
El Padre Luis Zazano, nació en la provincia de Tucumán, se ordenó como sacerdote en la Catedral de Tucumán el 23 de marzo de 2012. Se graduó en Teología de la Universidad Católica de Argentina y en Orientación Familiar en la Universidad Austral. Además, es Co-Fundador y director del portal Misioneros Digitales Católicos MDC, una comunidad formada por gente de Argentina, Estados Unidos, Guatemala, Paraguay, Colombia y algunos países de Europa. Por otro lado publicó varios libros: «Un año con Jesús», «Un año con María Calendario de Eventos» y «Devocionario de San José», “Mamá Antula”.
El influencer católico, pertenece a la Diócesis de Tucumán, no se crió en el hogar de una familia religiosa y antes de dar el “Sí” a la vida consagrada, tuvo una novia, quiso ser doctor, casarse y formar una familia, pero el destino le tenía otro camino, el de la Fe, servicio a Dios y al prójimo. Luis Zazano tiene 39 años y se define humildemente como, “El Influencer Del De Arriba”. Una de sus frases que repite constantemente en sus videos evangelizadores es: “Hasta el Cielo No Paramos”.
Los mensajes del Padre Luis Zazano
El sacerdote causa una gran revolución en las Redes Sociales, y se lo conoce por los mensajes que graba cada mañana, también audios de What apps. El contenido de los mismos no apunta solo a los católicos, si no a todas las personas que necesitan ser escuchados. Temas diversos forman parte del Evangelio del Día:” ¿Por qué la gente buena sufre más que la gente mala?, “La importancia del servicio en la vida”. “¿Cómo enfrentar el duelo?”, “Las cosas suceden por y para algo”. “La espiritualidad no es lo mismo que la mundanidad”, entre otros temas. Zazano también participó en la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Buenos Aires en tres ocasiones y el pasado lunes 12 de mayo, con una masiva concurrencia dictó la charla, ¿Cómo superar las pérdidas en esta vida? en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Villa Urquiza, CABA.
Una charla con el influencer que cambia vidas
Nota al Pie en la visita que el padre Luis Zazano realizó a la ciudad de Buenos Aires, sostuvo un diálogo sobre sus comienzos en el mundo de la fe y las repercusiones de su labor evangelizadora.
–Sus libros son inspiradores y además se presentaron en la Feria Internacional del Libro en varias ocasiones, ¿cómo se siente con esta experiencia?
Hace un tiempo que veníamos haciendo un proceso porque “Un año con Jesús” es el primero que se editó, es una síntesis de varias homilías o meditaciones del Evangelio que venía haciendo desde el 2013 y los recopilé. Luego de un año, llegó “Un año con María”, reflexiones que escribí después de la pandemia. Hay muchas cosas que fui madurando de manera personal en mi vida y las quise exponer. Obviamente son dos libros que tienen una visión como de agenda, están divididos por día. Es para todo tipo de público, para esa persona que a la mañana se levanta y necesita motivación, una simple reflexión por día para que lo lean, lo puedan llevar al laburo o antes de dormir. Luego escribí “Mamá Antula” el año pasado por su canonización y posteriormente acabo de editar el “Devocionario del Sagrado Corazón de Jesús” porque se cumplen 350 años de su aparición a Santa Margarita María de Alacoque en Francia, tiene una particularidad que habla de reparar el corazón de cada uno, porque todos tenemos algo lastimado en la vida. Todo este combo de libros los presenté junto con el “Devocionario de San José”, los firmé y compartí con la gente.
–¿Cómo ve usted que lo siguen personas que no son religiosas?
