Esta semana, la Casa Rosada fue escenario de tensión para el equipo económico del gobierno. El déficit fiscal, un objetivo “innegociable” para el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo, se fue tan pronto como llegó.
La Oficina de Presupuesto del Congreso lo confirmó: en febrero se registró un déficit fiscal que, tras el pago de intereses de deuda, ascendió a $186.635 millones. Aunque se mantiene el superávit primario (mayores ingresos que gastos), este cayó un 160%, pasando de $2.5 mil millones en enero a $930 mil millones.
Esto demuestra la falta de solidez de lo que el presidente llamó un “hito histórico”, un superávit logrado a base de recortes desmedidos, incumplimiento de leyes que obligan a transferir recursos a las provincias y falta de pago de facturas en el mercado mayorista de energía.
No solo el ajuste fiscal de Milei es insostenible sino que también la recaudación impositiva está en caída, aunque se apoya en el Impuesto PAIS y las retenciones. La baja en la recaudación por el IVA (12,6%) y el Impuesto al Cheque (-6,2%) confirman que las decisiones del gobierno provocaron una abrupta reducción del consumo.
En consecuencia, la actividad económica comienza a dar sus primeros indicios de recesión. Las obras de construcción, las ventas minoristas y la actividad industrial mostraron una fuerte caída y no parece que vayan a recuperarse en el corto plazo. Según la Unión Industrial, el empleo cayó un 20,9% en enero.
Mientras tanto, Milei se mostró amigable con el campo en la Expo Agro, con la esperanza de que crean en su promesa de que eliminará las retenciones en un futuro. Para evitar que el plan del “déficit 0”, que ya está tambaleando, necesita aumentar la recaudación aprovechando la temporada de cosechas.
Además, luego de eliminar por completo las transferencias discrecionales y obstaculizar las transferencias automáticas, el Gobierno busca calmar el descontento de las provincias con recursos que no comprometan las cuentas nacionales y mantener la apariencia de equilibrio fiscal.
Para esto, Milei aseguró a los gobernadores que enviará al Congreso un proyecto para restituir el Impuesto a las Ganancias. Según el libertario, el tributo que grava los ingresos de les trabajadores “estuvo siempre y fue un error quitarlo, existe en todos los países”.
Descontento social y movilización feminista contra el ajuste
Con recortes en todos los sectores, la sociedad recibió como un baldazo de agua fría la noticia de que diputades y senadores recibieron un aumento del 30% en sus dietas, con la firma de las autoridades de ambas Cámaras, Victoria Villarruel y Martín Menem.
Frente al repudio generalizado, buscan darle un lavado de cara a la situación, argumentando que el presidente no estaba al tanto de la medida. El oficialismo presentó un proyecto para dar marcha atrás con el aumento.
Mientras despierta el descontento en múltiples frentes, este Día Internacional de la Mujer el movimiento feminista vuelve a las calles del país para repudiar el ajuste sobre las clases populares y el discurso de un presidente que niega las desigualdades de género.
Frente a la negativa del gobierno de La Libertad Avanza de atender las demandas sociales, las mujeres y disidencias visibilizarán en una multitudinaria movilización los femicidios, la brecha laboral, la resistencia del derecho al aborto y la eliminación de la asistencia alimentaria a comedores y merenderos populares.