El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, realizó una gira diplomática por China en la que mantuvo encuentros con altos funcionarios del gigante asiático. En apenas dos días se reunió con el canciller Qi Gang, el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista Chino (PCCh), Wang Yi, y el propio presidente Xi Jinping para abordar los múltiples puntos de tensión entre las potencias.
Nota al Pie analiza la estrategia de Washington en un contexto de crisis internacional en la que el Unipolarismo Financiero cede ante la emergencia del Multipolarismo Pluriversal.
Visitas de Estado
La gira de Blinken por el país asiático estaba prevista para febrero pero se frustró por motivo del incidente del supuesto “globo espía” chino, situación que el propio secretario desestimó. Más allá de la polémica, la visita de Estado se desarrolló en un momento donde ambas potencias tienen múltiples puntos de tensión en común.
El domingo 18 Blinken se reunió en Beijing con Qin Gang, canciller del gigante asiático. Ambos diplomáticos apostaron por una “relación constructiva” con el propósito de bajar los niveles de conflictividad.
Al día siguiente mantuvo un encuentro con Wang Yi, ex ministro de Relaciones Exteriores y actual burócrata del Partido Comunista Chino. La máxima autoridad del PCCh le marcó Blinken que Estados Unidos tiene una percepción errada sobre el rol de Pekín en los asuntos internacionales. Le pidió que Washington “no especule con la llamada ‘amenaza china”” y que no trate de “contener el avance científico” del país asiático, solicitando el retiro de las “sanciones unilaterales legales” impuestas a empresas.
Por último, se reunió con el presidente Xi Jinping, encuentro que no estaba previsto. Principalmente, Xi le planteó retomar la agenda de trabajo que acordaron en la cumbre del G20 realizada en Bali, Indonesia.
La disposición del mandatario asiático para recibir a Blinken expresa la decisión del PCCh de que Pekín deje atrás las tensiones con Estados Unidos. El funcionario estadounidense ratificó la “obligación y responsabilidad” de ambos países para gestionar las tensiones existentes y agradeció la acogida.
Una sola China
El principal punto de fricción entre ambos países es la posición sobre Taiwán. Por un lado, China la considera como una de sus provincias, que aún no ha logrado reunificar desde el final de la guerra civil en 1949, mientras la isla mantiene un gobierno y ejército propio.
Por otro lado, Estados Unidos históricamente trabajó en la secesión de Taiwán y el mantenimiento de su independencia como forma de debilitar a China en lo geoestratégico.
La isla del Mar Meridional es un territorio fundamental ya que geográficamente funciona como un tapón para la proyección china hacia el Océano Pacífico. A su vez, ha desarrollado una fenomenal industria de semiconductores, recurso disputado por ambas potencias.
Desde el inicio de la gestión demócrata de Biden la diplomacia estadounidense ha intensificado su enfrentamiento con Pekín a partir del conflicto en Taiwán. El punto más álgido fue la visita de la senadora Nancy Pelosi a Taipéi en agosto de 2022, a lo que China respondió con ejercicios militares próximos a la isla.
A propósito de ello, Wang Yi le advirtió a Blinken que “China no puede hacer concesiones” con Taiwán y que seguirá trabajando por el reconocimiento de “Una sola China”. En ese sentido, exhortó a su par a que Estados Unidos “respete la soberanía e integridad territorial de China” y que “se oponga a la independencia de Taiwán”, hecho que debilitaría uno de los factores de enfrentamiento entre Washington y Pekín.
¿Giro de la estrategia estadounidense?
La visita y sobre todo los posicionamientos de Antony Blinken expresan un relativo cambio en la política exterior estadounidense en relación a quien consideran su “rival sistémico”. En diálogo con GPS Internacional, el investigador de la UNLP y especialista en China, Sebastián Schulz, explicó que el viaje del secretario de Estado “venía siendo demandado por varios sectores al interior de los Estados Unidos”. Según su lectura, las empresas transnacionales globales le demandan al gobierno estadounidense relajar las tensiones con el gigante asiático.
Henry Kissinger, histórico asesor presidencial estadounidense, ha marcado en diferentes ocasiones que las dos mayores potencias mundiales deben aprender a convivir para evitar un enfrentamiento de dimensiones globales. Sin embargo, plantea que “ambos están convencidos de que la otra parte representa un peligro estratégico”. Respecto a Taiwán, considera que una guerra como la que se está librando en Ucrania destruiría la isla, devastando tras ella a la economía mundial.
Por otro lado, Schulz indicó que Washington tiene la necesidad de “ejercer presión sobre China sin romper los mecanismos de diálogo institucionales”, lo cual justificaría el posicionamiento de Blinken a favor de “Una sola China”. No obstante, al regreso de su gira por Pekín, el mandatario Joe Biden catalogó a su homólogo chino como un “dictador”, dejando de manifiesto que el debate al interior de la Casa Blanca sobre la estrategia con China no está saldado.