La otra vez hablando en terapia con mi psicóloga, comentaba que uno habla de Dios como experiencia personal, no es que me pongo en la posición: “Hagan esto, hagan lo otro porque soy el cura y sé más”. Lo que motiva de todo esto es que mucha gente puede leer en mis escritos, cosas que me pasan en la vida, y por lo menos voy encontrando la vuelta desde la fe. Tengo muy en claro, me estoy dirigiendo a un público que no está metido en el catolicismo o que no está inserto en el ámbito de lo espiritual. Por eso mi lenguaje es mucho más simple, dejando de lado algunos términos propios del catolicismo, porque mi objetivo es llegar al que no es creyente. Alguna vez me llamó por teléfono una psiquiatra para pedirme autorización para usar mis videos para que los vieran sus pacientes. Por eso las meditaciones que se publican todos los días tienen el tinte de hablar de Dios sin mencionar a Dios.
–Usted hizo mención que hace terapia psicológica y en 2019 el papa Francisco en una entrevista que ofreció al periodista Nelson Castro, dijo que durante unos meses fue a un psiquiatra porque tuvo un problema de neurosis. Estas declaraciones hacen que la figura religiosa se muestre más real que en otros tiempos.
Sí, es muy interesante porque a veces uno cree que los religiosos, sacerdotes o las religiosas no pueden ir a una terapia o son como iluminados que no tienen problemas de estrés o cualquier otra situación.
La dimensión humana es la base de una dimensión espiritual. Durante mucho tiempo los religiosos y religiosas, hemos tratado de poner por encima lo espiritual sin trabajar lo humano; eso nos ha llevado a querer manejar nuestra vida desde una perspectiva solamente humana, o una vida demasiado espiritual. El trabajo que uno tiene que ir haciendo es el punto humano y fortalecerlo con lo espiritual. Hace bien que un sacerdote o religioso tenga un acompañamiento terapéutico porque uno va haciendo un proceso de cambio. En mi caso personal, tuve que enfrentar y afrontar puntos muy difíciles en mi vida, es decir el Luis Zazano desde los cero hasta los 20 años de edad y, por otro lado, asumí mis debilidades de mi lucha interna y otras situaciones que lo hago con una psicóloga, además de tener un guía espiritual.
–¿Su psicóloga es creyente?
Es atea y es una señora mayor que me habla más de la vida. Creo que muchas veces algo pasa más que desde la terapia, desde lo que diga el psicoanálisis, de lo que es la experiencia de vida de ella. Hay cosas que me quedaron en estos años de experiencia desde mi terapia. Aprendí que, si algo no aporta en mi vida, no debo perder el tiempo con alguien que no aporta nada. No debo tener de manera dependiente lazos afectivos para tapar afectos desordenados. No es porque estás buscando a alguien para continuar siendo feliz; sino que buscás a alguien para que te haga feliz, y eso provoca una dependencia, sumisión y hasta incluso una absorción de tu vida a la vida de esa otra persona. Por otro lado, sufrimos porque muchas veces nuestro gran enemigo es la imaginación y finalmente comprendí que todo lo que se habla tiene solución.
–Es muy interesante porque en sus videos y en los audios usted habla mucho del amor propio.
Hoy se habla mucho de eso que es distinto al egocentrismo o al egoísmo. El amor propio es aprender a quererme como soy y aceptar los límites que tengo. En el caso del egoísta no acepta su realidad, no quiere que le pongan límites y quiere ser el centro de todo. Jesucristo comienza diciendo: “Amar a Dios y amar al prójimo”, es decir primero mi amor a Dios, el cual me lleva al amor y la relación con el prójimo. Una cosa es poner la otra mejilla sabiendo y teniendo en claro quién soy, que no me va a afectar el golpe; otra cosa es poner la otra mejilla para que me destruya con un golpe y lastime como persona.
Cuando Jesús habla de poner la otra mejilla nos olvidamos del pasaje Bíblico anterior en el cual nos habla del amor a uno mismo.
–Usted no viene de un hogar católico, pero sus padres decidieron que estudiara en un colegio religioso. ¿Ayudó a decidir su vocación?
Mi mamá lo único que podría decirte es que nos inspiró a ser devotos a la Virgen de Itatí, devoción fortísima que se da sobre todo en el norte argentino, pero más en el litoral. Estudié en un colegio católico porque no quedaba otra, porque nos mudamos de barrio y en ese sector no había ninguna escuela pública. Solo encontraron cupo disponible en ese colegio católico y la verdad que para mí fue increíble.
