Hace 17 años Jorge Julio López salió de su casa en el barrio platense de Los Hornos para dirigirse al Palacio Municipal ubicado en el centro de La Plata. Allí se desarrollaba el juicio contra Miguel Etchecolatz, el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante 1976 y 1977.
En ese cargo, Etchecolatz coordinó 21 centros clandestinos de detención en la provincia de Buenos Aires. Los mismos que, durante la última dictadura, registraron la mayor cantidad de detenides desaparecides del país. También fue responsable de los grupos de tareas que secuestraban y torturaban personas en territorio bonaerense.
López era albañil y había sido uno de los tantos militantes peronistas secuestrados y detenidos e incluso sobrevivió a las torturas a las que fue sometido en cuatro centros clandestinos. Por mucho tiempo guardó su historia aunque anotó todos sus recuerdos. Los había titulado Archivo negro de los años en que uno vivía a donde termina la vida y empieza la muerte.
Pero un día, Jorge Julio López desempolvó esas memorias oscuras y decidió hablar. Su testimonio con nombres y descripciones precisas fue clave para definir la condena del ex comisario.
En una de sus declaraciones, contó como agentes de la policía torturaron y mataron a Patricia Dell’Orto, Ambrosio de Marco, Norberto Rodas y Alejandro Sánchez. “Él personalmente dirigió esa matanza», dijo sobre Etchecolatz, a quien además definió como “un asesino serial”. También contó que pensó en matar al genocida en caso de encontrárselo, aunque después desistió. “¿Qué voy a matar a esa porquería?”, dijo.
Ese 18 de septiembre Jorge Julio López iría a escuchar los alegatos contra el ex comisario que, por primera vez en la historia judicial argentina, sería condenado como genocida. Sin embargo, nunca llegó. Jorge Julio López, de 76 años, había desaparecido por segunda vez.
Las sospechas contra Etchecolatz
La segunda desaparición de Jorge Julio López encendió las alarmas en plena democracia. A pesar de que se llevara adelante el juicio contra uno de los personajes más siniestros de la historia reciente, en paralelo se ejecutaba un plan para desaparecer a una persona. El caso dio cuenta de la poca protección que tenían les testigues y la impunidad de quienes estaban vinculados a la Fuerza de Seguridad.
En diciembre de ese mismo año, el entonces presidente Néstor Kirchner habló acerca del caso. En cadena nacional, aseguró que todo indicaría que se trató de una operación a cargo de grupos para-policiales y/o para-militares. Para Kirchner, estos grupos buscaban amedrentar a jueces y testigos, con el fin de frenar los juicios reabiertos y lograr una amnistía para los militares enjuiciados.
A pesar de que no hay información precisa, el primer sospechoso por la desaparición del albañil fue el propio Etchecolatz. De hecho, las sospechas aumentaron en 2014, cuando el genocida mostró un papel en el que estaba escrito el nombre del testigo desaparecido. Fue durante la audiencia donde él junto a otros 14 represores fueron condenados por delitos cometidos en el centro de detención clandestino La Cacha.
El fotógrafo que tomó la imagen del ex comisario con el papel fue Leo Vaca, del portal Infojus. Según comentó Vaca, Etchecolatz sacó el papel de su bolsillo, sabiendo que las cámaras lo tomarían. Luego quiso entregárselo al Tribunal, pero la acción le fue negada.
El caso López, 17 años después
A más de una década de su desaparición, la familia del hombre desaparecido continúa pidiendo justicia. Este lunes, en un nuevo aniversario, su hijo Rubén López aseguró que “el nunca más sin López, no es nunca más”.
Sobre el estado de la causa judicial, en diálogo con Radio Provincia, López señaló que “sigue estando igual hace tiempo”. Y agregó que “no hay nada nuevo ni claro para poder tener una idea más allá de las sospechas”.
En ese sentido, hijo del albañil comentó que hace dos años que habló con el doctor Hernán Schapiro, quien estaba a cargo de la Fiscalía de Lesa Humanidad. “Nos contaba que están haciendo un montón de cosas, pero solo veía una lista de papeles y el resultado de la investigación termina siendo nula”, expresó.
Por otro lado, Rubén López también habló sobre las vinculaciones que la candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza (LLA), Victoria Vullarruel, tuvo con Miguel Etchecolatz. Al respecto del listado de visitas a genocidas en las que figura la compañera de fórmula de Javier Milei, López expresó su preocupación.
“Hace un tiempo a estos personajes les decía negacionistas, pero luego de ver a la candidata Victoria Villaruel, cambié el pensamiento: son pro dictadura”, denunció.