Tras el puesto 20 obtenido por Argentina, este domingo marcó el cierre de la vigesimosexta edición del Mundial femenino de handball En una intensa y entretenida final, que tuvo lugar en Dinamarca, Francia superó a Noruega por 31 a 28 y se alzó con el trofeo. La nórdica Henny Reistad fue premiada como la jugadora más valiosa del certamen.
Alegría gala en una final de alto nivel
Ante más de 12 mil espectadores, la ciudad de Herning fue testigo de un histórico partido con un ritmo constante. En el primer tiempo, ambos equipos mostraron agilidad en el ataque, pero mostraron falencias defensivas, resultando en un alto promedio de goles. A eso se agregó que el porcentaje de atajada de las porteras fue bajo.
Dentro de una paridad general notoria, las escandinavas fueron levemente superiores en los primeros 15 minutos de encuentro. Allí se destacó el aporte de la lateral Nora Mork. No obstante, las francesas respondieron de la mano de Tamara Horacek, atleta de origen croata. Con mayor firmeza en defensa y variantes para anotar, Les Bleues se fueron al descanso con ventaja de 20 a 17.
En la segunda mitad, Francia solidificó su dominio más allá de que sus adversarias nunca se dieron por vencidas. La clave fue la notable protección de su arco con un marcaje que dificultó al juego por el centro de Noruega. Como contrapartida, las posteriores campeonas fueron efectivas con sus ataques con las pivotes.
A falta de siete minutos para el cierre, las de camiseta suplente blanca sacaron la máxima diferencia del partido (29-25). Si bien las escandinavas mostraron amor propio, y achicaron la distancia, no evitaron el triunfo francés por 31 a 28. En los minutos definitorios resultó fundamental el olfato goleador de la joven central Lena Grandveau, quien anotó en cuatro ocasiones consecutivas.
Tras el encuentro, la organización nombró a Reistad como la principal figura del Mundial. Además oficializó a su equipo ideal. El mismo se compuso con las francesas Laura Glauser (arquera), Chloe Valentini (extremo izquierda), Estelle Nze Minko (lateral izquierdo). También lo integraron las suecas Nathalie Hagman (extremo derecha) y Linn Blohm (pivot), la danesa Louise Burgaard (lateral derecha) y la noruega Stine Oftedal (central).
Dinamarca completó el podio del campeonato tras superar, en el partido por el tercer puesto, a Suecia. Fue con marcador de 28-27.
El camino hacia el trofeo
Francia demostró un desempeño impecable en tierras escandinavas. Tal es así que cerró su performance de manera invicta. En la primera instancia finalizó líder en su grupo tras victorias frente a Angola, Islandia y Eslovenia.
Las dirigidas por Olivier Krumbholz continuaron sus éxitos en la rueda principal, en donde aumentaron su nivel. Allí le ganaron a Austria, Corea del Sur y Noruega. Se impusieron en la zona II y clasificaron a cuartos de final.
En esa fase le ganaron a República Checa, una de las revelaciones del torneo. En el paso previo a la final derrotaron a Suecia por un margen más amplio del imaginado: 37-18. Así llegaron al decisivo y mencionado encuentro contra las noruegas. La principal goleadora del equipo en la competencia fue Valentini con 38 tantos y un 76% de eficacia.
Participación sudamericana
La región contó con la presencia de cuatro selecciones en la máxima cita. Argentina logró su objetivo de avanzar a la main round y culminó en el top 20. El mejor del continente americano fue Brasil, país campeón en 2013 y que en esta edición llegó a un destacado noveno puesto.
Chile retornó al evento tras 14 años y lo hizo con tres triunfos y cuatro derrotas para finalizar 27°. Tras malos resultados en la fase de grupos, tuvo una muy positiva Copa Presidente, trofeo que reúne a las selecciones que no acceden a la main round. Paraguay, por su parte, también fue de menor a mayor y culminó en el escalón 29 con dos partidos ganados y tres perdidos. Repitió la ubicación alcanzada hace dos temporadas en España.