¿Cómo fue su vida antes del sacerdocio?
Siempre fui un tipo muy independiente, a los 14 años comencé a trabajar; pero no por una necesidad, sino porque quería mi propio dinero para irme a bailar, comprar ropa y no depender de mis padres. Como una sensación de siempre buscar mi libertad. Muchas veces la gente cree o piensa que al cura le cuesta mucho el voto de castidad. Para mí lo que más me costó fue la obediencia. Siempre fui muy libre y tener que pedir en el seminario permiso para ciertas cosas, me costó horrores y lo sufrí mucho, pero ahí aprendí que uno también aprende a controlarse y que libertad es no hacer siempre lo que uno quiere, si no lo que uno debe.
–Sus padres en un comienzo no aceptaron positivamente su decisión de ser sacerdote. ¿Cómo lo transitó?
No porque soy el hijo más chico y después de 17 años, nací y mi mamá a los 42 años estuvo nuevamente embarazada. Hubo todo un proceso de cambio. A mi mamá más que fuera cura, le dolió que con 18 años me fuera de casa. Mi papá incluso no toleraba y se enojó por la noticia. En ese momento antes de mi decisión, había rendido excelentemente los exámenes para ingresar a estudiar la carrera de medicina, soñaba con el hijo doctor y yo también soñaba con ser un tipo casado, tener hijos, pero luego mi decisión fue seguir los caminos de Dios.
–Actualmente, ¿aceptaron su decisión de ser sacerdote?
Sí están muy contentos, pasaron tres años y mi padre me volvió a hablar. Conversamos mucho y entendí que tenía muchos prejuicios. Como decía Albert Einstein: “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
–¿Qué es lo que más disfruta del sacerdocio?
La verdad es que es una experiencia muy hermosa y también estoy mucho en la parte norte de Argentina, donde hay una particularidad en el camino de la fe por el sentido de que está muy arraigada la piedad popular. Toda esa fe y frescura de la gente me motiva mucho y enseña a vivir a la Iglesia de una manera diferente.
Hoy por hoy encontramos una Iglesia Católica más proactiva, a través de muchos influencers religiosos. El inicio de su evangelización digital empezó de una manera inesperada.
Exactamente y en 2013 comencé a hacer audios de WhatsApp, porque me trasladaron a una parroquia de campo y no podía dirigir a un grupo de jóvenes numeroso que tenía por la distancia. Vos sabés que marca mucho, las rutas, las carreteras también se ponen pesadas, entonces sabía que no iba a poder contar con la presencia de ellos y les dije que les enviaría audios de pocos minutos para que mientras se cepillaran los dientes o se prepararan para ir a la universidad los escucharan. Pero lo que no sabía es que alguien empezó a difundirlo, lo que hoy conocemos como viralización. Un buen día, me subí a un colectivo de mi comunidad y el chofer me dijo: “Che cura lo que dijiste hoy estaba espectacular”. Posteriormente pasaron dos meses y recibí un email de Estados Unidos, decía que querían recibir mis audios directamente. Todas las mañanas me levantaba muy temprano y enviaba uno por uno los audios del Evangelio del día, y luego los puse al Facebooky se volvió en algo que no podía controlar. Tuve que armar pequeñas comunidades que me ayudaron a difundir y se fundó Misioneros Digitales Católicos. Hoy tenemos más de 400 voluntarios en todo el mundo y sobre todo es que la evangelización se empezó a mover por todo el mundo digital. El audio del evangelio está pensado para el que tiene celular. Además, un minuto de vídeo para los que tienen redes sociales y por otro lado paisajes con meditaciones para aquel que no está metido en el ámbito de lo religioso y no se asuste viendo un cura. Está musicalizado con canciones de Soda Stereo y hasta temas de cumbia, todo con frases inspiradoras. Llegamos a todas las áreas de evangelización por la diversidad de público que tenemos.
