En el ámbito del fútbol mandan los resultados y es un cruel mandamiento deportivo que se aprecia desde tiempos inmemoriales. En Vélez aflora una crisis institucional que se refleja tras el mal andar deportivo del club en la competición doméstica. Además, Lucas Pratto, uno de los grandes referentes, decidió romper su vínculo con la institución velezana a partir del próximo 30 de junio. De este modo, el delantero sumó otro asterisco al mal momento del conjunto de Liniers.
La relación del “Oso” con les simpatizantes ya venía tensa desde hace un par de partidos, y este último fin de semana llegó al límite. El atacante de 35 años rescindió su contrato con el club y el pasado domingo no estuvo presente en el entrenamiento en la Villa Olímpica. El último lunes sí pasó por el predio, pero solo a retirar sus pertenencias, y así en menos de una semana será jugador libre.
El ex jugador de River tenía contrato hasta el 31 de diciembre del corriente año pero el mal presente del equipo detonó el fin de su segundo ciclo. Incluso, Pratto fue uno de los principales apuntados por los hinchas por la actualidad futbolística de la institución. Semanas atrás, el delantero tuvo un fuerte cruce con les hinchas en la previa del duelo por Copa Argentina, donde Vélez goleó 5-1 a Deportivo Español.
“Yo doy la cara por este club. Estoy muerto, hace tres meses que no le ganamos a nadie”, indicó el Oso desde su sector del alambrado. Por otro lado, en el duelo contra River, tras convertir el empate parcial, Pratto festejó con el dedo en su boca para silenciar los insultos de los hinchas. Sin duda alguna esa noche se vislumbró un quiebre en la relación del atacante y les aficionades. Con este panorama, Pratto se va con dos etapas en las que jugó 198 partidos, convirtió 52 goles y ganó tres títulos.
Un presente preocupante
Con tan solo seis fechas por jugarse en la Liga Profesional, Vélez se encuentra en el fondo de la tabla y hoy por hoy pelea por no descender. El “Fortín” se ubica en la posición 26 con 18 unidades, a uno del colista Arsenal, su próximo rival, en lo que será un partido trascendental. Los de Sarandí también están últimos en la tabla de los promedios, lo que implica que en este momento los de Liniers deberían jugar un desempate con Banfield para determinar quién desciende a fin de año.
Su mal momento futbolístico se refleja en el hecho de que hace 13 partidos que no consigue una victoria y solo ganó tres de los últimos 21 cotejos. Esta crisis deportiva explotó el pasado lunes durante la práctica cuando algunos hinchas se acercaron a insultar a los jugadores. También les exigieron que en el siguiente encuentro obtengan un triunfo.
El ambiente se tornó muy intenso, por lo que varios jugadores se acercaron al alambrado tras el entrenamiento para poder dialogar. “Son pibes de 18 o 20 años, no tienen responsabilidades de nada. Nosotros sin duda que nos tenemos que hacer responsables”, expresó Santiago Cáceres. A lo que agregó: “Tenemos que dar mucho más, eso seguro. El compromiso lo tenemos todos, muchachos. Estamos hechos mierda”.
Este acontecimiento viene de la mano de lo que sucedió a mediados de junio cuando les hinchas se acoplaron para protestar en la entrada principal de la sede. Con la Comisión Directiva como principal foco del conflicto, les simpatizantes lograron entrar al hall central. En su momento fue el presidente de la institución, Sergio Rapisarda, quien habló al respecto. “La gente está disgustada principalmente por la crisis futbolística que atraviesa el club”, resaltó.
Por otro lado, en una charla con radio La Red, se refirió a su postura política e institucional: “No pensé en renunciar porque los mandatos hay que terminarlos”. A su vez, también destacó las virtudes de su gestión: “Soy el responsable de este momento futbolístico, pero hay otras cosas. Tenemos instalaciones renovadas, 55 mil socios”. A lo que agregó: “Hoy en día estamos haciendo frente a todo nuestro presupuesto”. La realidad es que los hinchas piden a gritos su renuncia en todos los partidos de local.
