Una buena forma de iniciar el fin de semana es conocer “Las apóstolas”, la última creación de la dramaturga y directora Lorena Romanín, el cual fue su proyecto de graduación de la licenciatura en actuación en la Universidad Nacional de las Artes (UNA).
Las funciones de “Las apóstolas” son cada viernes desde las 20:30 horas en la baja del teatro palermitano, El Camarín de las Musas, ubicado en Mario Bravo 960, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
La obra, que comenzó su primera temporada en el ambiente alternativo durante este febrero, cuenta con un elenco conformado sólo por mujeres que tienen mucha química, lo cual se percibe en sus logradas interpretaciones. Además, el elenco cargado de energía, desparpajo y simpatía resulta ser un deleite para el público.
“Las apóstolas”
La historia traslada a la platea al seno de una banda musical de chicas y un ensayo para una próxima presentación. Sin embargo, Jesusa, una de las integrantes, recién se ha separado y delante la las demás compañeras entra en crisis por amor.
En ese marco, Jesusa no puede superar lo que parecía ser el amor de su vida, y, entre consejos y recuerdos de su rota relación, se le ocurre una alocada idea: que una de las chicas la llame y le diga que ella falleció y está invitada al velorio, el cual se hará en el mismo salón de ensayo.
A todo esto, para llevar a cabo dicha situación Jesusa necesitará la ayuda de sus mejores amigas, quienes, si bien al principio no están muy convencidas, no se oponen al plan y más tarde hasta incluirán a la propia hermana de la protagonista.
No obstante, el hecho de conformar una banda y tocar en vivo es otro gran acierto de la obra, ya que suma puntos y le da vitalidad a la pieza. En tal sentido, la peculiar sala de teatro es aprovechada por completo por el sincronizado elenco que se mueve por todos los espacios, bajando y subiendo del pequeño escenario.
Las protagonistas también logran una explícita y muy directa relación con el espectador, creando un ambiente recíproco y de empatía. Así, arman y desarman situaciones de manera fácil en un ambiente que transita entre la desfachatez y el caos. También se puede percibir una buena marcación de todas las actrices, de la mano de la ducha directora Lorena Romanin.
La obra como espejo de una relación abusiva
Desde esta sorprendente premisa, la obra va a profundizar así en la neurosis de la protagonista con un reinante humor negro durante toda la moderna puesta.
También la obra se centrará en los complicados tipos de relaciones interpersonales de las protagonistas, lo que genera una conducta tóxica y de maltrato psicológico en este grupo de jóvenes amigas. No obstante, el espectáculo tiene mucha música y va cobrando mucha dinámica, con giros inesperados durante su desarrollo.
En efecto, poco a poco logra transformarse en una comedia dramática con tintes almodovarianos y pinceladas de producciones inglesas, ya antes vistas en la televisión.
Asimismo, las actrices Mercedes Arguimbau, Josefina Barrionuevo, Eliana Battiato, Yandira Bob, Melina Duzac, Maria Laura Morelli, Sara Risoglio, Cali Rotondo y Carmela Tito logran un desempeño certero y sólido en sus personificaciones.
Esto último permite a la platea adentrarse en esta radical historia, comprender las distintas posiciones de este grupo tan unido de amigas ante situaciones que, de seguro, para muches escapan de la realidad, aunque las mismas divierten, entretienen y permiten que la tensión no decaiga a lo largo de la obra.
Una tragicomedia afianzada desde todo punto de vista, donde gracias al trabajo grupal y la total entrega de sus actuaciones se logra el espacio para que brille cada interpretación individual.
Por último, dramas, mentiras, falta de autoestima, enamoramientos no correspondidos e inimaginables dilemas son los condimentos que se representan en esta inusual trama, donde se invita a reflexionar y se expone cómo en la desesperación ciertos enamorados pueden hacer mucho daño detrás de esa necesidad loca de amar y ser amado.