La Semana de la Alergia Alimentaria es una iniciativa de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) para visibilizar los desafíos que enfrentan les niñes con esta condición. De este modo, del 21 al 25 de agosto, la agenda busca concientizar sobre esta problemática que afecta a miles de personas en todo el mundo.
La principal alergia alimentaria es la Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV). En nuestro país, nacen 40 bebés por día con esta restricción. La misma es seguida por las que ocasionan la ingesta de huevo, pescado, crustáceos, maní, frutos secos, soja, trigo y sésamo.
Les especialistas recomiendan prestar atención a síntomas digestivos como cólicos, vómitos, diarrea y sangre en materia fecal. La reacción adversa a la ingesta de estas proteínas también presenta alteraciones en la piel, como urticaria o erupciones cutáneas. En casos más extremos puede haber problemas respiratorios o cuadros severos llamados “anafilaxia”, los cuales son mortales de no tratarse a tiempo.
El tratamiento de estas alergias a una edad temprana previene el desarrollo a futuro de cuadros inflamatorios como asma, rinitis alérgica, dermatitis atópica. Incluso también otras enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión arterial.
Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca
“En el tratamiento de la APLV, lo ideal es sostener la lactancia materna, por todos los beneficios que representa para el niño o niña. Esto se puede lograr si la madre adopta una dieta de exclusión, que consiste en quitar de su alimentación todo aquello que contenga la proteína de la leche de vaca. La misma dieta de exclusión aplica al paciente luego del sexto mes de vida, cuando inicia la alimentación complementaria”, puntualizó la Dra. López en un comunicado.
Cuando no es posible sostener la lactancia materna, se puede suplementar o complementar la alimentación a través de la indicación de fórmulas especiales. Estas son prescriptas por le médique y consisten en fórmulas medicamentosas diseñadas específicamente para el tratamiento de la APLV. Su cobertura está garantizada por ley nacional N° 27.305.
La Ley de Obligatoriedad de Leches Medicamentosas establece que las obras sociales, prepagas y el Estado deben cubrir al 100% el consumo de fórmulas de quienes padecen alergia a la proteína de la leche vacuna. También de aquellos que padecen desórdenes, enfermedades o trastornos gastrointestinales y enfermedades metabólicas, incluidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO).
“Muchas familias nos refieren que, después de que el bebé cumple 1 año, las obras sociales y prepagas empiezan a complicar las aprobaciones al tratamiento. También a entregar menos latas que las indicadas. Esta es una ley por la que Red inmunos trabajó activamente para lograr que fuera sancionada. Ahora seguimos esforzándonos para garantizar su cumplimiento”, explicó Sandra Del Hoyo, quien es fundadora y presidente de Redinmunos, una asociación civil formada por padres y padres de niñes con alergias a alimentos.
¿Qué es la alergia alimentaria?
La alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunológico que se produce inmediatamente o un tiempo después de ingerir cierto alimento. Aunque sea una pequeña cantidad puede desencadenar problemas digestivos cólicos, vómitos, diarrea o sangre en materia fecal, urticaria, o incluso la muerte.
Las alergias alimentarias afectan en su mayoría a niñes (8%), mientras que solo se presenta en el 4% de les adultes. No obstante, algunes niñes mantiene la alergia al alimento durante la vida adulta. Desde la AAAeIC sostienen que cada vez hay más casos de alergias en general, y de alergias alimentarias en particular. Lo más preocupante es que se están produciendo cuadros más graves con reacciones severas.
Causas de la alergia alimentaria
“Todavía no están 100% claros los motivos de este incremento. Pero sabemos que intervienen la contaminación del ambiente, el ritmo de vida, la alimentación, el estrés, las medidas de higiene y las infecciones. Estos aspectos impactan sobre el desarrollo de la microbiota intestinal y del sistema inmunológico”, explicó el Dr. Martínez. Al alterarse, genera reacciones inflamatorias ante la ingesta de determinados alimentos cuando no debería suceder.
Por otro lado, les especialistas afirman que existe una predisposición genética que aumenta el riesgo de desarrollar una alergia alimentaria. “Tener padre, madre o hermanos con antecedentes de cualquier tipo de alergia o enfermedades como asma, rinitis o dermatitis atópica, aumenta el ‘riesgo atópico’, las chances de desarrollar una alergia alimentaria. Es importante prestar particular atención a si estos niños presentan sintomatología compatible con un cuadro de este tipo”, indicó la Dra. Karina López, médica pediatra y especialista en Alergia e Inmunología Infantil.
Para evitar diagnósticos tardíos o erróneos es importante, ante los primeros síntomas, no demorar la consulta con le pediatra de cabecera.
Recomendaciones para un mejor sistema inmunológico
Si bien no se pueden modificar factores como la atopía, la herencia, el sexo y la etnia, se pueden tomar medidas para contribuir a un mejor desarrollo del sistema inmunológico. Con esto disminuye el riesgo de padecer alergias y otras reacciones inflamatorias.
Entre estas acciones se encuentra el parto natural. Al pasar por el canal de parto, el bebé recibe bacterias benéficas que colonizan su intestino y contribuyen a su desarrollo inmunológico. Otra medida es la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y complementaria hasta los 2 años, debido a la protección inmunológica que brinda a corto y largo plazo.
También se debe evitar la administración innecesaria de antibióticos o de antiácidos en los primeros meses de vida, salvo indicación médica.