El próximo domingo 10 de diciembre, Javier Milei asumirá como nuevo presidente de les argentines. Pero desde que ganó el balotaje, el pasado 19 de noviembre, comenzaron a conocerse nombres de quienes se harán cargo de las diferentes secretarías y ministerios. Del Ministerio de Ambiente, aún no hay noticias.
Nota al Pie se comunicó con personal de la gestión actual de esa cartera, que no brindó testimonios. Todo es una gran incertidumbre, ya que en plena campaña Javier Milei afirmó que el Ministerio de Ambiente es uno de los que no seguiría existiendo como tal.
El medio ambiente pasó a estar en el centro de la escena política, porque hay muchos intereses económicos que surgen (o se ven en peligro) a la hora de tratar el cambio climático. Mientras en Argentina se produce el cambio de gestión, en Dubái alrededor de 80 mil personas se reúnen para abordar el tema en la COP28.
Allí se encuentra la actual secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini, en representación nacional. Tanto ella como sus predecesores en el cargo desde 2015, emitieron un comunicado conjunto sobre el tema. “Es necesario dar continuidad a una política pública que ha trascendido distintas gestiones de gobierno”, afirmaron.
Solo se puede hacer conjeturas: lo poco que se sabe de la política ambiental
La campaña de Milei se caracterizó por las frases extremistas, entre las que se destacó su negacionismo por el cambio climático. Tras generar polémica, el presidente electo quiso explicar su pensamiento, pero no brindó mucha calma.
“Todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y lo único que buscan es recaudar fondos para financiar vagos socialistas que escriben papers de cuarta”, retrucó. A su vez, también en campaña, anticipó que el Ministerio de Ambiente perdería esa categoría para ser una Secretaría dependiente de Jefatura de Gabinete.
Pero a dos días del comienzo de su gestión en la presidencia argentina, todavía no se sabe quién estará al frente de dicha Secretaría. Aunque sí hay certezas en otras oficinas cuyo accionar va de la mano con Ambiente.
Uno de los primeros funcionarios que se confirmó fue Eduardo Rodríguez Chirillo, como secretario de Energía, la cual formará parte del Ministerio de Infraestructura. Este último estará en manos de Guillermo Ferraro, e involucrará a las áreas de Transporte, Obras Públicas, Energía, Minería y Comunicaciones. Por lo que adelantó Ferraro, su ministerio será una puerta a las privatizaciones que adelantó Javier Milei.
Otro punto clave en la política ambiental lo ocupará la Secretaría de Minería, para la que se barajan dos nombres: Sergio Arbeleche o Flavia Royón, la actual secretaria de Energía.
Más allá de les líderes de cada espacio, la incertidumbre también se da en relación con les trabajadores. ¿Qué pasará con quienes se desempeñan en esos espacios? Y además, ¿cuáles serán las políticas que finalmente desarrolle Javier Milei en materia ambiental? Todavía no se sabe con exactitud.
La palabra de les ex secretaries de Cambio Climático
En una actitud que no suele verse en la política argentina, les secretaries de Cambio Climático de la Nación desde 2015 firmaron una carta conjunta. Diego Moreno, Carlos Gentile, Pilar Bueno Rubial, Rodrigo Rodriguez Tornquist y Cecilia Nicolini expresaron su preocupación ante los dichos negacionistas sobre el cambio climático.
A su vez, destacaron la continuidad que hubo en las políticas ambientales a pesar de los cambios en la gestión. “En los traspasos de mando de 2015 y de 2019 se marcó una continuidad y se acentuó el compromiso del país en materia climática”, resaltaron. “Así, nos encontramos frente a un poco frecuente ejemplo de política pública sostenida en el tiempo”.
Explicaron que, desde hace décadas, la posición argentina reconoce al cambio climático como un fenómeno causado por la actividad humana. A su vez, recordaron cuáles fueron los principales hitos que se llevaron a cabo en los últimos 8 años. “En línea con esta posición, nuestro país ha encarado la acción climática desde la proactividad y el compromiso con lo acordado internacionalmente. Ejemplo de ello es nuestra firma del Acuerdo de París, en 2015”, confirmaron.
Nombraron como momentos cúlmine la creación del Gabinete Nacional de Cambio Climático (por decreto presidencial en 2016 y promulgado por unanimidad de todas las fuerzas políticas). También las actualizaciones de la Contribución Determinada a Nivel Nacional; una estrategia de desarrollo resiliente con bajas emisiones a largo plazo a 2050 y el segundo Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, a 2030.
En vistas a esa tarea, les secretaries puntualizaron, entre otras cosas, en que “esta política de Estado se ha mantenido en el tiempo, independientemente del color partidario, con plena conciencia del enorme impacto que tiene el cambio climático sobre nuestra economía (a modo de ejemplo, por la última sequía perdimos más de US$ 21 mil millones en exportaciones)”.
Asimismo, hicieron hincapié en los efectos que tienen esos fenómenos en las poblaciones más vulnerables, “ya que los eventos climáticos extremos agudizan todas las desigualdades preexistentes”.
“La continuidad y coherencia en estas políticas es un activo nacional”, concluyeron. “Incumplirlas nos posicionaría dentro de un minoritario grupo de erráticos países negacionistas, con relevantes consecuencias para el desarrollo nacional”.