Diego Perri podría ser considerado el más Rolinga de todo los Rolingas de nuestro país. Es que su pasión por The Rolling Stones, mítica banda británica fundada en 1962 y conformada por Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts; lo llevaría a lugares insospechados para cualquier fan.
El histórico cuarteto se presentó en Argentina por primera vez el 9 de febrero de 1995 en el Estadio de River Plate, en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, el idilio de Perri había nacido muchos años antes. Dicha devoción comenzó a la edad de 11 años, acrecentándose con más fuerza durante la adolescencia.
Finalmente, en tiempos de adultez, la devoción se transformó en un trabajo específico, encaminado a ser un estudioso de la banda, considerada la agrupación más grande del Rock and Roll. Además, haber estudiado periodismo en el Instituto Grafotécnico: Escuela Superior de Periodismo le permitió a Perri plasmar de manera más detallista todo lo relacionado con las estrellas.
Con todo lo anterior dicho, vale la pena dar un nuevo paso previo en su periplo Rolinga. Antes de hablar de Stones fuera de Stones, es importante destacar que el periodista, en ejercicio desde 1990, se dedica a hacer prensa de artistas musicales y diseñar campañas para conciertos y lanzamientos discográficos.
En 2013 publicó su primer libro, conocido como República Stone, donde narró de manera crónica sus experiencias por el mundo con la banda. De esta forma, se convirtió en un seguidor fiel y apasionado, fusionando favorablemente el rol de comunicador y fan.
Además, escribió sobre las vivencias de haber estado junto a ellos y presenciar exhaustivamente más de 80 recitales en vivo por varios países del mundo, incluyendo Argentina. Aquella joya periodística inició su proceso en 1995, detallando en los textos todas las giras en Estados Unidos, Brasil, Canadá y Buenos Aires.
Mientras iba aconteciendo todo, el escritor cubría notas en 1994 para la revista Gente y hacía sus respectivos apuntes. En los primeros viajes, Perri se mantuvo expectante en el lobby de los hoteles donde se hospedaba el famoso grupo. Se quedaba observándolos, sin acercarse por respeto a su privacidad.
Posteriormente, ahorró el dinero suficiente para comprar sus boletos y verlos en diversos recitales alrededor del mundo. Incluso, se dio el lujo de estar presente en las pruebas de sonido. Sin querer, esos pequeños detalles sirvieron de puntapié inicial.
Uno de aquellos días, el mánager de Keith Richards, al ver su comportamiento muy prolijo, expresó: “Tú te ganas estar acá porque eres perseverante y respetuoso”. Esas palabras fueron la recompensa para que Perri hiciera su deseo realidad y acelerase hacia su Sueño Stone.
Un trabajo ponderando a The Rolling Stones
En algunas cuantiosas ocasiones, las segundas partes (o podría decirse, publicaciones), resultan ser muy buenas. Esto ocurrió con Stones fuera de Stones, libro en el que Perri se enfocó sobre las producciones, autorías y contribuciones de cada uno de los artistas fuera del grupo.
Stones fuera de Stones es una obra de colección con 558 páginas. Editada por Zorn Records, es una propuesta inédita y con edición limitada, lo cual la hace aún más interesante.
Dicho libro recopila los proyectos de Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts, antes de la banda. Además, un detalle muy emotivo es el prólogo de Bill Wyman, bajista de la banda desde 1962 hasta 1993.
Nota al Pie dialogó Diego Perri, artífice del reciente trabajo que presentó a la prensa y amigues el pasado 28 de septiembre en las instalaciones del 40×5 Tributo Bar, considerada como la sede Stone en la Argentina.
Dicho evento se realizó coincidiendo con el día en que los Stones lanzaron Sweet Sounds Of Heaven, un nuevo adelanto de su próximo álbum, Hackney Diamonds. Vaya conexión.
Tu trabajo para escribir Stones fuera de Stones empezó en el 2013: ¿cómo te sentís tras diez años de esfuerzo?
