En estas épocas de festejos y reuniones varias, las rutinas de muchas familias cambian, incluidas las de sus mascotas. Darles sobras de comida altas en grasa, llevarlos a otras casas con otros animales o dejarlos en guarderías, sumado al estruendo de los fuegos artificiales, puede perjudicar tanto a perros como a gatos.
Para que puedan disfrutar de las fiestas con las precauciones correspondientes, Nota al Pie conversó con la Dra. Daniela di Risio y el Dr. Alberto Brogna. Junto a les veterinaries, elaboró una guía con el fin de conocer las medidas que se pueden tomar.
Cuidados en la alimentación
“Los animales no deben cambiar sus hábitos alimenticios por una situación en particular, como pueden ser las fiestas. Así como no se aconseja cambiar de alimento balanceado si no es en forma gradual”, comenzó explicando el Dr. Brogna.
“En el caso de que el propietario le dé alimentos que estuvo consumiendo, como asado o pollo, deberían ser de buena calidad, sin grasa, cocidos y sin huesos, pero solo como excepción”, recomendó el especialista.
“Lo que desgraciadamente vemos es que las personas empiezan dándoles parte de la comida principal y luego continúan con el pan dulce, las confituras y al otro día el perro está con vómitos y diarreas”, agregó.
Por su parte, la Dra. di Risio destacó que “es fundamental evitar los alimentos muy condimentados, como salsas y picantes. Tampoco alimentos como cebolla, ajo, chocolates, dulces, jugos azucarados, pasas de uva, frutas secas y abrillantadas ya que son nocivos para la salud”.
“Las comidas con altos contenidos de grasas conllevan a una digestión más dificultosa sumado al estrés provocado en estas fechas. Además con el agravante de los huesos que tienen estos alimentos. Como ecografista me ha tocado diagnosticar signos obstructivos por estos alimentos en estas fechas y terminando en una clínica de emergencia”, mencionó.
Los huesos, tan tentadores como prohibidos
“Los huesos no deberían ser parte de la dieta de un perro. Los de asado, caracú, cogote suelen provocar obstrucciones de las vías aéreas y del aparato digestivo, no aportan ningún nutriente al animal salvo los pequeños trozos de carne que puedan tener adheridos” aclaró el Dr. Brogna.
“Para eso sería mejor sacarle esos restos con un cuchillo y ponérselos en un plato al perro, sin dejarle el hueso. Y los huesos de pollo también están contraindicados, ya que en estos casos lo más frecuente es la perforación de intestino”, explicó como medida de precaución.
Por su parte, la Dra. di Risio sostuvo: “No recomiendo ningún tipo de hueso. Las aves tienen la capa cortical del hueso más delgada que otros animales para disminuir el peso y «favorecer» el vuelo. Es por eso que este hueso es más fácil de astillar, haciéndolo aún más peligroso”.
Traslado de mascotas vs refugio en la casa
En cuanto al traslado o no de mascotas, el Dr. Brogna indicó que “para el gato, salvo muy contadas excepciones, es preferible dejarlo en su casa. En el caso del perro, hay que considerar si el animal tiene fobia a los ruidos o no. En este caso se le suma a la fobia el estrés del cambio de ambiente, a veces con el agregado de la presencia de otro animal”.
Antes que nada, “se debe tener en cuenta que suele ocurrir que dos perros que en otras oportunidades convivieron pacíficamente, puedan llegar a agredirse si uno o ambos se excitan por la fobia a los ruidos”, sostuvo el especialista.
“Si el perro nunca fue a la casa donde se celebra la fiesta y el perro de la casa no tuvo un contacto previo con el mismo, esta es la peor oportunidad para hacerlo. Lo mejor es dejarlo en la casa, su territorio, con las medidas adecuadas para evitar que se escape o lastime. Si tiene fobias, se deben tomar las precauciones que le indique el veterinario, incluida la medicación correspondiente”, manifestó.
“Es importante en estas fechas que la mascota tenga en su territorio una zona exclusiva de refugio. Sería interesante acustizar lo mejor posible en la medida que se pueda. Recomendaría poner música o la televisión como todos los días, para que les sea familiar lo que escuchan, a efectos de minimizar los ruidos de la pirotecnia del exterior”, acotó la Dra. di Risio.
Además, “no se debe permitir el acercamiento de personas o niños a esa zona. Por otra parte, si bien es una situación de miedo para el animal, no «reforzar» esa situación mediante atención excesiva o prestando exclusiva atención a ello”. Se debe controlar a distancia como se comporta y ver que no haga nada que ponga en peligro su vida.
La fobia a la pirotecnia, un trastorno del comportamiento
“El “miedo a los cohetes” es una fobia relacionada con el desarrollo, un miedo desmedido e injustificado a un estímulo poco frecuente. Las gotas sedantes que antes se usaban para intentar minimizar los efectos negativos de la fobia a los estruendos no son recomendadas.
“Las personas compraban libremente estos “sedantes” en forma habitual, casi libre, y dosificaba a su animal de acuerdo a un prospecto, que no tenía en cuenta la respuesta individual ni el estado del animal al cuál se administraba”, señaló el Dr. Brogna. Remarcó, además, que los resultados no solían ser los esperados.
Por otra parte, destacó que “la respuesta aumentada a los ruidos no se trata de una mayor sensibilidad auditiva, sino que se trata de una enfermedad del comportamiento, que se debe diagnosticar, prevenir y tratar”.
En conclusión, “el tratamiento lleva un tiempo y no debe dejarse hasta último momento, como las fiestas. La medicación adecuada para la fobia y su tratamiento debe ser indicada exclusivamente por un médico veterinario especialista en comportamiento animal”.