El año 2024 empezó cargado de pálidas noticias para el folclore argentino. Les organizadores del Festival Nacional de la Chacarera y el Festival Nacional de la Salamanca, en Santiago del Estero; y la Fiesta Nacional de la Chaya, en La Rioja, tomaron la drástica decisión de suspender estos eventos tradicionales.
Según manifestaron desde los diferentes espacios, esta determinación se da como consecuencia de la crisis económica actual, ya que están sufriendo un fuerte impacto económico que no solo afecta su organización, sino que genera incertidumbre sobre los costos de las entradas, que se hacen imposible adquirir dado sus valores elevados.
“El impacto económico es visible dado la suspensión de un evento tradicional de 53 años. Es lógico verlo así: afecta a la gente que trabaja, no sólo a los artistas. Uno ve a los técnicos, la cocina, los artesanos y observa la envergadura del festival, que también vive de lo que atrae con el turismo”, sostuvo el músico y productor del Festival Nacional de la Chacarera, Jorge Luis Carabajal.
Por su parte, el Festival Nacional de la Salamanca emitió un comunicado en cual sostuvieron con dolor: “Resulta imperioso tomar esta decisión con suma prudencia, con el fin de preservar la realización y éxito de nuestro festival. Destacándose principalmente por la accesibilidad de sus entradas para toda la familia, la cartelera con artistas locales, nacionales e internacionales y demás servicios prestados durante las noches del evento”.
Con el objetivo de poder seguir dándole trascendencia al folclore argentino, pese a esta situación de vulnerabilidad, Jorge Luis Carabajal, junto a otros músiques, organizará para este sábado el Encuentro de la Chacarera.
A continuación, dialogamos con este artista sobre el futuro del Festival, este encuentro a desarrollarse en esta jornada por la cultura y su visión personal sobre la Ley Ómnibus que busca imponer el gobierno de Javier Milei.
La crisis económica alcanzó al Festival Nacional de la Chacarera
¿Cuál es tu lectura sobre esta situación de crisis económica, que no solo golpea a nuestra cultura del folclore, sino que atenta a su vez con toda una industria musical?
Lo que está a la vista es lo resentida que está toda la actividad económica, por el hecho de que cualquiera que viva aquí en el país va al supermercado o a cargar nafta y todo sube así de golpe.
La expectativa de mucha gente era otra: que esto no nos iba a tocar tan cruelmente. Se pueden entender los procesos políticos o que antes, hubiesen promesas que no se han cumplido, pero por supuesto que con los hechos que se ven a diario, estos también iban a afectar a los espectáculos y los artistas.
Generalmente se dice que lo que hacemos no es un “artículo de primera necesidad”, pero la gente deja de salir a un bar, a un restaurante y a ver un espectáculo y seguramente, eso le afecte también, porque la gente necesita algún tipo de distracción.
La cultura siempre es cuestionada. ¿Cómo observás esta cuestión?
Hay un debate que veo que se está dando en las redes sociales sobre la ayuda que debe brindar o no el Estado sobre esta clase de industrias culturales. Pero el concepto “motosierra” está errado: es como si fuera que vos cortás un árbol y no te fijás si tiene ramas, si tiene hojitas o si tiene flores.
“Mi reflexión sobre esta realidad creo que es la de todo el mundo. Pero tengo la oportunidad de decirla ahora: no hay que aceptar la deshumanización”.
Este arrasa con todo y me parece que debería verse un poco. Creo que nada en la vida debería ser tan contundente y no te estoy hablando de lo que me toca a mí en particular, de la organización de un festival. Sino de algo más general.
El Festival de la Chacarera es un evento importante para Santiago del Estero…
El Festival de la Chacarera es un festival que tiene 53 años y que se ha hecho todo este tiempo, siempre. A pesar de los gobiernos, a pesar de muchas cosas, a pesar de las crisis económicas, siempre se ha hecho.
Y en esta oportunidad no contábamos con los medios para poder hacerlo con la magnitud o la infraestructura que merece el festival, que es con un gran sonido, con grandes pantallas, etc.
Por eso hemos planteado hacer un Encuentro de la Chacarera, ya que siempre trabajamos con los grupos locales de Santiago porque este es su festival. Además, lo hemos planteado como un encuentro cultural, en donde van a estar presentes los músicos, los bailarines, los artesanos y la gastronomía propia del evento.
El presidente Javier Milei presentó el proyecto de Ley Ómnibus, que atenta a la música y el arte en general ¿Cuál es tu opinión?
En principio, suena raro que se cierre el Fondo Nacional de las Artes, que promueve realmente a que muchos jóvenes puedan acceder por ahí a las facilidades para desarrollar su arte.
Por otra parte, se está direccionado el mensaje de cierto sector político de que un artista es un vago y que no hace nada. Creo que esa es una concepción errada.
Además, que estas medidas afecten al Instituto Nacional de la Música, el Fondo Nacional de las Artes o algo tan simple como la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) da mucho para pensar.
No sé a cuánto estamos de que digan “no apoyamos la CONABIP” o “que no haya bibliotecas populares” o “si a la quema de libros”. No sé, uno ya no sabe hasta dónde pueden llegar.
¿Qué sentís cuando ves este tipo de injusticias y estigmatización cultural?
Primero, no hay que aceptar el hecho de pensar que los artistas somos vagos. Hay distintos tipos de proceso de trabajo. Por darte un ejemplo, mi tío, Carlos Carabajal, apenas se había casado con mi tía, tenía conflictos con ella.
Ella lo veía que dormía todo el tiempo y sin embargo, después él se levantaba y escribía. Mi tía estaba preocupada, entonces lo despertaba y no lo dejaba dormir. Hasta que un día, mi tío metió un éxito con una canción y ahí mi tía se dio cuenta de todo: su forma de componer era en ese estado, cuando uno recién se despertaba.
Algunos no entenderán que es el estado de ensoñación. Pero con este ejemplo creo que se dan cuenta justamente de ese estado de contemplación y que un artista puede estar a merced de esto, además de las vicisitudes económicas. En definitiva, algunos artistas lo aceptan.
Es aceptar estas otras formas que puede tener el trabajo o cualquier cosa y no convertirnos en robots. No aceptemos el hecho de denostar a alguien porque no está ajustado a ciertos cánones de que nosotros estamos acostumbrados y es bueno que sepamos llevarnos entre todos y que estemos en paz.
Los Carabajal son considerados artistas imponentes para muchos y grandes referentes para otros. ¿Cómo es ese apoyo?
Nosotros lo tomamos y aceptamos con naturalidad. Ahora nos encontramos promocionando este encuentro junto a Cuti, Roberto y otros músicos de aquí de Santiago.
La verdad es que tocamos, cantamos y la gente se da la dicha de acercarse y ver a sus artistas. Ya Cuti Carabajal lo ha dicho: sea como sea nosotros siempre vamos a estar cantando.