El litio es uno de los faros al que todes apuntan para el futuro de Argentina. Inversiones, exportaciones y generación de puestos de empleos reales son las tres aristas que permiten a los distintos gobiernos tenerlo como una prioridad para el futuro cercano.
Tal es así, que la provincia de Jujuy estima exportaciones de hasta 3.000 millones de dólares para 2023. Esto sería gracias a las 82.500 toneladas que serán extraídas en la provincia del norte.
Destacar el rol de la industria, atraer nuevas inversiones y posicionarse como fundamentales en las elecciones generales que vendrán en noviembre de este año, son los objetivos de Gerardo Morales, gobernador de la provincia.
“El cluster que va a generar la producción de litio es tremendo. Nuestro objetivo es que lleguen a fabricar baterías de litio en territorio jujeño, creemos que es posible pero ya hay un derrame tremendo en proveedores de insumos claves como la soda ash y otros productos químicos”, anunció el funcionario.
El Gobernador adelantó que espera nuevos proyectos debido al alza del precio internacional y las condiciones que ofrece Argentina respecto a otros competidores como Bolivia y Chile. Al respecto aseguró que “hay petroleras nacionales muy importantes que van a hacer inversiones relevantes y van a empezar a explorar en Jujuy”.
Radiografía política del litio
Los gobernadores que tienen el recurso en sus territorios son tres: el de Salta, el massista Gustavo Sáenz; el de Catamarca, el peronista Raúl Jalil, y el ya nombrado Morales de Juntos por el Cambio.
Según el artículo 124 de la Constitución Nacional, los Estados provinciales son dueños de los recursos mineros. Allí se establece que “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. Ese artículo de la carta magna configura una gobernanza “atomizada” de los recursos y supone una debilidad estratégica para el país.
La “Región Minera del Litio” se creó en octubre de 2021 y los gobernadores conformaron la Mesa del Litio. Este acuerdo entre provincias es fundamental para no competir por los proyectos mineros que se amontonan para radicarse en el país y, sobre todo, para compensar la “debilidad” que supone la negociación individual con las empresas mineras.
En febrero de este año, La Mesa del Litio acordó instrumentar mecanismos para que las empresas del sector asignen un porcentaje de su producción para industrialización y el valor agregado en Argentina.
Según el Gobierno, durante la reunión los tres gobernadores coincidieron en que “la economía del litio representa una oportunidad para fortalecer la industrialización y avanzar en el desarrollo territorial, evitando los riesgos de una reprimarización de la economía argentina, que profundice las asimetrías existentes al interior del país”.
La necesidad de un plan integral
El litio es la gran obsesión de los gobernadores, con objetivos a mediano y largo plazo para un tema que tiene una urgencia significativa: Argentina es el segundo país del mundo con ese recurso y el valor de la tonelada de carbonato de este mineral se quintuplicó en dos años.
Según datos de Empleo Minero de enero, que difunde la Secretaría de Minería, la producción de litio generaba, a septiembre 2022, 2.418 puestos de trabajo (6,5% del total de la minería) y marcó un crecimiento del 56,6% en el año (874 nuevos puestos). La Cámara Minera informa más de 8 mil personas empleadas solo en el sector del litio.
El gran desafío que tienen por delante es claro: industrializar el norte del país y sustituir importaciones a partir de sus propios salares. Actualmente, los inversores de Estados Unidos, China, Australia, Canadá, Francia y Japón presentaron proyectos para ampliar la exploración y explotación.
Otro de los objetivos es la formulación de una ley para regular la extracción y la producción de carbonato de litio que se debate en estos días e involucra a las provincias litíferas, el Estado nacional, sindicatos, científicos, YPF y otros sectores productivos, entre ellos el automotriz.