Una polémica maniobra institucional
A últimas horas del domingo se conoció una noticia que sorprendió a más de uno dentro del fútbol argentino. Resulta que Sebastián Méndez dejó su cargo como entrenador de Unión para asumir en Vélez. El “Gallego” estuvo solo 11 compromisos al frente del cuadro santafesino, donde levantó la cara del equipo y lo acomodó en la tabla de posiciones. En el último partido, Unión derrotó a Independiente por 3-0 y el técnico se mostró conmocionado tras el encuentro.
“Estoy muy emocionado, por supuesto, porque para mí los partidos se juegan así. No esta clase de partidos, todos se juegan así”, expresó el Gallego. En esa línea, agregó: “Podes tener cosas buenas, malas, pero nunca podes dejar de correr y meter”. Por último indicó: “Lo viví así porque estuve mucho tiempo sin trabajar, siguen siendo momentos difíciles, pero los jugadores están felices, se entregan, no hay cosas que llene más”.
Nadie esperaba la resolución que se informó horas después del encuentro con los de Avellaneda y las emotivas palabras del entrenador. Unión anunció la postura de Méndez en sus redes sociales y generó “una gran decepción” en el cuadro de Santa Fe. “El Club Atlético Unión comunica que Sebastián Méndez renunció de manera unilateral e indeclinable a su cargo de entrenador para tomar la dirección técnica del Club Vélez Sarsfield”, remarcó la publicación.
Por su parte, el club también dejó ver su malestar por la decisión “intempestiva” del entrenador y la arremetida del cuadro de Liniers para contratarlo. “Nos genera una gran decepción al igual que el accionar de Vélez Sarsfield contactando a un entrenador que está en plena competencia”, sostuvieron. A lo que añadieron que el técnico “tenía contrato vigente con otro club de la misma liga y torneo”.
Para finalizar, expresaron que “ante esta situación y habiendo agotado todas las posibilidades de convencer a Sebastián Méndez, se hicieron gestiones para la contratación de otro cuerpo técnico”. Incluso, confirmaron que en los próximos días habría novedades y así fue: Cristian “el Kily” González llegó a Unión.
Durante su paso, Méndez logró cuatro triunfos, cinco empates y dos caídas con el “Tatengue” y logró sacarlo del fondo. No obstante, al final se fue a un rival directo en la lucha por la permanencia y eso generó una gran polémica.
La influencia de Christian Bragarnik
El nombre de Christian Bragarnik no es ajeno al mundo del fútbol al desempeñarse como representante de innumerables jugadores y técnicos. En esta oportunidad fue el gran titiritero detrás del arribo de Méndez al club en que realizó las categorías juveniles. A su vez, el empresario, fanático del club de Liniers, prometió salvar a la institución del descenso con el nuevo cuerpo técnico y refuerzos de lujo.
Bragarnik, representante del Gallego, lo convenció para que dejara el cargo en Unión y se fuera al Fortín. Esta polémica maniobra se suma a un conflicto que ambas instituciones mantienen desde hace un tiempo por una transferencia no pagada. Vélez le adeuda 600.000 dólares a Unión por el pase de Mauro Pittón. Ante esta catarata de conflictos, en Liniers el equipo se entrenará durante el resto de esta semana a puertas cerradas por orden de Marcelo Bravo.
A la espera de la asunción de Méndez, de quien se espera que esté en el banco durante el próximo duelo frente a Arsenal, el mundo Vélez dará mucho de qué hablar. Resulta que tras la salida de Pratto, se esparció el rumor de que Bragarnik ofreció los servicios de Darío Benedetto al club de Liniers. El empresario es el representante y socio del “Pipa”, y al parecer el delantero se encuentra incómodo en Boca, donde convirtió 3 goles en 17 partidos en la temporada.
No obstante, el propio jugador “Xeneize” descartó dicha posibilidad, pero así serán los días de ahora en adelante en el Fortín con la presencia de Bragarnik. En tanto, el defensor Lautaro Gianetti podría seguir los pasos del Oso y rescindir su vínculo con Vélez. “Creen que es un ciclo terminado” explicaron en TyC Sports sobre la postura del club que quiere venderlo en este mercado de pases. Sin embargo, todo quedará en manos de Méndez cuando asuma su nuevo rol.