El papa Francisco recibirá, este viernes en el Vaticano, al director nacional de Empresas Recuperadas, Eduardo Murúa. La audiencia se realiza con el objetivo de conversar sobre la situación mundial y su crisis sistémica, la cual implica cada vez un mayor ajuste que recae sobre los sectores más humildes.
Murúa, más conocido como “Vasco”, participó de Industrias Metalúrgicas y Plásticas de Argentina (IMPA) en 1998. Luego, fundó el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), donde hace 21 años ayuda y asesora a les trabajadores de la autogestión. Desde el 2000 fueron recuperadas 416 empresas cerradas por les dueñes y se logró mantener a más de 17 mil personas con puestos de trabajo.
En el marco de su encuentro con el papa Francisco, el director de Empresas Recuperadas dialogó con Nota al Pie. Durante la entrevista, se refirió a su visita al Vaticano, los planteos que presentará al Sumo Pontífice y la situación nacional del sector.
¿Qué temas se tratarán en la audiencia con el Papa?
La reunión tiene que ver con lo que siempre venimos discutiendo con Francisco, las grandes preocupaciones que tenemos con respecto a la situación de la crisis mundial, la crisis del sistema capitalista que solo genera exclusión y muerte. A partir de eso, discutir toda la problemática que hoy tenemos en nuestro país.
También de lo que hacemos los trabajadores de Empresas Recuperadas, de cómo pensamos la política hoy, de la conflictividad que tenemos con los grandes sectores de poder. Con los poderes concentrados económicos, pero también en los sectores del poder mundial que exigen ajustes permanentes a la Argentina, la fuga de divisas y la inflación. Lo importante es lo que tenemos que hacer para adelante juntos, ver cómo podemos entre todos cambiar la realidad.
¿Cuáles son las principales problemáticas que atraviesa el sector de Empresas Recuperadas?
La principal dificultad de las empresas hoy es discutir realmente una política clara. No solamente para las empresas recuperadas, sino para las futuras recuperaciones. Para que no sean como las que hicimos nosotros con tanto esfuerzo, sacrificio y, a veces, conflictividad; tener una ley que acompañe el proceso de recuperación.
¿Hoy cuántas personas viven del trabajo autogestionado?
Son 18 mil trabajadoras y trabajadores los que viven de empleo directo de las empresas recuperadas. Seguramente vamos a ser muchos más si tenemos una cuestión más clara del todo nacional, una inteligencia común. Con Francisco vamos a ver que estamos ya maduros para plantear este modelo para el desarrollo de nuestro país.
¿Cuál es el modelo que proponen?
Estamos convencidos de nuestro modelo, de nuestro funcionamiento con autogestión. Creemos que podemos hacer un aporte muy importante en un proyecto de sustitución de importaciones para generar más empleo todavía, utilizando el capital muerto que tenemos en nuestras empresas. Capital muerto le digo a algunas maquinarias pero fundamentalmente a los espacios, para generar nuevas cooperativas que empiecen a sustituir importaciones.
¿El Estado acompaña las problemáticas de Empresas Recuperadas?
El Gobierno sí está atendiendo la problemática de Empresas Recuperadas. Hace tres años estamos trabajando muy fuerte desde el Estado junto a cada una de los trabajadores y trabajadoras de Empresas Recuperadas para mejorar y consolidar el proyecto económico de las empresas. Pero como Estado no supimos atender las necesidades de los trabajadores en su seguridad jurídica.
A pesar de haber presentado a los trabajadores una ley de recuperación de unidades productivas, todavía no la tenemos. Todavía no se está tratando en el Congreso. La situación de las fábricas es endeble en ese sentido. Todavía no hay una política del Estado nacional, ni de los estados provinciales, para resolver ese tema, que es muy preocupante para todas las empresas recuperadas.
¿Y otros sectores acompañan?
Se está haciendo un acompañamiento de parte de nuestra Dirección pero también de otros sectores del Estado, del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). Y algunos organismos con los que nosotros venimos trabajando también, para poner las empresas en condiciones y para que se fortalezca el sector.
¿Por qué desde la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas plantean el rol de la Iglesia como fundamental?
Centralmente por el gran apoyo que tuvimos siempre desde cuando Francisco no era Francisco, sino el cardenal Bergoglio. Es muy importante que una institución tan importante apoye la labor de las trabajadoras y trabajadores en el tema de la recuperación de la empresa.
Siempre fue importante en la imagen que tenemos del conjunto de la sociedad, como el hecho de estar avalados por la Iglesia. Esto también nos permitía discutir desde otro lugar con los sectores políticos cuando necesitábamos sacar una ley, por ejemplo.
¿Este planteo se lo van a llevar a Francisco?
Lo que vamos a charlar con Francisco es la necesidad de que hoy la Iglesia también sea convocante en el marco de la unidad nacional. Ya sea para defendernos, para avanzar en un proceso de mayor democracia, o con un programa que pueda condensar las necesidades de todo nuestro pueblo.
Creemos fundamental que la Iglesia convoque a un Congreso a discutir las cosas que nosotros consideramos más importantes. Lo primero, por supuesto, es la situación de los más humildes, pero también un proyecto con un programa que nos incluya a todos en un mundo cada vez más difícil.
En medio de una guerra comercial mundial, en medio de un acuerdo mundial entre los dos poderes centrales, que son los Estados Unidos y China, que intentan y van a seguir intentando que ningún otro país se desarrolle. Esta problemática, que es muy difícil de resolver, necesita de la unidad del conjunto del campo popular, de todos los sectores para que logremos esto que es el desafío que tenemos.
Ya no tenemos mucho más tiempo. Los humildes están sufriendo mucho y después va a ser muy difícil recuperar nuestra patria, que vuelva a ser la patria que soñamos.
En este marco, ¿qué consecuencias traen el crecimiento de los discursos liberales?
Son recursos anacrónicos que hacen mucho daño a nuestro pueblo. Están avalados seguramente por los medios de comunicación masiva y por otros sectores del poder, pero son discursos anacrónicos que hacen mucho mal y mucho peor si son del Gobierno. No se puede seguir dividido, tenemos que pensar que le tenemos que proponer a nuestro pueblo un avance mayor de la democracia más popular y la disposición a enfrentar el poder real.