Juampi González, un actor que hace años la viene rompiendo en el ambiente del stand-up, se ha embarcado a llevar su chispeante humor por varios rincones del país con “Soltero”, un show con varias temporadas de éxito que remarca su particular estilo entre personajes delirantes y en donde la platea es casi la protagonista.
Durante el show González interpreta múltiples personajes, sin embargo el que más sobresale es el de “Alessandra Teapoya”, una parodia de la popular sexóloga mediática, Alessandra Rampolla. Dicho personaje le permite, en efecto, una total libertad y complicidad con el público.
Cabe destacar que este año su gira de verano lo llevará por varias ciudades y puntos del país, incluida la Costa Atlántica. En el caso de Buenos Aires, las funciones son todos los viernes a las 23:15 horas en el Metropolitan Sura, ubicado en Avenida Corrientes 1343.
Un público variado y activo en las redes
En lo que refiere a su público, el mismo está compuesto por diversas edades y géneros. No obstante, González es seguido por muchas parejas que incluso, en ocasiones, tienen preparadas las respuestas para que el artista los seleccione dentro de su rutina de stand up.
Cada noche, el standupero filma parte de su show y lo sube a sus redes sociales, cuyas plataformas cuentan con miles de seguidores. Solo en Instagram cuenta con 773.000 seguidores, algo que respalda su éxito y al mismo tiempo le sirve para vender su talento, ya que la mayoría de las personas que asisten al show lo hacen después de descubrir sus desopilantes videos en línea.
“Soltero”, un show ingenioso y divertido
El show comienza con un vídeo a forma de intro. En él González hace de “Tincho”, un concheto inmaduro que es mantenido por su padre, amante de la ciudad de Miami y, como él mismo dice, “nacido en el norte del país, Nordelta”. Luego, de forma rápida hace su aparición sobre el escenario con su personaje más exitoso, Alessandra, la sexóloga.
Con dicho personaje, los momentos de interacción con el público no se centran en los clásicos monólogos de stand-up, sino a manera de preguntas básicas como: ¿de dónde sos niña/o?, ¿cuánto hace que están en pareja?, ¿dónde se conocieron?
En ese ida de preguntas y respuestas el cómico encuentra y rescata información para armar un espectáculo desestructurado que muta en cada función. También hay espacio para la música, o como el personaje llama, “canciones pelveltidas”, donde junto al público y su guitarra canta covers como “Despacito” pero con una letra cambiada, colmada de términos de doble sentido.
La soltería como tema central
El show lleva en cartel más de 10 años, en el caso de capital ha crecido del circuito under al comercial. Asimismo, a lo largo del show también aparece la soltería como eje.
Por ello, luego de que el artista deja de interpretar el papel de “Alessandra”, aparece en escena el verdadero Juampi González, quien se aprovecha de toda la información obtenida en la primera parte del show para enlazarla y usarla para sus propios monólogos.
En esa segunda parte, el standupero hace un repaso de su vida de soltero, luego el “estar en pareja” y lo bueno o malo de estar en una relación. También permite conocer al espectador su propia historia de vida al contar que estudió ingeniería industrial, carrera que no terminó por tan solo un par de finales, que vivió algunos años en Neuquén, provincia que siente como propia y que le sirvió para concebir sus vínculos de amistad más profundos de su vida.
“Soltero” es un show muy divertido y sorprende la facilidad con la que el artista recuerda los nombres con quien interactúa al principio del mismo. A partir de ellos arma monólogos muy originales y frescos, sin filtros, de total inmediatez, donde la empatía es irremediable, y se mete al público en el bolsillo.
También es notorio el respeto que tiene en esa interacción con la platea, pese a indagar en temas como el sexo o personales nunca invade o presiona por demás a público. Y, además, en su humor se permite jugar con la desconstrucción, el feminismo, los cambios de géneros y el lenguaje inclusivo, un acierto de buscar la forma de contentar a toda la platea y no incomodar a nadie.
El encontrar la profesión de casualidad
Luego de unos años viviendo en el sur, Juampi González llegó a Buenos Aires con el fin de cursar ingeniería industrial, carrera que no pudo terminar por unos exámenes. No obstante, paralelo a lo profesional también estudió locución, teatro, batería y guitarra. Sin embargo, siempre le llamó la atención el humor improvisado y picante.
Ya hacía 2010 realizó un curso de stand-up, el cual reavivó sus ganas de estar sobre el escenario. Dicho curso le abrió las puertas y le brindó las herramientas necesarias para armar su primer show, un unipersonal que se llamaba “De todo un poco”, con el cual comenzó a actuar los fines de semana en bares de la ciudad.
En ese marco, entre elementos de stand up clásicos más una cuota de autenticidad propia creó personajes de mucha llegada y éxito. Como fue “El Boncha”, que era ni más ni menos que una versión porteña del hijo de Dios, Jesús.
También fundó a “Dondie Pongo”, un japonés que vino a América y trata de transmitir su sabiduría de vida a los salvajes argentinos. Así, poco a poco, el artista también fue dando espacio para contar temas más personales e involucrarse con el público.
Luego llegaría su segundo show, “Soltero”, con el cual logró posicionarse en la noche porteña y también incursionar en la televisión, grabando algunas participaciones en el programa “Comedy Central Stand Up”, que primero se emitió por cable y luego llegaría a la televisión abierta en las trasnoches de Telefe.
Pero lo que consolidó su carrera fue la interacción en las redes sociales con el público, y lograr un vínculo como de amistad, donde la gente lo cuestiona sobre su vida personal y además renueva el contenido semana a semana con las partes filmadas de los shows en el teatro.
Hoy su show es un clásico de la cartelera porteña, son dos horas que pasan rapidísimo. Un unipersonal diferente, lleno de carisma e inmediatez, donde los monólogos no son el plato principal, sino un espacio para la libertad y la seducción en este ida y vuelta con la platea, y la risa da el presente de principio a fin.
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