El pasado jueves, se llevó a cabo la presentación del libro “Conectividad Popular” en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ubicada en el barrio de Constitución. Las encargadas de coordinar la jornada fueron Mariela Baladron, Larisa Kejval y Diego Rossi.
Conectividad Popular es la condensación de dos proyectos de investigación que se realizó con el apoyo de la UBA y la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). El libro contiene los trabajo de Nicolás Baccaro, Paula Castello, Diego de Charras, Dolores Guichandut, Eliana Maffullo, Paula Morel, Ana Müller, Milton Oddone y Regina Scorza.
La obra recopila las experiencia de distintas organizaciones sociales y su trabajo en torno al acceso de la conexión a Internet en barrios populares o zonas rurales. Desde ese punto, les autores se propusieron indagar quiénes son los prestadores, sin fines de lucro, de este servicio.
En diálogo con Nota al Pie, Mariela Baladron explicó: “Nos interesaba saber cómo es la trayectoria y la organización de las entidades que se encargan de llevar internet a esos lugares que no son rentables para el mercado”.
El trabajo se construyó desde lo transversal, ya que les integrantes trabajan la comunicación desde distintas áreas. Asimismo, la elección de las experiencias se basó en la diversidad de las mismas.
Una de las experiencias es la de la Ranchada IP, una mutual que nació en 1987 con el objetivo de brindar servicios que favorezcan a las familias de la zona.
Con el paso del tiempo, la Mutual Carlos Mugica creció y tuvo la iniciativa de formar el programa Ranchada IP- internet popular. Su objetivo era reducir la brecha digital, debido a la dificultad que hay en el acceso al mundo cibernético para los sectores populares.
Sobre esta problemática, Carmen Calderón, integrante de la mutual, explicó que internet a su vez permite el acceso a otros derechos como la educación y a las políticas públicas.
Introducción al libro
La introducción de Conectividad Popular contiene el análisis del contexto político actual por parte de Esteban Magnani. El docente plantea la explosión política que se dio en el último tiempo por las elecciones.
A raíz de ello, y en el marco del ballotage, distintos colectivos como la swifties, clubes de fútbol, sindicatos, facultades, entre otros, llamaron a no votar a Javier Milei. Sin embargo, el líder de La Libertad Avanza (LLA) se transformó fue electo presidente con el 54% de los votos.
Al respecto, Magnani sostiene que ese porcentaje “son los rotos, los que no se sienten parte de ningún colectivo». En esa línea, plantea la falta de espacio de baja densidad política partidaria pero donde hay una construcción en la que se establece la importancia más allá de la individualidad. “Es ahí cuando te hace pensar que un todos contra todos por ahí no es lo mejor. Entonces crear espacios de participación política no militante me parece que es muy importante”, afirma.
Luego, Magnani sostiene que las experiencias de las organizaciones sociales se encuentran invisibilizadas en un ámbito en el que internet está asociado a lo que se ve en las publicidades. “El acceso a internet tiene que ver con esas propagandas de Claro en las que todo el mundo está conectado como en una fiesta de conectividad y alegría, sin embargo es algo muy vacío y efímero” explica.
Desde ese ángulo, el además periodista tecnológico afirma que las necesidades están cada vez más relacionadas a la conectividad y que ello implica múltiples dimensiones.
Una de ellas es la más visible en torno a la oferta de un servicio, pero también está la dimensión territorial, algo que se expone de manera fuerte mediante las experiencias que relata Conectividad Popular.
En ese carácter, Magnani puso sobre la mesa uno de los debates del ámbito tecnológico, que se centra con el hermetismo pensado por Silicon Valley, que considera que tienen un sesgo ideológico embebido en las formas de tecnología. Entonces la territorialidad es el medio por el cual las personas pueden tomar protagonismo.
Esto es mencionado para romper la lógica en el uso de lo tecnológico de forma pasiva. Uno de los ejemplos que brinda en ese sentido es el de software libre, el cual permite abrir el código e intervenir, lo que significa la adquisición de conocimiento y trabajo local.
En ese sentido, Magnani sostiene que es abrir un aspecto para que personas que no puedan acceder a la educación universitaria aprendan de todas formas a partir de la práctica.
Asimismo, afirma que el libro muestra una revitalización del cooperativismo y el mutualismo que, a través del acceso a internet, interpela a les jóvenes, ya sea desde el rol de cliente o como participante del proyecto. A eso se suma cómo las organizaciones surfean la inestabilidad económica para llevar adelante el servicio cuando el Estado no está presente.
La distribución de internet y ARSAT
Durante la última parte de la presentación se habló sobre una de las problemáticas que tienen las organizaciones a la hora de brindar el servicio de internet. Es así que se refirieron a cómo se llega a la obtención de megabytes para la distribución y cómo se da el tendido de fibra óptica a los barrios populares o zonas rurales.
En ese aspecto, se hizo mención de la desigualdad y el encarecimiento de los precios del megabyte. En esta materia, Henoch Aguiar, ex vicepresidente de ARSAT, comentó que durante su paso por la entidad se buscó que a lo largo del país los territorios puedan tener los megabytes al mismo precio.
En la actualidad, el rango de precios mayorista que se maneja tiene variabilidad a lo largo de Argentina, mientras que en Capital Federal un megabyte está 0.50 centavos de dólar en el Chaco está $2500 dólares.
Por otro lado, uno de los tópicos fue el incentivo que implican los fondos públicos para el acceso a internet y la información. En esa materia, Natalia Vinelli comentó sobre el programa Roberto Arias, que se trata de la financiación para la mejora o el impulso de organizaciones sociales que trabajan para que mucha población tenga conectividad.
Sin embargo, enfatizaron en que debieron dar palea para que el programa se lleve a cabo ya que se pensaba destinar los fondos públicos a empresas privadas con otro tipo de proyecto.
Para finalizar, Calderón también se refirió la importancia del programa Roberto Arias. “Fue muy importante el ENACOM con el proyecto de infraestructura para los barrios, eso nos impulsó como mutual para llevar internet a los barrios populares”, concluyó.