Recientemente, la República Argentina rechazó una nueva solicitud de parte de Reino Unido para la explotación de oro y otros minerales en las Islas Malvinas. El pedido incluía los intereses de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Desde la Cancillería argentina consideraron que la solicitud implica la omisión y desinterés para que se realice la reanudación de las negociaciones entre ambos países, así como también el rechazo a las numerosas resoluciones tanto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de otros organismos internacionales. En la actualidad, el objetivo está puesto en “encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía que involucra a ambos países en la cuestión de las Islas Malvinas”.
La exploración buscada contradice lo establecido en la resolución 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas. La misma plantea que Argentina y el Reino Unido no pueden determinar decisiones unilaterales que impliquen cambios en la situación que atraviesa el territorio.
A su vez, la Cancillería establece que el pedido va en contra de otras declaraciones de entidades internacionales como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), las Cumbres Iberoamericanas, la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), el Grupo de los 77 y China, la Cumbre América del Sur – Países Árabes (ASPA), o La Zona de Paz, entre otros foros.
La extracción de recursos naturales
La concentración de recursos naturales es uno de los ejes centrales en el interés británico por las Islas y el mar circundante. El intento de explorar el suelo del territorio no es nuevo, ya que no son solo importantes en términos geopolíticos, sino también debido a la cantidad de petróleo que guardan. En esta misma línea, se considera clave su proximidad a la Antártida, “uno de los principales reservorios mundiales de agua dulce y minerales”.
En el 2019, el Gobierno argentino lanzó un comunicado sobre los intentos de explotación petrolera en las Islas. En este marco, la Cancillería informó que las empresas Rockhopper PLC y Premier Oil PLC, en relación con el yacimiento de hidrocarburos denominado Sea Lion y la empresa Argos Resources, no tienen la autorización para realizar actividades tales.
Sin embargo, en 2010, Sean Lion llevó adelante una explotación ilegal en la Cuenca del Norte. En esa oportunidad, se planteó que el yacimiento tenía el potencial para la producción de 80 mil barriles por día.
Ante las diversas trabas que ven les britániques para la explotación de petróleo, señalan que la actividad se encuentra avalada por el Gobierno de las Islas en el marco del acuerdo de la Convención del Derecho del Mar. Además, sostienen que no se puede aplicar la legislación argentina debido a que el territorio es ultramarino y británico.
En los años 2003 y 2005, Argentina ya había denunciado la intención de perforar suelo y subsuelo de las Islas.
La posición actual de la Cancillería argentina
La postura desde el Gobierno es la reafirmación de conseguir el pleno empleo de la soberanía de las Islas e instar, en toda ocasión posible, a que se retome la negociación pacífica y diplomática para ponerle fin al conflicto.
Este tipo de pedido se puede ubicar repetidas veces a través de los años, pero al parecer no hay interés alguno por parte de Reino Unido. A juzgar por las acciones nacionales y la inacción británica, la problemática se torna infinita, más allá que haya gran consenso y apoyo para la toma de la soberanía argentina.
Esto incluye distintas medidas en favor de marcar presencia política en relación al tema, como la Ley 27.757, que establece el límite exterior de la plataforma continental, la reactivación de la zona de paz y cooperación del Atlántico Sur.
Así también está el proyecto Pampa Azul, destinado a “acciones de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación para proporcionar bases científicas a las políticas oceánicas nacionales, incluyendo el fortalecimiento de la soberanía nacional sobre el mar”.