Hace unos días se llevó a cabo la capacitación “Trayecto Formativo para la Inserción Laboral en la Administración Pública de Personas Trans”. Realizada con la finalidad de ocupar un cargo administrativo por concurso en el Rectorado de la Universidad Nacional de la Pampa (UNLPam).
Tuvo lugar en el Punto Digital del barrio Rucci y contó con la participación de la intendenta Fernanda Alonso. Así como también de la vicerrectora de la UNLPam, Verónica Moreno.
Gracias a eso, Brenda Maya pudo terminar su capacitacion y quedo seleccionada para trabajar en la UNLPam a sus 38 años, cumpliendo así con el cupo laboral. Convirtiéndose en la primera trabajadora del colectivo trans en la Universidad.
En 2019 el Consejo Superior de la UNLPam fue el encargado de aprobar la Resolución Nº 283, que establece un cupo laboral del 1% para el colectivo trans, travestis y transgénero.
En una entrevista para la agencia Télam Maya afirmó que se encuentra “viviendo un sueño, todo era inimaginable. De las calles, la noche, la violencia, la explotación y los miedos a un escritorio, a un trabajo digno, a un lugar seguro”.
Su historia
Ella solo completó la primaria y el primer año del secundario, a pesar de ello afirmó que no descarta terminar el secundario con el programa para adultos. Sin embargo, tuvo “la suerte” de poder jugar con las niñas y no sufrir discriminación o acoso.
Desde los 14 años que sabe que nombre iba a tener. Por lo que cuando tuvo oportunidad, realizó el cambio del DNI. “Para quienes integramos el colectivo trans fue un avance en derechos más que significativo porque legalizó nuestra identidad en la sociedad y nos permitió visibilizarnos como realmente nos sentimos», recuerda.
Asimismo, sostuvo que siempre encontró el apoyo de su mamá, quien ya había percibido cuál iba a ser su identidad, a pesar de que al principio había costado.
Hoy en día reivindica su pertenencia al colectivo trans, en el que sigue militando. Por lo que señala que «la lucha sigue por todas, para que podamos tener la posibilidad de tener un trabajo digno que nos saque de las calles, porque la prostitución es explotación y ninguna quiere eso».
La noche, el lugar más oscuro
Sobre la noche hizo alusión a que “se gana dinero rápido, pero es un pasaje de ida” ya que “nunca sabes si hay vuelta y si regresas, nunca sabes cómo volves”.
Brenda confesó que ella ingresó en la prostitucion al no tener un trabajo que le permitiera ingresos propios.
Actualmente, a las 13 horas deja la oficina y se va a su casa, la misma en la que nació y que su familia le cedió tras la muerte de su madre. «Es empezar el día feliz, porque éste es el mundo que nunca imaginé vivir”, destacó.
En torno a eso, arguyó estar viviendo el mundo que imaginó para sus compañeras. Con quienes seguirá luchando “para que todas puedan tener un futuro digno, sin miedos, sin explotación».