Esta semana, el presidente brasileño, Lula da Silva, encabezará la Cumbre Amazónica llevada a cabo en el departamento de Belém (Brasil). El encuentro tiene como eje el acuerdo de una postura unificada entre las naciones de Sudamérica con el fin de procurar el mantenimiento de las selvas.
El objetivo inicial de este polo, integrado por los ocho países amazónicos, es intentar unir al principal regulador del clima del planeta: la selva amazónica y la humedad que despeja por el mundo. A su vez, busca llegar con una voz consensuada a la reunión de cambio climático de la ONU COP28, la cual se realizará en Emiratos Árabes Unidos en noviembre de este año.
En el encuentro participarán gobernantes y representantes de los países de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA): Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Surinam y Guyana.
Lula da Silva expresó en sus redes: “Vamos a cuidar la Amazonía. Los próximos días serán de mucho trabajo entre los países de la región para enfocarse en un desarrollo sostenible que cuide los bosques y las personas. Seguir a lo largo. Buenos días y buen domingo”.
Además, señaló que anhela llevar el tema del cambio climático a las escuelas públicas, para que les niñes puedan ayudar a crear conciencia en sus familias.
En diálogo con la prensa, explicó: “Vamos a seguir reclamando dinero a las naciones ricas por la compensación para mantener la selva en pie y el desarrollo económico sostenible de las millones de personas que viven en la selva. Seremos duros con la deforestación y queremos que la nueva industrialización verde se dé en el Amazonas”.
Durante un encuentro de ministros previo a la cumbre, la titular de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, explicó que los países amazónicos están determinados a “no permitir que la Amazonía llegue a su punto de no retorno”.
La crítica situación de Amazonía
La Amazonía cubre el 6% de la superficie del planeta y ocupa el 40% del territorio de América Latina y el Caribe. Sus 7,5 millones de km2 son de dimensión continental y su cuenca tiene 25 mil kilómetros de aguas navegables. Sus ríos descargan aproximadamente el 20% del agua dulce del mundo en los océanos, más que los ríos Missouri-Mississippi, el Nilo y el Yangtze juntos.
El río Amazonas es el más extenso del mundo con 6.900 kilómetros. Cuenta con más de mil afluentes y descarga cerca de 220 mil metros cúbicos por segundo. Por lo menos, 40 mil especies de plantas han sido identificadas en la cuenca del Amazonas. De este total, 2.000 fueron clasificadas como útiles para la alimentación, la medicina u otros fines.
El cambio climático ya ha alterado el régimen de lluvias en prácticamente toda la Amazonia. La nueva envoltura climática está evolucionando rápidamente hacia el clima de una sabana tropical en lugar de una selva tropical, y está provocando un aumento de la mortalidad de los árboles de gran tamaño.
Otro punto importante son los incendios en la región, producto de la deforestación y los humanos que los producen intencionalmente; estos últimos suelen estar asociados a la ganadería. Los siniestros de este tipo se dispararon un 120 % en mayo, frente a los registrados en abril, con 1.692 focos de calor.
Esta mañana, el mandatario brasilero remarcó: “Brasil y otros países amazónicos están haciendo historia. Ayudemos a desarrollar nuestra región de manera sostenible. La Amazonía es el hogar de millones de personas, incluidos pueblos indígenas, comunidades ribereñas y comunidades tradicionales”.