El sector PyME argentino se encuentra en una etapa crítica a raíz de las medidas económicas implementadas por el Gobierno nacional y la carencia de políticas industriales que acompañen su producción.
Según las últimas estadísticas, las pequeñas y medianas empresas manufactureras del país registran una caída en las ventas que rondan entre el 30 y el 50% y que, con el correr de los meses, estiman que podría agravarse.
Ante este dramático escenario, el Observatorio IPA publicó su informe “Las PyMEs en la estructura productiva argentina”, en el que detalla la situación actual de la industria y el rol de las PyMEs en la matriz productiva de la Argentina.
La presentación del documento estuvo a cargo del presidente de Industriales Pymes Argentinas (IPA), Daniel Rosato; Martín Kolas; y Pablo Bercovich, de la Consultora Marca PyME, y responsable del estudio.
Durante la actividad, los desertores alertaron sobre la caída del consumo y la falta de competitividad en el comercio exterior. Asimismo, mencionaron cómo repercute la apertura desmedida de las importaciones en la producción nacional.
De acuerdo a lo expuesto, este combo alentado por las políticas del Gobierno provoca efectos que impactan de forma rápida y negativa en el salario de les trabajadores.
En ese sentido, el titular de IPA advirtió acerca del círculo vicioso que comienza con la pérdida del poder adquisitivo de les empleades y continúa con una reducción drástica del mercado interno, generando así la caída de la producción nacional.
De esta manera, consideró que la inflación de los costos fabriles, la falta de competitividad de las PyMEs para exportar y una mayor oferta de productos terminados en las góndolas “se convirtió en una bomba de tiempo para las PyMEs industriales”.
El aporte de las PyMES
A lo largo de la exposición hubo críticas a la idea de libre comercio que defiende el Gobierno al considerar que alentar ese tipo de medidas provocaría una crisis sin retorno en un sector que hoy representa más del 90% de las empresas argentinas. “Y una PyME cuando cierra es muy difícil que se pueda volver a abrir”, advirtió Daniel Rosato durante su intervención.
Según el informe, en Argentina existen 547.970 empresas de las cuales un total de 536.076 son PyMEs (97,8%), mientras que 11.894 son empresas grandes (el 2,2% restante).
A su vez, da cuenta de que la presencia de estas empresas es mayoritaria en todos los sectores de la economía donde el caso de menor participación (Industria y Minería) contabiliza el 96,2%.
Otro dato interesante es el porcentaje de empleo registrado que representan las pequeñas y medianas empresas para el país. Tal como indica el trabajo, y si se consideran todos los sectores, en Argentina el 97,8% del total de las empresas declaran empleo registrado.
De hecho, según datos brindados por el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE) del Ministerio de Capital Humano, hasta el año 2021 Argentina contaba con 536.000 PyMEs empleadoras activas del cual unas 50.350 (el 9,4%) eran industriales: 5.526 medianas, 17.179 pequeñas y 27.650 microempresas (con empleo registrado).
Al respecto, Bercovich sostuvo: “Realmente es muy difícil encontrar una matriz tan diversa, desarrollada y presente a nivel federal como la nuestra y más del 70% lo dan las pymes”.
“La industria paga mejores salarios que otros sectores productivos y además la industria que exporta paga aún mejor que cualquier otra empresa”, aseguró. “Ni hablar de la que exporta e invierte en investigación y ciencia”, agregó.
La caída de la actividad
Por su parte, Martin Kalos remarcó las consecuencias que trae consigo la caída en el entramado PyME y adelantó que una política macroeconómica “nos induce a una caída abrupta del salario y a una fragilidad del empleo”.
A partir de datos tomados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), desde el Observatorio IPA constataron la caída de la actividad en el sector manufacturero. La misma fue del -5,4% en diciembre en relación con el mes anterior, mientras que, a nivel interanual, se consolidó una caída de -12,8%.
Sin embargo, este no fue el único, sino que todos los sectores industriales sufrieron una caída interanual en diciembre, a excepción de dos (de nueve) que crecieron en términos intermensuales: automotores y otros equipos de transporte (+3,8% intermensual) y textiles, prendas de vestir, cuero y calzado (+2,2%).
Entre los que más cayeron, se encuentran aquellos abocados a “otros equipos, aparatos e instrumentos” con una precipitación del -42,2% i.a., seguido por “productos de metal, maquinaria y equipo” (-28,6% i.a.) y “muebles y otras industrias manufactureras” (-26,5% i.a.).
Por otra parte, en diciembre también se registró un derrumbe en la proporción utilizada de la capacidad instalada en la industria que fue del 54,9%. De esta manera, quedó por debajo del 66,4% de diciembre 2022, pero también de los finales de año durante la crisis 2018-2020 (cuando estuvo entre 56,6% y 58,4%).
A raíz de estas cifras, desde el sector PyME confiesan una dificultad para la proyección a futuro y adelantan que poco a poco podrían adentrarse en una crisis que culminaría con el cierre de fábricas.
No obstante, aclararon que previo a este desenlace, se verá una caída en las horas extras, luego la falta de renovación de contratos, y luego suspensiones y despidos.
“No hay competitividad para la exportación, porque está atrasado el dólar. Y si se aplica una nueva devaluación, habrá más inflación o caída de la actividad. Esto es una foto del pasado”, lamentó el presidente del IPA, que además denunció que detectaron el ingreso de productos importados terminados.