Comencé la interminable maratón y locura de contar cada álbum, cada historia, cada tema, cada contribución. Valía la pena desenmascarar, sacudir ese nicho y sacarlo a la superficie. Fueron diez años intensos de sensaciones ambiguas.
En algunas ocasiones, lo amé y en otras lo deteste, es decir, lo disfruté como lo padecí. Se tornó extenso, tedioso, tan inacabable como apasionante, revelador y seductor, pero los Rolling Stones me enseñaron a tener disciplina, actitud, perseverancia, a ganar cada paso por mí mismo, valores que están presentes en cada palabra. Bien o mal puestas son genuinas, dispuestas a difundir, amplificar la obra y el eterno legado de los dioses más grandes del rock and roll.
¿Cómo lograste decidir una nueva temática en Stones fuera de Stones?
Cuando terminé el primer libro sentí que me faltaba algo. Había perdido un compañero de noches y trasnoches, contando mis intimidades con la banda. La única forma de llenar ese espacio era haciendo otro libro. Pensé en su amplio universo.
Recorrí más de 800 libros sobre sus vidas, tengo fotos de álbumes en particular, biografías autorizadas y no autorizadas. Caí en cuenta que no había nada que hablara de sus aventuras en solitario. Comencé a trabajarlo de puño y letra en forma sistemática, cuando vi que tomaba forma, lo volqué a la computadora.
Así sumé las producciones, contribuciones de ellos en álbumes de otros artistas y ahí se tornó una cosa absolutamente maratónica. Para el 2019 lo tenía listo pero llegó la pandemia y hubo falta de papel, de insumos, de tinta y cotizaciones. A esto se sumó que me dieron cotizaciones astronómicas ridículas para editarlo.
Tuve una etapa bastante triste porque pensé que esto no iba a ver la luz nunca. Me bajaron la persiana de todas las editoriales, decían que el libro era maravilloso, pero que editarlo era carísimo. En el 2023 se hizo realidad mi trabajo publicado.
Mi próximo objetivo es tratar de lograr una alianza con una editorial de afuera, que esté traducido al inglés para el mercado anglosajón.
Tenés nada más y nada menos que el prólogo de Bill Wyman, lo que seguramente te emocionó…
Sí, todo un suceso porque Bill Wyman fue uno de los pocos miembros de los Rolling Stones que aún no había conocido personalmente. Fue un encuentro hermoso y tuve la oportunidad de mostrarle en lo que estaba trabajando. Se sorprendió y me envió unas líneas hermosas que superan mis expectativas.
El encuentro fue el 22 abril, el día del cumpleaños de mi madre y, después de dos meses, envió unas líneas súper cálidas, avalando mi trabajo con la humildad de los grandes y esa fue como la frutilla del postre.
De todos los integrantes de la banda sabemos que te identificas más con Keith Richards
Sí, porque es el más sencillo y bohemio, es muy amigable el espíritu de la banda. La primera vez que la mánager me invitó a saludarlo a su camarín, el 16 de febrero del 95, se encontraba tocando con Ronnie Wood, también estaban sus hijos en la misma sala. Terminaron de tocar, me saludaron como amigos de toda la vida.
¿Cómo sentiste la forma de ser de los otros músicos?
Mick Jagger es el más inaccesible de todos, es la gran estrella, aunque también es el que más salía a almorzar o cenar afuera, visitaba museos, puntos turísticos, etc. Los otros se quedaban en el hotel o, a veces, Charlie Watts salía de paseo, pero todos con una energía increíble y siempre me trataron muy bien.
¿Qué significan para vos, tanto en tu carrera como en tu vida personal, los Stones?
Son parte de mi vida desde adolescente. Tengo 54 años, puedo decir sin temor a equivocarme que son parte de la familia. En los días más iluminados o más oscuros, siempre están. Son la banda de sonido de mi vida y permanente fuente de alegría, emoción e inspiración. Con ellos, la llama siempre está viva.