. Por el momento solo está en formato físico, hubo ahí un desencuentro con la editorial y el formato epub quedó trunco…veremos si más adelante puede solucionarse.
¿Tenés pensado lanzar otro libro?
Sí, está un poco detenido porque universidad en épocas de Milei…pero estoy en etapa de corrección. Es una novela juvenil corta que se llama Historias de secundaria.
¿Qué expectativas tenés al momento de publicar?
Bueno, en realidad esta es ya la segunda edición. La primera se agotó en tres meses ni bien salió. Se vende muchísimo en Catamarca, sobre todo, no sé muy bien por qué.
Me emociona mucho cuando se acerca alguien que no me conoce, tengo una librería donde claramente lo vendo, y cuando ven el libro me cuenta que ya lo leyó, que le pareció emocionante y un montón de cosas. Son lindas esas devoluciones de gente que no sabe que lo escribí, me dejan recalculando.
Cuando se haga más conocido, me gustaría dar charlas en colegios y hacer lecturas con otros autores de diferentes provincias. También quisiera que se haga más conocida la literatura no tan “comercial”, que es así más que nada por falta de lugares y no por calidad. De hecho, esa es una lucha que llevamos adelante también en la librería.