A un mes del estallido del enfrentamiento militar entre Israel y Palestina, Tel-Aviv refuerza su campaña militar terrestre sobre Gaza. El gobierno israelí de Benjamín Netanyahu se recuesta sobre su estrategia militar al compás del retroceso en el plano diplomático a causa de la disputa geopolítica a nivel regional e internacional.
En este marco, Nota al Pie dialogó con el prosecretario del Centro Islámico de la República Argentina, Martín Saade, sobre el estado de situación humanitario, político y militar en el corazón de Oriente Medio.
Situación militar y humanitaria
El sangriento enfrentamiento militar entre Israel y Palestina, desencadenado a partir de la operación “Inundación Al-Aqsa”, registra miles de muertos en ambos bandos. Sin embargo, el saldo de vidas humanas perdidas es mayor entre les palestines: a la fecha 10.022 fueron asesinades y cerca de 120.000 trasladades de manera forzosa. En tanto, el Ejército israelí llamó de nuevo este lunes a les civiles a abandonar el norte de la Franja de Gaza, bombardeada en represalia por el ataque lanzado el 7 de octubre.
Desde el 27 de octubre emprende su ofensiva terrestre contra Hamás, movimiento al que prometió “aniquilar”. La estrategia terrestre israelí comprende la división del territorio gazatí en dos. Los combates más intensos tienen lugar en el norte, donde, según Israel, se encuentra el “centro” de dicho grupo palestino. En paralelo, continúan los esfuerzos internacionales para brindar apoyo humanitario al enclave palestino.
En tanto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que desde el 21 de octubre ingresaron en Gaza un total de 451 camiones con cargamentos humanitarios. Por su parte, Estados Unidos declaró que no respalda la propuesta de Egipto y Jordania para un alto al fuego al argumentar que favorece el poder político de Hamás. Al respecto, el primer ministro israelí aseguró que no lo habrá hasta que regresen los rehenes secuestrados
Los líderes de las principales agencias de la ONU publicaron el domingo un comunicado conjunto en el que expresaron su “indignación” ante el creciente número de víctimas. “Necesitamos un alto al fuego humanitario inmediato. Han pasado 30 días. Ya basta. Esto debe detenerse ahora”, plantearon y también exigieron a la organización palestina que libere a los más de 240 rehenes que mantiene retenidos desde el 7 de octubre.
En conversación con este medio, Martin Saade expresó que “las consecuencias psicosociales de la violencia y el sufrimiento humano son significativas y pueden durar mucho tiempo”. A medida que el enfrentamiento se dilate, la opción por la paz será menos probable.
Israel pierde la batalla diplomática
A pesar de sus esfuerzos por imponer condiciones en el plano militar, Israel comienza a visualizar que pierde apoyos en el terreno diplomático. La disputa geopolítica a nivel internacional se expresa en la región de Oriente Medio e inclina la balanza en favor de Palestina, escenario inesperado hace algunos años atrás. Sudáfrica, potencia del continente africano y miembro del BRICS, criticó el accionar de Tel-Aviv y adelantó que retirará a sus diplomáticos en Israel en medio del conflicto. “No es aceptable otro holocausto en la historia de la humanidad”, señaló la ministra Khumbudzo Ntshavheni e indicó que el gobierno israelí no respeta ni el derecho internacional ni las resoluciones de las Naciones Unidas.
Por otro lado, en una clara provocación a la legitimidad de Netanyahu, Hamás convocó a la ONU a visitar hospitales en Gaza para comprobar “la falsa narrativa” de Israel. El movimiento radical palestino acusó al Ejército hebreo de difundir información falsa sobre supuestas instalaciones militares subterráneas ubicadas debajo de hospitales. Asimismo, el Papa Francisco volvió a pedir un alto al fuego y la liberación de les rehenes. “Deseo que se estudien todas las posibilidades para evitar a toda costa que continúe el conflicto”, agregó el Sumo Pontífice, quien además conversó por teléfono con el presidente de Irán, Ebrahim Raisi.
Saade, referente del Centro Islámico argentino, considera que “la escalada de la violencia y la rápida polarización del conflicto con la adhesión de las grandes potencias con intereses en la región agrega una capa adicional de complejidad al conflicto”. Según su punto de vista, la disputa internacional influye negativamente para la estrategia de paz. “La paz en Palestina requiere esfuerzos constantes y un compromiso serio de las partes involucradas y la comunidad internacional, incluyendo organizaciones y gobiernos”, sostuvo.
El abroquelamiento árabe
A su vez, resulta relevante la aparición pública de Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah, organización política y armada del Líbano, nación que comparte frontera con Israel al sur. Nasrallah mostró su apoyo a la causa palestina, denunció a Israel y señaló responsabilidades de Estados Unidos; un patrón que se viene repitiendo en diferentes actores políticos árabes. Si bien hay focos de alta conflictividad en la frontera entre ambos países, Hezbollah no fijó líneas rojas para encapsular el enfrentamiento bélico y apuntó a ataques medidos para evitar una escalada en su contra.
En esa misma línea, Saade remarcó que los países de la región árabe subordinaron sus diferencias políticos a la defensa común de Palestina. “La situación en Jerusalén y la importancia de la Mezquita de Al-Aqsa son temas altamente sensibles para la mayoría de los países de la región”, agregó. Las manifestaciones en países como Turquía, Irán y Egipto ponen de relieve los grados de movilización que genera la situación. Según el entrevistado, las naciones árabes pueden desempeñar un trabajo en conjunto “importante” para abordar las tensiones existentes y promover la estabilidad a largo plazo.
Estados Unidos en una encrucijada
En ese marco, Washington pierde influencia y reorganiza su estrategia en derredor del desarrollo del conflicto. En su segunda visita a la región desde el inicio del enfrentamiento el 7 de octubre, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, se reunió con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas. La máxima autoridad que gobierna el territorio palestino de Cisjordania le planteó al funcionario de la Casa Blanca que la ofensiva de Israel en Gaza es un “genocidio” y le exigió un alto al fuego “inmediato”.
A propósito, Martín Saade sugirió que la comunidad internacional, y en particular las grandes potencias, fueron criticadas por la forma en que manejaron el conflicto en el pasado y la actualidad. Asimismo, indicó que “las imágenes y evidencia de las violaciones de derechos humanos en la región son contundentes y han generado una creciente presión internacional para que los líderes reevalúen sus políticas”.
Por otro lado, el prosecretario del Centro Islámico advirtió que los costos económicos asociados al conflicto y la influencia de la opinión pública y el momento electoral próximo en Estados Unidos son “factores significativos” que reorientan la mirada de Washington.
En otro orden, analistas israelíes del portal Times of Israel plantean que los niveles de identificación en Occidente con Israel se han disipado a medida que continúa la catástrofe humanitaria en Gaza. En ese sentido, consideran que la Casa Blanca, histórico aliado israelí, también colaboró a dar un nuevo mensaje más crítico en relación a la ofensiva militar encabezada por Netanyahu. Según su punto de vista, la “mala articulación” de los objetivos de la guerra empeoraron las perspectivas de Israel en la “guerra mediática”.