–También en los videos se lo ve vestido tradicionalmente con sotana, pero también con vestimenta deportiva y muy casual. ¿Qué lo llevó a atreverse a ese cambio?
Trato de no estar siempre vestido de cura porque pienso que da un poquito de más cercanía, porque tenemos un prejuicio marcado sobre cómo nos ven a los curas. En cambio, si me ven vestido de manera deportiva, y me escuchan, capaz que por ahí después alguien dice: “Ah, mirá que interesante esto”.
–Tenemos entendido que sus vídeos y audios cada vez trascienden más y llegan a otros países y en otros idiomas.
El material los preparo y, trato de hacer todo en una semana. Porque van a distintas partes del mundo, por ejemplo en Europa, son como cinco horas más que Argentina, tendría que estar publicándose a la hora exacta y también se traducen al inglés, italiano y si Dios quiere comenzaremos en francés. Tengo que mandarlo con anticipación para que los traductores voluntarios preparen todo. Misioneros Digitales Católicos está dando sus frutos. Está muy bien marcado en todo el mundo. Por eso creo que en cualquier momento, ya puedo morir tranquilo porque la estructura de la comunidad está bien marcada. Inclusive tenemos entre los voluntarios un diácono y futuro sacerdote que ingresó al seminario en Honduras. Así que estoy más que contento.
–Una de sus frases que le dan un sello personal en cada video es: “Hasta el Cielo No Paramos”. ¿Cómo se dio la inspiración?
La inspiración se dio porque en 2013 viajé por primera vez a Roma, recién ordenado como cura y fui a rezar a la tumba de San Felipe Neri. Ahí había una inscripción que decía: “Hasta el Paraíso nadie tiene que parar. Hasta el paraíso no paramos”. Entonces lo produje y después escuchando a un sacerdote uruguayo amigo que en ese tiempo no era cura y él decía: “Hasta el Cielo No Paramos”, decidí usar la frase pero después de mi crisis sacerdotal, que pasé momentos tristes y depresión, agregué algo más: “Algo bueno está por venir”.
–Usted conoció al Papa Francisco. ¿Qué significó ese encuentro?
Fue una experiencia hermosa porque en el 2015, viví una situación institucional muy difícil. El que fue mi obispo en ese momento, no estaba de acuerdo con las RSS, porque confundía evangelización con exposición. Era la postura de: “¿Cómo un cura joven iba a estar tan expuesto?” y es entendible, hasta incluso muchas veces la gente que ve a un cura en las RSS o en televisión, piensan que es un showman.
Pero la idea es tratar de evangelizar y llegar a un público que no va a la iglesia. Cuando viajé para ver al papa Francisco, le planteé la situación y tan al estilo Jorge Mario Bergoglio ,me dio un abrazo, bendijo mi celular y dijo: “Quédate tranquilo, Dios está siempre en todas estas cosas. Este es tu camino de evangelización”.
–Todo confirma que su trabajo evangelizador, tendrá sus frutos en el próximo Jubileo para Misioneros Digitales e Influencers católicos en Roma a realizarse el 28 y 29 de julio. ¿Cómo se está preparando?
Me siento muy emocionado, si Dios quiere, estaremos con el nuevo Papa, León XIV. Estoy más que agradecido con el Papa Francisco porque si no hubiese recibido su bendición, no sé si hubiera estado hoy en el ámbito de la evangelización.
–¿Se viene en camino un nuevo libro?
Si Dios quiere dentro de un mes o dos meses, saldrá un nuevo libro que estoy pensando en el título y que tal vez se llamará, “Hasta el Cielo No Paramos”. Lo terminé de escribir hace poco y hago una diferencia entre obsesión y esperanza. El que tiene esperanza espera en un bien para sí mismo con la ayuda de otros, para ayudar después a otros. En cambio, una persona obsesionada busca un bien para sí a costa del otro, inclusive lastimando al otro. Sin duda lo único que puede ayudarnos a salir adelante es Dios y creer en uno mismo.